– Sabes cariño... cada palabra que dices, hace que duela cada parte de mi ser... – se tocó el pecho, una sensación terrible paso por el cuerpo de Mauri, culpa.
– Y-yo... – las sombras susurraron, hablando con Mauricio.
"¿Y creerás en sus mentiras no?" "No te dejes engañar" "Te está manipulando" "Demonio tenía que ser" "No le creas"
– ¿Crees que no me dolió que me engañaras? – recobro su compostura y dijo sin titubear. – Estábamos en esto juntos, eso es lo que hacen las parejas, pero parece que estaba solo.
– Mi pequeño – suspiro. – Sé que estás molesto, solo trataba de protegerte.
– ¿Protegerme? – asintió Ángel. – O era por tu egoísmo hablando.
– Todo lo hice por ti, todo mi amor y devoción es hacia a ti.
– No te creo – negó. – Ya no te creo, Ángel.
Quedándose con la palabra en la boca, al mencionar su nombre, no palabras bonitas o apodos cariñosas. Sino su nombre, era doloroso y más del hombre que amaba.
– Creo que necesito tiempo – sugirió Mauri.
– ¿Qué? ¿P-por qué...? – pregunto temeroso, no le gustaba por dónde se estaban dirigiendo las cosas.
– La confianza no se gana de un día para otro y se lo que has estado haciendo allá afuera.
– ¿De qué hablas, pequeño?
– Los cambios climáticos – contesto.
– Eso solo era una parte de mis emociones, me abandonaste y pensé lo peor – camino de un lado a otro como un León enjaulado. – Estábamos juntos en todas partes, no te dejaba por un segundo y cuando lo hago pensando en que me obedecerías, te fuiste – su respiración agitada.
– No te voy a obedecer en todo lo que digas – directo hablo Mauricio. – No sé qué te dio el derecho de que voy a obedecerte en todo lo que digas – se sentó, tranquilo mientras veía a su esposo queriendo acercarse, pero se detenía para después seguir caminando. – Me prohíbes comer las cosas que me gustan, me prohíbes hacer lo que quiero, salir, caminar, no dejarte ni por un segundo ¿Crees que está bien eso?
– ¡Solo trato de protegerte! – grito alterado.
– No es la manera, y yo no pedí eso.
– Ha-hay... – trato de tranquilizarse, pero su respiración no ayudaba y menos la sugerencia de Mauri. – Hay enemigos allá afuera, saben que eres mi debilidad y si te dejo solo por un momento ellos tratarán de acercarse y matarte.
– Yo no ocasione que fueran tus enemigos. – contesto y levantándose de su lugar. – ¿He estado una semana sin ti y me ves herido o lastimado?
– ¡Pudieron haberte herido o matado! – grito alterado Ángel.
– ¡Pero estoy bien! Son tus enemigos, ¡No soy débil!
– ¡¡PERO YO SI!! – grito con desesperación Ángel. – ¡Yo soy el débil si no estás conmigo! ¿Sabes cómo me sentí apenas te perdí de vista? ¡Te perdí! Pensé lo peor ¿Si algo te pasaba que iba a hacer? – verlo tan agitado, era algo nuevo. – Perder a nuestro hijo fue doloroso, el dolor de verte y no pude protegerlos apenas los deje solos una vez... Sentí que tarde demasiado solo para alimentar a mi Theodore, mi hijo... Mi bebé fue secuestrado y todo por mi culpa – Mauri se acercó poco a poco. – Sé que esos enemigos que hice, fue por mi... Por qué era joven y estúpido, la codicia y el poder que tenía en mis manos, pero... Yo no desee que se metieran con mi familia – lagrimas saliendo de sus bellos ojos oscuros. – Sé que provoque todo este dolor, verte sufrir... A mis hijos, toda mi familia por mi inmadurez... Por mi pasado.
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Unforgettable. (Yaoi/Gay/M-preg)
Jugendliteratur- P-por favor... Te lo ruego... - se arrastraba en el suelo tratando de huir de ese húmedo callejón. Una pelea que había acabado desde que había comenzado, solo necesitaba matarlo, se acercaba cada vez más al hombre que deseaba escapar, sabía que er...