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—De haber sabido que Süleyman se pondría en nuestra contra lo hubiese asesinado con mis propias manos durante la invasión a safávida hace tres años —Mâhıdevran había perfeccionado su puntería de tal manera que no falló en ninguno de los 8 tiros de práctica con las flechas, todo en honor a su difunta hermana Gheverhan—. Cada día se hace más poderoso, incluso temo que pueda asesinar a mi padre.

—El príncipe es demasiado leal, dudo mucho que sea capaz de atentar contra su sangre.

—Davut, ¿acaso no te has dado cuenta que la salud mental de mi padre ha empeorado desde el año pasado? Ese hombre se volvió un tirano, más de lo que siempre había sido. El pueblo puede estallar en cualquier momento y si intentan derrocar al sultán será una catástrofe.

—Ya entiendo lo que sucede: tienes miedo de que tu padre le ceda el poder a Süleyman y asesine a tus hermanos.

Lo cual era una posibilidad tan grande que había empezado a ocupar la cabeza de la sultana. Süleyman no era un tonto, era tan bueno en el ámbito militar que temía ser superada; sin embargo, había un joven ambicioso llamado Ibrahim de Parga que se volvió tan cercano al príncipe que empezaba a manipular su mente. La sultana intentó convencerlo de que asesinara al príncipe, pero él se negó y con mucha valentía la amenazó de regreso.

—Claro que tengo miedo, Davut. Él es el príncipe de la corona, tiene un hijo varón, Manisa, un ejército ¿Acaso te golpeaste la cabeza o solo quieres hacerte el gracioso? —le reclamó, muy frustrada y agobiada por las nuevas amenazas—. Si no coronamos a Korkut tras la muerte de mi padre, mi hermano hará de esta capital un infierno.

>>Rodarán las cabezas de todos aquellos que fueron leales a mi padre, incluyéndote a ti y a Merzif. Üveys y Korkut serán asesinados cruelmente. Fatma, Şahıhuban y yo seremos casadas con los nuevos visires y ps de Süleyman. La sultana Hafsa será Valide sultán, y su primera misión será expulsar del harén a todas las Haseki, incluida mi madre, si es que no la asesina primero.

—Mataré al imbécil que se atreva a tocarte —acarició por detrás a su sultana, dirigiendo las manos a su vientre—. Ya verás que pronto nuestro futuro nos favorecerá. Viviremos en el palacio más hermoso del imperio, y en cuanto nos casemos me encargaré de llenarlo de hijos —la sultana sonrió—. Espero que nuestro primer bebé sea una niña, idéntica a ti y de nombre Hanım . El segundo será Osman, tendrá tus ojos y mi cabello, al igual que Mehmet.

—¿Así que elegirás todos los nombres de nuestros hijos?

—Solo tengo eso en mente. Los siguientes tres nombres los eliges tú, y los otros tres nos pondremos de acuerdo —ambos rieron.

Se hacía tarde y la sultana debió regresar al palacio, dubitativa entre los hermosos sueños que visualizaba en su cabeza desde que Davut le confesó sus deseos de casarse con ella.

Cruzando por el harén, escuchó más ruido de lo común y decidió acercarse a ver lo que sucedía. La señorita Aygün estaba cubierta de lágrimas y se la estaban llevando con la doctora. No entendía la razón de la ausencia de su madre, lo que la hizo cuestionarse durante unos segundos.

—¿Qué sucedió, señorita Hülya?

—Sultana, una criada del harén ha intentado lastimar a la señorita Aygün, por fortuna los ağas la ayudaron en el momento adecuado.

—¡Esto es culpa de Ayşe! ¡Que escuchen todos pues la sultana intentó asesinarme! —gritaba la señorita, empezando a sentir dolores por el embarazo.

Mâhıdevran enfureció de inmediato, pues de nuevo acusaban a su madre de un delito que no había cometido; si eso fuese cierto, ella estaría informada de los planes.

LA SULTANA DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora