Blanco. Gris. Familia.
Los hospitales no eran, ni serán, su lugar favorito en el mundo. Incluso cuando consideró ser médica, pediatra para ser más específicos, tenía que poner su mejor cara ante los infantes que estaban hospitalizados cuando iban por parte del comité de voluntariado de la Academia. Una de las tantas cosas que admiraba de Kyōjurō era su capacidad de sonreír aún estando ante las más desafortunadas situaciones como eran esos casos. El recuerdo de sus días de estudiante hizo que se abrazara más al brazo de su padre; se encontraban en la sala de espera para la consulta de rutina con el doctor Kuwajima, pues tal como había prometido, Kanae y Sanemi habían acompañado a Gyōmei.
Ambos hombres se encontraban conversando, pero Kanae no prestaba atención al estar sumida en sus pensamientos, rezaba mentalmente porque todo estuviera en orden con el corazón del mayor. Debía estarlo, ella más que nadie ha estado al pendiente de sus medicinas, estudios de rutina y consultas. Se había informado sobre la enfermedad hereditaria de la familia Himejima, encontrando que era perfectamente tratable y no intervendría en sus actividades diarias siempre y cuando llevara su tratamiento tal cual lo indicaba su médico. Por esa parte, pudo respirar un poco más tranquila; sin embargo, había algo apretando su corazón. Al descartar las posibles causas de su malestar, pues sus hermanas, su cuñado, su trabajo, todo estaba en orden, además de estar con los dos hombres más importantes de su vida en ese momento, quedaba aún más pensativa, porque en serio, no sabía qué se le estaba escapando.
—¿Señor Himejima? Es-Es su turno. P-por-porfavorpase.
Del consultorio del doctor Kuwajima salió un lindo joven de cabello rubio y ojos dorados, vistiendo uno de esos trajes quirúrgicos, con sus mejillas rosadas por la vergüenza. Zenitsu aún no había superado del todo esa ansiedad social. Kanae se puso de pie ayudando a su padre a que hiciera lo mismo.
—¡Zenitsu! Tiempo sin verte, desde que ahora se reúnen en casa de Inosuke ya no los he visto tan seguido— la mayor lo abrazó fraternalmente, haciendo que el rostro del chico se coloreara hasta las orejas.
—¡Kanae-senpai!
—¿Quieres que espere aquí?— Sanemi no estaba seguro de si debía o no entrar con ellos, creía que eso era demasiada invasión a la privacidad de esa familia.
—No nos molesta si nos acompañas, Shinazugawa— Gyōmei le dedicó una sonrisa paternal, Kanae le pedía con la mirada que por favor, no la dejara sola en la consulta.
Así fue como los 4 entraron al consultorio, siendo Zenitsu el último para cerrar la puerta. Les pidió tomar asiento mientras él se encargaba de tomar los signos vitales del mayor. Cuando decidió que quería ser médico como su abuelo, este no contuvo su emoción y comenzó a llevarlo (arrastrarlo) hacia sus consultas 1 vez a la semana para que se fuera relacionando con el medio. Hacía tareas básicas, leía sobre las enfermedades comunes, ponía atención a todo lo que su abuelo le enseñaba. Pero, joder, recién había cumplido sus 15 años, era un adolescente hormonal, lo que quería era salir con chicas lindas, específicamente invitar a salir a Nezuko (después de preguntarle a Tanjirō si no tenía algún problema con eso, no quería arruinar su amistad u ofenderlo); sin embargo ahí se encontraba, tomando la presión arterial del adulto, haciendo anotaciones mentales sobre la enfermedad de este, y desviando su mirada de vez en cuando hacia la hermosa hermana mayor de Kanao.
—Es un gusto saludarlos, Kanae, Gyōmei, y uh...
—Él es Sanemi Shinazugawa, doctor. Es mi prometido— Kanae dijo esto con una enorme sonrisa y ojos risueños, Zenitsu casi juró ver destellos al rededor de la chica cuando lo señaló.
—Un placer conocerlo, Shinazugawa.
—El placer es mío, doctor. Aquí tiene los resultados de los exámenes que le solicitó a mi suegro.
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Te quiero, sensei.
Romance-Tienes 16 años, eres sólo una niña. No sabes lo que quieres. Además, soy tu sensei, 8 años mayor que tú. Esto de ninguna manera podrá estar bien mientras seamos profesor - alumna, la única relación que debemos llevar. -Tomioka-sensei, mis sentimien...