Capítulo 6

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Domingo. Cita. Accidente. Decepción.

-Buenos días, pequeña Shinobu.

Himejima Gyomei, padrino de las hermanas Kochō/Tsuyuri, había regresado de su viaje a casa con sus preciadas niñas, a quienes consideraba sus propias hijas. Después del desceso de sus padres, sus más grandes amigos, él se hizo cargo de ellas terminando el papel de crianza como si fuera su verdadero padre. Cada vez que viajaba, se mantenía al tanto de sus pequeñas mariposas, como él las llamaba, y hacía todo lo posible para terminar sus asuntos y volver a casa con ellas.

-Buenos días, padre. Me alegro de que haya llegado con bien. ¿Qué tal le fue?

-Se ha aclarado el problema con los inversionistas extranjeros y la farmacéutica seguirá funcionando como siempre- y también se encargaba de dirigir el negocio del cual era co-propietario junto a sus amigos- ¿por qué no te alistas y vamos a desayunar? No quiero que la pequeña Kanao pase su mañana en la cocina, ustedes pueden elegir a dónde quieren ir. Kanae y los Shinazugawa también irán.

Y también las consentía como un verdadero padre sin llegar a malcriarlas. Shinobu se levantó para dirigirse al baño a darse una ducha y destensar sus músculos debido al entrenamiento de la semana. Pensaba decirle a su familia lo emocionada que estaba por haber entrado al club de atletismo, se sentía lista para responder a la curiosidad de su hermana mayor e incluso de su padrino, al final de cuentas, no estaba haciendo nada malo.

Las hermanas terminaron de vestirse, ambas llevaban faldas, una blusa sencilla, sandalias y sus característicos broches, variando el peinado, siendo Shinobu quien decidió dejar su cabello suelto y Kanao con un peinado recogido. Para Gyomei, eran las criaturas más hermosas sobre la faz de la tierra vistieran lo que vistieran. Subieron al auto con su chofer en dirección a su restaurante familiar preferido en donde se encontrarían con la pareja.

-¡Padre!- la mayor de las hermanas se levantó muy entusiasmada por poder estar con su familia reunida, inclusive su pequeño cuñado Genya se encontraba ahí, nada la hacía más feliz que estar con sus personas amadas- lo extrañamos mucho. Me alegra saber que todo está en orden para que haya vuelto pronto.

El hombre la abrazaba con cariño, después de saludar a Genya y a Sanemi, tomaron asiento para ordenar sus desayunos.

-¿Qué tal pinta este nuevo ciclo escolar, niños?- y Himejima aceptaba a los Shinazugawa como parte de su familia, además de que el hermano de su futuro yerno lo admiraba y buscaba pasar tiempo con él por ese deseo infantil de ser igual que su ídolo- ¿Qué les parecieron las clases? ¿Piensan unirse a algún club?

Era la oportunidad de Shinobu de contarles a todos sobre su pequeño logro en el atletismo. Lo que no sabía era el odio de su cuñado hacia su sensei.

-Ahora que lo menciona, sí, me uní a uno- la atención se centró en Shinobu- entré al club de atletismo.

-¡¡Kyaaaaa!!- la primera en reaccionar fue, por supuesto, Kanae- ¡me sorprende mucho hermanita! ¿Qué te llevó a hacerlo? Con razón no te apareciste en el club de botánica en toda la semana.

-Verás, Kanako-sensei me entrenó en secundaria para mejorar mi velocidad, ya que no tengo fuerza, lo compenso corriendo. Así que, sólo pensé que sería divertido poder intentar probarme a mí misma de lo que soy capaz de hacer.

-¿Quién es el profesor a cargo?

-Oh, es Tomioka-sensei- dijo esto con una sonrisa.

-¿Tomioka es bueno en algo? Pff- no era un secreto que Sanemi no tenía en alta estima al pelinegro- No me imagino lo horrendo que debe ser entrenar con él.

Te quiero, sensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora