Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)

32. Juntos.

Tres semanas habían pasado, el tiempo pasaba y de un día para otro el otoño había entrado. Las noches empezaban a hacerse frías, los humanos usando sus abrigos y ahí estaba un cazador llamado Erick en una plazuela, viendo a la gente mayor pasar. Niños corriendo seguido de sus padres y regaños de que no se alejaran, parejas pasar con sus manos entrelazadas.

Pero aunque fuera tranquilo, no dejaba de escuchar de más, no bajando la guardia por si algún problema surgía. Un brazo pasando entre sus hombros y un bufido conocido por el cazador.

– ¿Esperaste demasiado? – pregunto un rubio, se había cortado el cabello y Erick lo esperaba en la banca con unos lentes oscuros que eran del rubio.

– Te ves... – la palabra no se describía a su belleza, deslumbraba así que prefirió decir eso. – Deslumbrante – se quitó los anteojos y se los puso, escuchando la música de una cafetería para atraer clientes, era perfecta para ese momento.

Viendo sus labios y esos ojos que estaban arriba de esos lentes oscuros, esos ojos azules y bellos, era lo más bonito que ha visto en toda su vida. El rubio viendo cómo se quedaba embobado viéndolo, no sabía si era de amor o algo de hermandad. El sentía amor pero no sabía si el más alto sentiría lo mismo, el último beso que se dieron fue hace meses pero ahora era diferente y creyó que era por la emoción del momento pero ahora era diferente.

¿Qué tal si no era correspondido? ¿Qué cara daría si se negaba y solo era por hermandad? ¿Si fue por la emoción del momento? Le dijo "Amigo" ¿Amigo? ¿Besas a tus amigos? Bueno, él había besado de vez en cuando a Dan pero fue porque estaban ebrios o era para excitar a alguien que les daría el pase a un lugar lujoso.

Se quedó aun con la duda y mucho más confundido que antes, no sabía cómo interpretar esa mirada y esa pequeña sonrisa, esa cara ladeada y sus ojos mirando de arriba y abajo su rostro, se separó del mayor.

– Tenemos que irnos, papá dijo que no nos tardáramos y que tenemos el tiempo contado – le recordó la advertencia de Mauri, lo tenía muy cuidado desde que se encontraron y no lo soltaba por ningún momento.

Le preparaba comida y demasiada, si este se le perdía gritaba su nombre por toda la casa, si no lo encontraba mandaba a las sombras a buscarlo para verlo en el balcón platicando con Kara y Erick.

El cazador se había alejado de la iglesia, había muchas cosas que escondía y quería averiguar que pasaba ahí, porque mataban a los niños demonios y muchos temas más, pero no quería separarse de Max.

Se podía llevar a Max pero detrás de él tenía a una familia y a un Mauricio muy sobre protector que se dormía con Theodore, abrazándolo mucho y un Ángel despierto viendo a su hijo siendo abrazado por su destinado. Aunque Max no lo supiera, al momento de quedarse dormido, activaba su campo de fuerza y nadie podía entrar en él, mucho menos Ángel.

La idea de pedir la ayuda de la Familia de Max estaba presente pero también no quería separar a la familia por sus deseos de buscar que era lo que tramaba la iglesia, prefería pasar momentos agradables con ellos antes de irse.

– Es verdad, no quiero a un Mauricio regañándome por tardarnos demasiado y todo porque ningún puesto te parecía – le recordó, Max le hizo muecas.

Max notando que había sombras escondiéndose, sabía que su papá le envió sombras a observarlo y cuidarlo de cualquier mal, pensaba que tal vez tenia detrás unas diez mil sombras pero era el doble.

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