26. Secuestrador.

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Tratando de tomar la mano del humano, solo un tacto de yemas de sus dedos lo hizo tener una sensación agradable en su cuerpo cuando trato de salvarlo. Esa sensación que por muy raro que se le hizo, era nostálgica pero no sabía de dónde. Sus pensamientos fueron detenidos por el golpe que le dio ese ser de luz en su rostro, aventándolo lejos del humano y él.

Cayendo lejos de ellos, rompiendo el muro y sintiendo como se le caían esos pedazos de pared en él.

Un gruñido salió de su garganta, observando como agarraba al humano con delicadeza para cargarlo como un bebé.

– ¿Quién eres, estúpido? – pregunto Max.

– ¿Para qué saberlo? Te mataré antes de que te lo diga.

– No sabía que los seres de luz tenían sentido del humor – su sonrisa ladeó. – Solo llegan cuando su humano está muerto, ni para eso sirven los seres de luz.

– No soy como el resto.

– Eres peor – dijo Max. – Secuestrar a un humano – hizo un sonido de negación con su boca.

– ¡Él fue mío desde mucho antes! – grito como un maniático, no le gusto lo que ese ser inferior le dijo. – ¡Me lo arrebataron, lo que siempre me perteneció!

– Los humanos no le pertenecen a nadie, tu trabajo solo es cuidarlos – le recordó. – ...Estar con un cazador de demonios tiene sus ventajas ¿Sabes? Hay tantos libros que leer, que en parte parecen acertijos y algo complejos pero cuando te das cuenta sobre los seres de los que hablan... Como los Ángeles de la Guarda por ejemplo – observando al ángel, este solo levanto su rostro con superioridad hacia Max.

Mi tarea era solo cuidar, proteger y guiar a mi humano – vio a Mauricio en sus brazos, acariciando con tanta suavidad su mejilla mientras seguía inconsciente. – ¿Y qué hicieron? Me lo arrebataron... Se llevaron a mi humano, a su espíritu... Lejos de mí pero ahora – sonriéndole a Mauri. – Lo tengo en mis manos y nada, ni nadie podr... – un golpe lo hizo callar, mandándolo lejos de Mauricio.

– ¿Ni nada y nadie? – se acercó al humano para ver si tenía heridas pero no, estaba bien, sin ningún rasguño. – ¿Oye? – hablo con el humano, observando su rostro y flashes de empezaron a aparecer en su memoria.



– No te preocupes, papá te cuida... – escucho en su cabeza  a alguien hablar, eso hizo que su cabeza doliera.



¡¿Cómo te atreves?! – se levantaba furioso del lugar donde fue arrojado. – ¿Cómo te atreves a ponerle y ponerme tus sucias y pecadoras manos en nosotros? – rechinando sus dientes.

– Cállate por favor – pidió, no aguantando el dolor. – Tus rechinidos hacen que me duela la cabeza.

– ...Los devoradores de demonios, son como perros – dijo. – Padre lo creo para eliminar a los demonios, su destino está en solo comer demonios y eliminarlos la impureza del mundo... Y aquí estás, creado para eliminarlos, junto con tu familia.

Yo no tengo familia... – contesto, la sonrisa socarrona del ángel de la guarda.

– Un demonio poderoso – no le agrado hablar de él. – Con un humano, pero no cualquier alma... Uno en específico, uno recién salido del horno – vio hacía el humano en brazos del devorador.

Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora