Capítulo 20 parte 1-Emma

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Un mes después...

No dejo de escuchar el timbre. Pero no les culpo. Deben de estar muy cabreados. Y todo por culpa de mi hermano. Se supone que mi hermano es el chico y yo la chica.

Abro la puerta. Mi novio me mira con mala cara. Esbozo una sonrisita.

—Hola...

—Em, os estamos esperando. ¿Qué pasa?

—Que mi hermano es un pesado. Creo que se ha llevado el armario entero.

—¿Estás segura de que él es el chico?—sonríe, con sorna.

—Yo ya no estoy segura.

Lo beso en los labios. Nos separamos justo a tiempo, porque mi hermano al fin hace acto de presencia.

—¡Al fin!—lo aplaudo.

—Tú te callas. Nunca sabes lo que vas a necesitar en un campamento.

—¿Y por eso te has tenido que llevar todo el equipo de Frank de la Jungla?

—Ja, ja, ja. Ni puta gracia, hermanita.

—Anda, vámonos—Álvaro trata de relajar el ambiente.

Bajamos en el ascensor con las maletas. Hay un silencio incómodo. Últimamente, mi hermano y yo no hemos tenido la mejor relación.

—¿Pero qué os ha pasado?—mi mejor amiga nos mira, apoyada en la furgoneta.

—Eso digo yo. Ya creíamos que os había tragado la tierra.

—Es que mi hermano es un lento.

—Se empieza a cuestionar quien es la chica de vuestra familia.

David recibe un guantazo de parte de Blas. Definitivamente, está idiota.

—¿Pero nos vamos a ir ya, o qué?—suena una voz estridente.

Qué. Hace. Ella. Aquí.

—¿Y a ti quien te ha invitado?—pregunto, borde, a Sofía.

—Mi mejor amiga—responde con su horrible voz.

Miro mal a Elena. Esto debe de ser una broma. Nos vamos de campamento a celebrar mi cumpleaños. Esa bruja no estaba en mis planes.

—Lo siento...—susurra.

—¿Nos vamos a subir al coche, o qué? —pregunta Dani. Está bastante harto.

—Primero hay que repartir los asientos—proclama David, cual rey del mundo—. Hay dos furgonetas. Las chicas en una y los chicos en otra. Fácil.

—Para el carro, guapito. Hay más chicas que chicos y nos faltan asientos—Isa se cruza de brazos.

—Pues que se venga una chica con nosotros. Lo dicho: fácil.

—¿Quién se va con estos desastres?

Los chicos se hacen los ofendidos y todas nos miramos. Parece que nadie tiene intención de irse con ellos. Resoplo.

—Iré yo...

—Gracias por tu generosidad—la peliazul me pone la mano en el hombro.

—Ya, ya... Qué pelotas...

Subimos las maletas a la parte de atrás de la furgonetas. Después, nos disponemos a sentarnos. No tenemos todo el día.

En nuestra furgoneta, la cosa es así: Junto al conductor va David, que quiere dormir. En las filas del centro vamos Álvaro, Carlos y yo. Y en la parte de atrás, Adrián, Dani y mi hermano.

Nuestro pequeño mundo(NPM#1)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora