Llevaba toda la semana ayudando a Isaac, porque después del disparo, la movilidad del hombro no le llegaba ni al 50%. Los médicos le habían dicho que había tenido mucha suerte de que la bala, no tocara hueso, ya que así podría volver a nadar y hacer vida normal. Pero después de un tiempo de reposo, tampoco veía muy entusiasmado a Isaac con la noticia de que iba a poder volver a nadar, simplemente estaba indiferente.
Cuando volvimos del hospital, le pedí a Sophie que Isaac se quedará conmigo en mi casa, ya que así, sería más fácil poder ayudarlo.
Ella no puso ninguna queja ni se extrañó por ello; y es que nuestra relación, si es que podríamos llamarla así, no era secreto para nadie. Tampoco consideraba que alguna vez hubiera sido secreto, por eso, desde que pasó el primer día hospitalizado hasta el último, estuve con él. Y me dio igual la gente que estuviera allí, si tenía que besarlo lo haría, si tenía que abrazarlo lo haría, si tenía que acariciarlo lo haría... En este punto me daba igual las demostraciones en público, el no ser su novia... ya que el haberlo casi perdido me había hecho darme cuenta de que no servía de nada ocultar lo que sentía por él.
Y en un principio a él no pareció importarle.
Isaac y yo acabábamos de salir de la ducha. Mientras me estaba poniendo el pijama, él se sentó a los pies de la cama y se pasó una mano por la cara.
— ¿Estás bien? —pregunté acercándome a él y pasándole la mano por el pelo. —Podemos ver una película juntos si te apetece, y así te despejas.
— No gracias. —dijo levantándose y yéndose de nuevo al baño
Entendía muy bien que esto era un golpe duro para él. El enterarte de un día para otro que tu padre tuvo otro hijo, que la mujer de la foto del día del accidente era la madre de Nick, ver a Liz quitándose la vida delante de nosotros... fue demasiado y lo entendía. Pero no entendía su comportamiento conmigo, que había estado a su lado todos y cada uno de los días siguientes al accidente, ayudándolo y apoyándolo.
— Isaac. —dije yendo detrás de él.
— Ahora no. —me contestó cerrándome la puerta del baño en las narices.
— ¡Claro! —exclamé irónicamente. —Vamos a estar otra semana más así, yo ya me he acostumbrado a eso de hablar sola...
Silencio
Ni un solo ruido al otro lado de la puerta
— Joder Isaac... —dije llamando a la puerta. —Sal por favor.
El pomo de la puerta giró, y Isaac abrió dejándome verlo con una bolsa con todas sus cosas del baño, dentro.
— Ya estoy aquí. —dijo con ese tono de voz gélido que tanto odiaba. —¿Qué quieres ahora? ¿Qué me abra a ti y lloré como un puto crío para que me consueles y haga como si nada?
— Isaac sabes que nada de eso es lo que quiero —dije negando con la cabeza. —Solo te quiero a ti y a mí, a Isaac, a nosotros.
— Eso se acabó. —sentenció pasando por mi lado para coger su maleta y llenarla de su ropa.
— Isaac... —susurré.
— Ni Isaac ni nada. —dijo mirándome. —Quiero que te alejes de mí. No te quiero cerca. —Las lágrimas ya me corrían desbordadas por las mejillas —Quiero que estés lejos de todo lo que tiene que ver conmigo si eso hace que no tengas problemas.
— No digas tonterías podemos estar juntos en esto. Te quiero ayudar. —conseguí decir.
— No quiero. —dijo saliendo de la habitación.
— Huyes como un cobarde.
— No huyo, me voy.
— Es lo mismo —dije secándome las lágrimas. —Sabes perfectamente que si sales por esa puerta no volverás a entrar y me habrás perdido.
— Es lo que quiero —dijo en la entrada.
— ¿Y qué narices pasa con lo que yo quiero? —pregunté enfadada.
— Me da igual —dijo con indiferencia.
— Mientes —dije con un sollozo.
— Mira Blair... no quiero...
— Me da igual lo que quieras o no. —grité interrumpiéndolo. —Porque yo creo que te quiero. ¡Joder! Claro que te quiero, te quiero de tal forma que me queman las manos si no te toco; te quiero tanto que cada vez que te veo se me encogen los dedos de los pies y el estómago; te quiero más que a todas las gotas de agua que llenan una piscina; te quiero desde el momento en el qué me tiraste la bolsa de deporte a los pies. —sollocé. —Estoy enamorada de ti, y te quiero a Isaac.
Las lágrimas ya no tenían pausa, caían todas rápidas y violentas por mi piel. Sus ojos me miraban de tal forma que me sentía desnuda ante él.
Isaac miró hacia el pomo de la puerta y la abrió.
Una vez fuera él y yo dentro, me habló por última vez.
— Adiós Blair.
︵‿︵‿︵‿︵
No sé cuántos días pasé llorando, o a qué personas les lloré, solo recordaba el dolor del pecho de tanto llorar, las ojeras que tenía, de lo mucho que me costaba dormir, y no tener fuerzas ni para moverme de la cama.
Aunque mis ánimos mejoraron cuando Daria, Thomas y Mike, ayudaron a mis padres a venir a verme San Francisco. Mamá y papá, se quedaron en casa conmigo y conocieron a Cameron, Sophie y a los niños.
También vinieron conmigo, Lili y Dan de excursión por la ciudad; y pasamos uno de los últimos días, de visita donde mi padre y Mike estudiaron, y el ultimo día comimos todos juntos.
Pasé navidades y año nuevo en San Francisco... Decidí seguir cuidando de Lili y Daniel lo que quedaba de curso, e incluso, ayudé a Sophie con algunos algunas galas benéficas de desfiles. Cuando acabó el curso tuve el dilema de quedarme o volverme a casa, pero me di cuenta que había creado un nuevo hogar rodeada de 2 niños a los que quería muchísimo y gente maravillosa de la que no me quería separar. Así que después de hablarlo mucho con mis padres decidí quedarme en San Francisco otro año más.
E hice algo que tenía pendiente desde hace mucho tiempo: me apunté a una Escuela de Arte a la que iba por las mañanas mientras los niños estaban en clase.
Tenía que volver a encontrarme a mí misma y mantener la mente despejada, y sabía que reconciliándome con el arte, podría conseguirlo. Quería dejar de ver las cosas en colores opacos, y empezar a verlas en colores brillantes.
Porque al final no éramos más que lo que habíamos sufrido y que escondíamos por miedo al daño.
Y yo ya no quería sufrir y esconderme más.
No quería dejar este libro, sin daros las gracias, por el recibimiento que tuvo desde el principio. Si no hubiera sido por eso, esto no habría sido posible.
La historia de Isaac y Blair ya no es solo mía, ahora, también es vuestra.
Esto no es un adiós, porque... ¿Qué es una historia solo contada por una parte?
Nunca se sabe la historia completa hasta que se tienen las dos versiones.
Muchos besos💓💓💓✨
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Creo que te quiero
RomanceQuerer no es fácil y cuando te cruzas con alguien como el hijo de tu jefa menos aún, pero tampoco es imposible. Blair tendrá que aprender a superar todo lo que tiene escondido dentro de ella y que le da miedo sacar, dándose cuenta de que lo que nos...