Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)

20. Visitas.

El infierno, un lugar de caos y con temperaturas bajas, el frío calándose en los cuerpos pecadores. Los demonios con temperaturas altas y los más poderosos sobreviven en ese ese lugar. Los demonios débiles preferían ir al mundo humano, aunque siempre regresaban por ser vencidos por estar en territorios de los grandes.

Visitar los terrenos de Lucifer, la enorme fortaleza viéndose a kilómetros, demonios y sombras merodeando, cuidando el lugar. Trabajando bajo su mando, uno de los príncipes del infierno. Castigando a los que se lo merecen.

Llegando con su aspecto terrorífico, el aspecto que le había mostrado a Mauri no era comparado a nada con su aspecto verdadero. Ese rostro que le enseño era solo una fase de su rostro. Entre más terrorífico y monstruoso sea, más poder tiene. Y ese lo tenía Ángel, aunque prefería no asustar a su destinado.

– Que inesperada visita amigo mío – Lucifer estaba en su gran biblioteca, era el lugar favorito de su antiguo amante y pasar en ese lugar le traía recuerdos mientras lo espiaba, este se escondía de Lucifer y le parecía adorable que se escondiera de él.

– Príncipe – le extrañó viéndolo hacer una pequeña reverencia.

– ¿Tan formal? – pregunto jugando. – ¿A qué se debe ese tono? ¿Dónde está Mauri? Le tengo un banquete, sé que no lo dejas comer cualquier cosa, pero me importa un mini demonio lo que pienses – sonrió, dejando el libro en la mesa y levantándose para ir a ordenar el banquete.

– Desapareció.

– ¿Disculpa? – se detuvo, volteo su rostro y después el cuerpo.

– Se fue – contesto.

– ¿De vacaciones? ¿Con los niños? ¿A dónde fue? – pregunto, esperando que le diera más detalles.

– No lo sé, por eso estoy aquí.

– ¿Pensaste que estaba aquí? Serías el primero en saberlo de mí, pero como te habrás dado cuenta no está conmigo – sonrió, viéndolo caminar rodeando al príncipe.

– ¿Sabías sobre lo que hizo Ismael? – cuestionó, viéndolo y este se sentó.

– Pensé que lo sabía todo de él, pero no, y aquí me tienes esperando encontrarlo ¿Sabes dónde está? – le devolvió la pregunta.

– Es uno de los responsables que secuestro a mi hijo – evito la pregunta.

– ¿En serio? – movió la quijada de un lado a otro.

– ¿Sabías sobre eso? – era el último lugar donde quería estar, sentía que perdía el tiempo estando ahí, pero debía preguntarle él mismo.

– Solo lo escuchaba murmurar sobre venganza – contestó. – Pensé que me pediría ayuda pero no, solo se escabulló del infierno dejándome atrás.

– ¿Lo habrías ayudado? – Lucifer lo miro.

– No – respondió, con esa mirada seria. – Hay un equilibrio, mientras padre hace las cosas que cree él que son "Buenas", yo estoy aquí para hacer las cosas que para él cree – miro hacia arriba. – Son "malas" – siguió. – ¿Para qué te haría enojar? Me han dicho que has alterado el cambio climático, pero no sabía por qué... Ahora lo sé y espero que lo reduzcas o apresures a tus perros a encontrar a Mauri.