Con la relación recién formalizada, Giyū y Shinobu dejaron a solas a la nueva pareja, por lo que ella decidió irse a casa, él, siendo un adulto y galante como él mismo, se ofreció a acompañarla. Así que ahí se encontraban, caminando por el parque que estaba cerca del edificio donde vivía la pelinegra. No habían dicho ni una sola palabra desde que comenzaron su camino de regreso, ni se habían vuelto a tomar de las manos. El crepúsculo aún regalaba sus colores, dando un paisaje bastante cálido. Siguieron sobre el sendero hasta que se encontraron con un puesto de helados. La temperatura no había descendido lo suficiente, así que le pareció buena idea imvitarle uno a la chica a su lado.
—¿Quieres uno?
—¿Uh? ¡Sí!— y ahí estaba de nuevo la bonita sonrisa que lo volvía un idiota.
Pidieron su respectivo helado, Tomioka, como el caballero que era, no le permitió pagar su parte a su estudiante, haciendo que esta hiciera pucheros, que lejos de verse molesta, la hacían ver adorable. Se sentaron en una de las bancas y se dispusieron a comer tranquilamente. El silencio se hizo presente de nuevo, pero en ningún momento fue incómodo sino todo lo contrario, ambos encontraron que con su simple compañía bastaba y sobraba.
—Pronto comenzarán los festivales escolares— Tomioka no era muy dado a iniciar conversaciones, de hecho, no le gustaba interactuar mucho con la gente y eso había sido un problema en el pasado, sino hubiese sido por sus amigos, su hermana y el abuelo Urokodaki, seguiría siendo el mismo inadaptado que se comunicaba con una sola sílaba como respuesta a las preguntas que le hacían, pero con Shinobu, se sentía en suficiente confianza como para iniciar una— Supongo que ya estarán escogiendo el tema para el festival cultural.
—Oh, sí, eso. No estoy en el comité estudiantil pero he aportado algunas ideas, no son la gran cosa— contestó la chica, como quien no quiere la cosa.
—¿Y también participarás por el club de atletismo? Si planeas competir en algún intercolegial, puede servir como prueba.
—Definitivamente lo haré. Después de todo, he aprendido a usar la respiración de concentración total y llevo un buen ritmo, creo que me iría bien— Se entretuvo un momento con su cono de helado, mordiendo la galleta, antes de continuar— ¿Usted irá con nosotros, no es así?
—Claro, son mis alumnos y estoy a cargo.
—Entonces, quedaré a su cuidado, sensei~.
Shinobu le regaló otra sonrisa sincera, era hermoso verla sonreír porque le nacía y no porque debía para quedar bien. Tomioka sintió su cara arder un poco, seguramente se había sonrojado, así que volvió su atención a su respectivo helado a medio comer.
—¿Qué actividades hacían ustedes en los festivales culturales, Tomioka-sensei?
—No eran nada originales, siempre había un típico maid café, pero esas cosas son muy populares, siempre funcionan. Seguramente alguien ya sugirió eso en tu año.
Y no se equivocaba, 7 de cada 10 ideas eran sobre un maid café, de hecho era un 90% seguro que terminaría habiendo uno en su grado, más no estaba segura de si ella también terminaría siendo parte de ese proyecto. Si no conseguían algo más original, seguramente sería el caso.
—De hecho, sí, lo han propuesto varias compañeras.
—¿Qué te parece la idea?
—Poco original, he de decir, pero ciertamente muy rentable— vaya que lo es, pues si hacían una buena selección en su clase, las chicas más lindas serían las encargadas de hacer el cosplay de sirvienta, ella incluída, pues según sus compañeros ella era la más linda de su clase (que Mitsuri y Makomo la perdonen).
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Te quiero, sensei.
Romance-Tienes 16 años, eres sólo una niña. No sabes lo que quieres. Además, soy tu sensei, 8 años mayor que tú. Esto de ninguna manera podrá estar bien mientras seamos profesor - alumna, la única relación que debemos llevar. -Tomioka-sensei, mis sentimien...