Capítulo 3

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Pista. Correr. Esfuerzo. Respiración.

"Me quedaré a revisar algo sobre los clubes, por favor, regresa con cuidado a casa."

Kanao leyó el mensaje que su hermana le mandó al poco tiempo de alistarse para salir del aula. No era como si ella no hubiese pensado entrar a alguno, en realidad, tenía muchas ganas de formar parte del equipo de fútbol femenil de la escuela, pero...

-¿Esperarás a Shinobu-sempai para irte a casa?- ah, sí. Ella prefería pasar sus tardes con el mayor de los hermanos Kamado (con esa familia en general).

-No, me acaba de avisar que se quedará por alguna actividad, así que iré sola.

-Bueno... Inosuke nos invitó a jugar videojuegos a su casa, ¿quieres venir? Sólo tengo que dejar a mis hermanos con mis padres, no tardaremos mucho.

Y con esa brillante sonrisa, ¿cómo iba a decirle que no? Salieron del aula para pasar a la primaria y recoger al resto de los niños. De camino pasaron por la cancha donde los equipos de fútbol empezaban sus entrenamientos. La mayoría de los estudiantes tomaban la primer semana como de chocolate, por lo que en realidad los entrenamientos empezaban en la segunda semana. Kanao se quedó observando el lugar, algo que no pasó desapercibido por Tanjiro.

-Sabes, creo que serías una gran delantera o portera en el equipo. ¿No has pensado en entrar?

Claro que lo había pensado, más de una vez, pero no podía decirle que ella prefería simplemente estar en su casa, con su madre, cocinando y aprendiendo a hacer pan y luego jugar con sus pequeños hermanos. Aunque no era el caso, Tanjiro seguramente se sentiría culpable, y podía empezar a rechazarla o evitar que pasaran las tardes juntos. No. Ella no estaba dispuesta a perder eso.

Sin embargo, había un pequeño detalle.

-No creo que sea muy femenino de mi parte jugar fútbol.

Kanao, cuando intentaba evadir el tema o mentir, decía excusas tontas. Y Tanjiro, que la conocía tan bien como sólo ellos mismos, sabía que no estaba siendo sincera. Detuvieron su caminata y la miró casi ofendido.

-Kanao, no vuelvas a decir eso nunca- la chica contuvo el aliento y sus ojos se abrieron lentamente a medida que el otro se acercaba a ella- Eres la chica más femenina que he conocido, y sé muy bien que eres una excelente jugadora y lo mucho que lo disfrutas, tus ojos brillan cuando eso pasa, casi tanto como cuando... estás en casa- Tanjiro no pudo evitar el sonrojo al decir aquello, contagiándolo a Kanao- Así que, por favor, no digas eso. No dejarás de ser la chica hermosa con broche de mariposa adornando el cabello más suave y bonito de la escuela.

Y el sonrojo se intensificó en ambos rostros. Ella no tenía idea de que esos fueran los pensamientos del chico del que estaba enamorada hacia su persona, e inconscientemente llevó una de sus pálidas manos hacia su coleta, acto que fue interrumpido al sus manos ser tomadas entre las del chico.

-Si decides hacer las pruebas, no tengo duda de que entrarás. Y mis hermanos, nuestros amigos y yo vendremos a apoyarte en tus partidos. ¡Sólo escucha a tu corazón! Te apoyaré en todo, ¿de acuerdo?

-¡Hermano! ¡Kanao!

Ante aquel llamado interrumpieron su agarre. Rokuta, el menor de los Kamado, era el más apegado a ese par, y siempre que podía le demostraba su afecto a Kanao, como si fuera una hermana mayor.

-Démonos prisa, Inosuke se molestará si lo hacemos esperar y aún debemos pasar a casa, ¿está bien?

No era capaz de hablar, por lo que se limitó a asentir, y cargando entre sus brazos al pequeño Rokuta, se dirigió con el resto de los niños.

Te quiero, sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora