Emma, la típica chica perfecta,
Álvaro, el típico chico perfecto,
Blas, el típico chico popular, sexy y perfecto,
Carlos, el típico chico alocado,
Patricia, la típica payasa del instituto,
Alba, la típica rebelde sin causa,
David, el típico mujerieg...
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—Pero entonces, ¿te vienes con nosotros o no?
Dani lleva toda la semana insistiendo en una comida con el grupo de fútbol. Con Álvaro. Está claro el motivo. Creen que quedar servirá para juntarnos.
—No sé si quiero irme con los del fútbol.
—Pero te han invitado. Y no estarás sola. Álvaro y yo vamos también. —Dani trata de convencerme.
—Pero vamos a ver. ¿Por qué me invitarían? —Estoy harta de la conversación.
—Quieren conocerte.
—¿Y por qué querrían conocerme? —Me cruzo de brazos.
—Eres la chica de la revista que está buena. Está claro que están todos pillados por ti.
—No lo sé, Dani...
—¡Vamos! Será divertido. Además, es solo una comida. Después te podrás marchar a tu casa si lo deseas.
—Pero es que tendría que quedarme al entrenamiento. Y sabes que odio el fútbol. —Le aseguro.
—Porfa... —Se pone pesado. ¿Cuándo se ha convertido en Patri?
—Vale —suspiro—. Iré a esa dichosa comida.
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Es jueves, penúltima hora de instituto. Tras las clases hay entrenamiento de fútbol. Y gracias a cierto rubio al que se la tengo jurada, debo quedarme.
—Oye, Em. ¿Te vienes al centro comercial después de comer? —me pregunta María al acabar las clases.
—Uf, no creo que pueda. He quedado para comer y presupongo que tardaremos bastante. —Aunque suena mucho mejor ir con mi mejor amiga a comprar ropa.
—¿Con quién has quedado?
—Pues con...
—Emma, ¿nos vamos? —Dani aparece a mi lado, cogiéndome por el brazo.
Se me queda mirando. No sé si está decepcionada, enfadada o simplemente sorprendida. He quedado con el chico que le gusta y con sus amigos. No creo que le haga gracia.
