Capítulo 10

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Lunes. Tiempo. Exámenes. Accidentes. 

El sonido de la cafetera y el olor a café inundaban la cocina, Himejima se encontraba preparando el desayuno para las niñas para que estas pudieran descansar un poquito más ya que hoy comenzaban con el primer período de exámenes. Cuando terminó de cerrar el último bento, escuchó las pisadas en los cuartos de las chicas, una de ellas se había quedado dormida, estaba casi seguro de que Kanao pasó unas buenas horas en la madrugada hablando con sus amigos, desconocía si era estudiando o sólo era tiempo de ocio; sea como sea, debía darse prisa si no quería un retardo en su asistencia perfecta.

Ambas hermanas bajaron después de unos minutos, saludaron a Gyōmei, comieron rápido su avena, lavaron sus dientes y tomaron a toda prisa sus mochilas junto con los bentos para darle un abrazo de despedida a su padre y salir lo más rápido que podían hacia la estación.

-Supongo que ambas se quedaron dormidas- Gyōmei se fijo en la hora, dándose cuenta de que las niñas habían salido a buen tiempo, entonces, no sabía por qué tanta prisa. Subió a sus cuartos para confirmar la hora en sus despertadores y se dio cuenta de que estos tenían 15 minutos de adelanto además del cambio de la alarma- Ah, debió ser Kanae.

Recordó que ayer, mientras Kanao se encontraba con Kamado, Kanae había subido a las habitaciones de sus hermanas para buscar algo de un broche. A ella le gustaba gastarle bromas a sus hermanas cuando se encontraba de buen humor, así que eso debió ser.

Gyōmei ajustó la hora nuevamente antes de salir de los cuartos, con una gran sonrisa en su rostro, se dispuso a limpiar la cocina para iniciar él también su día. Sólo que su reloj estaba sin alteraciones en la hora, su día sería más tranquilo.

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-¡Hermana, date prisa, llegaremos tarde y tengo mi examen de cálculo a primera hora!- el nerviosismo y apuro se notaban en la voz de Shinobu, su corazón latiendo a mil por hora a causa de la adrenalina mientras repasaba mentalmente el no haber olvidado nada importante en casa- ¿Esos no son los Kamado? ¿También se les habrá hecho tarde?

-¡Buenos días Kanao, Shinobu-senpai!- saludó como siempre Tanjirō, y como cada vez que se encontraban, los hermanitos de este iban corriendo a saludar a Kanao- ¿Senpai, sucede algo?

Shinobu no podía creer lo calmado que estaba aquel chico, es decir, ¡iban 15 minutos tarde! Lo tomó por los hombros al mismo tiempo en que lo sacudía.

-¡Cómo es posible que estés tan tranquilo si vamos súper tarde!

-¿Eh? Senpai, estamos a la misma hora de siempre, no entiendo qué le sucede.

-¡¿Cómo qué...?!- y algo hizo click en la cabeza de Shinobu. Sería mucha casualidad si más de dos personas hubiesen llegado tan tarde y sin estar alteradas, ni siquiera su padre estaba apurado como ellas, Kanao también se dio cuenta, por lo que ambas revisaron la hora en su teléfono celular-Ya veo, lamento haberme exaltado, Tanjirō, vamos a tomar todos el metro- Shinobu ya estaba lo suficientemente molesta como para poner su cara sonriente y la venita palpitando en su frente.

Ya tendrían oportunidad de desquitarse con Kanae por la broma.

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Mientras tanto, en la sala de profesores, se encontraba Sanemi preparando lo último para aplicar su examen. Secretamente él también estaba nervioso, si algo salía mal, no quería pasar más tiempo ahí dando tutorías.

-Toc toc, Shinazugawa-sensei, buenos días- Kanae entró para dejar un termo con café en el escritorio donde se encontraba su futuro esposo- Su prometida pasó a dejarle esto, dijo que lo olvidó en la mesa de la cocina y que tuvo que guardarlo en su bolso para que se lo entregara. Debería tener más cuidado, sensei.

Te quiero, sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora