7. Gritos.

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Neblina, sombras moviéndose por todas partes con mucha rapidez, rayos de luz pero la neblina hacia que se pusiera oscuro, muchos árboles y la luna llena en lo alto siendo tapada por nubes, sintiendo algo tocar su cuerpo, la oscuridad consumirlo lentamente apretando su cuerpo, sintiendo dolor, viendo a lo lejos la oscuridad acercarse más, de sus pies, sus piernas y su cuerpo, viendo unas manos acercarse, tocarlo y después escuchar un grito.

Despertó con mucho calor en su cuerpo, su respiración agitada, viendo a todas partes, trato de moverse pero no pudo, vio sus muñecas encadenadas, sus tobillos encadenados, trato de romperlas pero no podía, trato hasta que sus muñecas se pusieron rojas con marcas.

No sigas – escucho, levanto la vista y entro un hombre, viéndolo, una camisa blanca arremangada, pantalón oscuro, su camisa desabotonada, atractivo pensó.

¿En serio pensó eso? Nadie le había llamado tanto la atención, era extraño, ni siquiera lo conocía, y mucho menos sabía que había pasado, vio a su alrededor, luego recordó a Dan, ¿Dónde estaba? No recordaba nada, trataba de esforzarse en algún recuerdo, pero nada, le dolía la cabeza y el pecho, ni siquiera ese gruñido o ese dolor por no comer...

El dolor de su pecho solo significaba una cosa, enloqueció.

Eso era lo único que no podía controlar, quería, deseaba y pedía poder hacerlo, sin matar a personas inocentes, podía consumir comida, pero no era nada comparado ahora, se sentía tan lleno de vida, pero a la vez tan mal, y más cuando no sabes que fue lo que hiciste al tener ese poder en tus manos.

Bajo la cabeza, lágrimas en sus ojos, quería ser fuerte pero no así. No podía controlarlo, no quería matar humanos, lo hizo en el pasado pero no podía controlarse y la destrucción de personas inocentes al interponerse entre él y su comida. Lo malo de comer demonios es que veía como mataba a las personas, como sufrieron o como murieron, el temor en sus miradas, el dolor, no quería.

Erick veía al chico, era joven pero no sabía que era en verdad, recordando esos ojos, negros con rojo, un demonio los tenía completamente negros y en vez de ir por él, iba por ese demonio que ya había mandado al infierno, cuando incrusto esa daga en su corazón, esa mirada que transmitía locura, soberbia y hambre.

Ahora solo veía a un joven con miedo, preocupado. Nada comparado con el chico de hace días.



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– ¿Algún amigo tuyo? – pregunto, ese demonio no le daba información, limpio la sangre de su daga con un trapo.

– ¿Q-qué? ¿C-crees que ese... ese monstruo estaría conmigo? – pregunto con miedo.

– Venia por ti, pensé que te ayudaría – comento sentándose, el demonio estaba herido, veía su cuerpo temblar al recordar cómo iba a ser comido hace unos días por el monstruo.

Aunque cuando tuvo al chico enfrente de él, este no le hizo nada, se detuvo y por eso tuvo la oportunidad de enterrar la daga.

– E-esa cosa... T-te diré todo lo que quieras p-pero no me dejes con e-esa cosa... Po-por favor – suplico, era extraño, ahora el demonio hablaba y solo por ese chico.

– Excelente, háblame de él – apunto al chico en el suelo con su arma, la mirada se iba al chico llamado "Monstruo" y después al cazador, esperaba que hablara, pero no lo hizo. – Bien, te dejo para que hables con él y...

Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora