La información que le había dado su hermana los conduciría a una pequeña y hogareña cafetería, un ser de mucho poder y además temido. Bajando del auto con Dan detrás de él, dejando a León dentro del auto, este protestando, pero era una orden de su amigo, no podía negarse.
Entraron a la cafetería, observaron a las personas adentro hasta que Neo observo lo que buscaban en esa ciudad, un hombre de traje oscuro y una pequeña sentada a su lado. La pequeña veía la televisión y en ella una animación, mientras tomaba una malteada de chocolate. Pasteles de varios aspectos y comida apetitosa. Casi toda la comida que venía en el menú estaba en esa mesa, además de dos mesas pegadas a esta para a completar la comida faltante.
Se acercaron a esa mesa y la mirada del hombre no despegaba a la pequeña, solo sonrió cuando los tuvo enfrente.
– Mandé a todos los demonios de este pueblo al infierno, algunos huyeron de aquí apenas me sintieron. – Limpiaba las mejillas de la pequeña. – Los deje entrar a mi territorio, pero llegaron directamente hacia mí. – dejo la servilleta en la mesa para mirarlos, sus ojos cambiando a rojos y venas rojas resaltando. – ¿Serán estúpidos o realmente quieren que los mande al infierno?
– Lo sentimos señor, no venimos a importunarlos. – relaciono a la pequeña. – Me llamo Neo...
– Y además piden ayuda, eres tan desvergonzados – sabiendo sus intenciones y no dejándolo terminar, sonrió de lado su rostro se oscureció. – Lárguense antes de que los destruya de un chasquido.
Eso le molestó a Dan pero Neo lo detuvo antes de que hiciera una idiotez, el hombre sentado lo veía desafiante y con burla.
– ...Mi padre es Ángel. – pocas veces mencionaba a su padre.
El nombre de su padre era muy conocido entre los demonios, además de tenerle miedo apenas mencionaban su nombre. Su rostro cambio apenas lo mencionaron. No le temía a un príncipe, y menos que lo mandarán al infierno. Ya había estado 3 veces ahí y salió después de un mes, las pláticas de una hora con Lucifer siempre sacaban temas de conversación y si estaba de buenas, había fiesta.
– ¿Hijo de Ángel? – pregunto observando al demonio de arriba hacia abajo.
– Sí señor. – no bajaba la mirada, mirando siempre a los ojos de un príncipe del infierno. – Queremos saber el paradero de un... Es uno de los devoradores de demonios. – El demonio guardo silencio por un momento.
– ¿Ángel? – hablo la pequeña con un acento.
– ¿Español? – pregunto Dan en su acento. – Hola pequeña.
– ¿Cómo te atreves a hablarle? No permito hablarle y menos verla, lárguense antes de que los desaparezca y no vuelvan al mundo humano.
La cara del hombre cambiaba al aspecto temible de un demonio, cuernos salían de vez en cuando para ocultarse a su rostro humano. Su color cambiando azul y dientes sobre saliendo, sus orejas puntiagudas y su tamaño cambiaba. Notando la presencia de la pequeña a su lado, respiro varias veces para controlarse y verla, eso siempre lo calmaba.
– La pequeña te ha de agradar mucho para no "desaparecernos". – sincero Dan. – Hagamos esto rápido, queremos saber si hay...
– Para que quieren llegar a uno de ellos, ¿Quieren morir? – no dejándolo terminar, no quería meter a su pequeña en esto y solo deseaba que se fueran de sus terrenos.
– No señor. – el príncipe paso de ver a Neo para después observar al chico que tenía a un lado y reviso su cuerpo, levanto su brazo y movió sus dedos para tocar el símbolo de Neo en su cuerpo. Dan salto cuando sintió el tacto, dolía como el infiero la marca, no sabía las razones de su dolor. El contrato con Max ni siquiera había dolido y se preguntaba porque el dolor de esta.
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Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)
Ficção Adolescente- P-por favor... Te lo ruego... - se arrastraba en el suelo tratando de huir de ese húmedo callejón. Una pelea que había acabado desde que había comenzado, solo necesitaba matarlo, se acercaba cada vez más al hombre que deseaba escapar, sabía que er...