La primer competencia, parte I.
El reloj despertador sonó a una hora temprana a pesar de ser sábado. Se sentía particularmente inquieta y nerviosa, y tal vez no era para menos. No recordaba un día que la emocionara tanto, quizás su primer día de escuela preparatoria hace unos meses, cuando se propuso experimentar nuevas experiencias, ésta debía formar parte de ellas. Una que le calentaba el corazón de la emoción y ansiedad en su pecho. Se mentalizó que debía salir de la cama y prepararse para el evento principal, ese por el que había sacrificado sudor y sangre -metafóricamente- hasta entonces, el olor del desayuno llegó a su cuarto, tal vez no tardaban en entrar para asegurarse de que no se había quedado dormida. Escuchó la voz de su hermana mayor, en casa, se respiraba la misma emoción por su debut como atleta, algo exagerado para ella, no era que pensara dedicarse a eso, sin embargo, se había prometido que no decepcionaría a nadie y daría todo de su parte para obtener el mejor resultado posible.
Revisó la hora en su teléfono por última vez, percatándose de los varios mensajes del grupo de amigos que tenía, la mayoría era sobre reunirse en la academia o juntarse en casa de los gemelos y llegar todos juntos. No perdió más el tiempo divagando y se apresuró a alistarse. El agua caliente de la regadera la ayudó a relajarse sólo un poco, tenía el presentimiento de que sería un gran día. Se mantuvo optimista incluso cuando se vistió con los pantaloncillos estúpidamente cortos a su parecer que debía usar para la competencia. ¿Qué quieres que haga? Es el reglamento, recordó las palabras de su muy apenado sensei luego de reclamarle, no era como que él tuviese la culpa. Se colocó su pantalón de educación física y se sintió más cómoda.
Al salir de la habitación, fue recibida por Genya, quien tímidamente iba a despertarla. Lo recibió con una sonrisa sincera, a pesar de que el chico era muy tímido para hablarle a las chicas, siempre era muy respetuoso con ella. Con quien mejor se llevaba era con Kanao, seguramente por la edad, pero era indudable que las hermanas mariposa lo consideraban su hermano menor.
—Buenos días, estaba a punto de avisarte que el desayuno está listo.
—¡Aún no! ¿Qué debe comer un atleta antes de una competencia? Nemi, busca en internet qué es bueno para los deportistas de alto rendimiento.
—Cielo, no creo que—
—¡Que busques!
Shinobu rió ante el comentario de Kanae, luego de posar su mano sobre el hombro del chico más alto a modo de saludo, se apresuró a llegar a la cocina para intentar apaciguar a su hermana mayor. No estaba segura de si se encontraba así por la emoción o por las hormonas del embarazo, tampoco quería arrastrar a Sanemi a todo eso.
—Hermana, no soy una deportista de alto rendimiento, no exageres.
—¡Tonterías! No quiero que vomites a media carrera por mi culpa.
—Buenos días, mi pequeña— Gyōmei, que se encontraba bastante entretenido con toda la escena, saludó a su hija luego de darle un sorbo a su café—¿Cómo te sientes?
—¡Estoy muy nerviosa!
—¿Lo ven? Nemi, no puedo darle nada que exacerbe su ansiedad.
—Ni que tomara café.
—¡Nemi!
—Ya, ya. Buscaré.
—En realidad, me apetece un omellet.
—Te dije que no hacía falta hacer algo tan elaborado, hermana.
—Pero hermanita, tiene que ser un desayuno ligero— le respondió con algo de preocupación a Kanao— Incluso traje fruta y algunos bollitos dulces.
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Te quiero, sensei.
Romantik-Tienes 16 años, eres sólo una niña. No sabes lo que quieres. Además, soy tu sensei, 8 años mayor que tú. Esto de ninguna manera podrá estar bien mientras seamos profesor - alumna, la única relación que debemos llevar. -Tomioka-sensei, mis sentimien...