Se me queda mirando, como pensando quién soy, pero entonces corre hacia mí y me abraza.
-Mi pequeña...-solloza.
Yo no reacciono. Esa mujer me abandonó cuando tenía siete años.
-Estás tan guapa y tan mayor...-me acaricia la cara y me besa la frente. Ah, y somos el centro de atención.
-Elena, ¿qué estás haciendo aquí?
Mi padre suena duro, pero se lo merece. Nos dejó solos, lo dejó solo con una niña.
-He venido a impedir esta boda.
-¿De verdad crees que después de tantos años puedes venir aquí a decirme lo que debo hacer con mi vida?
-Deberíais hablar eso en privado-aconsejo.
-Mira-me coge del hombro-, he criado a nuestra hija yo solo. Si es cómo es es gracias a mí.
-Me parece genial, pero ¿le has preguntado lo que piensa de la boda? ¿No se te ha ocurrido pensar que quizás ella no esté de acuerdo?
-Yo solo quiero que papá sea feliz-me meto de nuevo. Seguimos siendo el centro de atención.
-¿Ves? Elena, deja de meterte en nuestras vidas.
-¡Es mi hija, y tengo el mismo derecho que tú a verla!
-Pues si tan hija tuya es, ¿por qué te marchaste sin ella?
-¡Necesitaba espacio!
-De verdad, ¿no podéis hablar esto en otro momento?
Me miran y por primera vez, se dan cuenta de donde están. Sin dirigirse la palabra, mi padre vuelve a su sitio y mi madre se sienta a mi lado en la ceremonia.
-Ya estoy aquí-se excusa Madeleine-. Estaba muy nerviosa con lo de tu ex-mujer.
-Tranquila, cariño. Podemos seguir la boda-le da un beso en la mano.
-Bien-sigue el juez de paz-, pasamos a los votos matrimoniales.
Esta parte es aburrida así que me la salto. Me fijo en mi madre, a mi lado. No la veía desde aquella noche que me arropó y luego se marchó diciendo "Hasta mañana". Y al día siguiente no estaba.
Acabo de recordar de quien he sacado el pelo rubio. Su pelo parece tintado, pero es muy natural. Ese tono es normal en su familia y yo lo he heredado. Es guapísima.
-Los anillos-diciendo eso me sobresalta.
Se preparan para ponérselos. Veo a Emma entrar y colocarse junto a Álvaro. ¿Dónde estaba?
-Yo, Madeleine, te quiero a ti, José, porque te amo y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y la enfermedad y amarte y respetarte todos los días de mi vida.
Trago saliva. Ahora viene mi padre, y estará hecho.
-Yo, José...
Se detiene al escuchar el proyector de imágenes. Parece una conversación grabada.
-La odio, la odio, la odio...
-Mamá, tranquilizate...
-¡No puedo tranquilizarme! Ya casi lo teníamos, hemos superado a su hija y a los amigos ¡y ahora aparece la ex! Yo ya no puedo más.
ESTÁS LEYENDO
Nuestro pequeño mundo(NPM#1)-Terminada
أدب الهواةEmma, la típica chica perfecta, Álvaro, el típico chico perfecto, Blas, el típico chico popular, sexy y perfecto, Carlos, el típico chico alocado, Patricia, la típica payasa del instituto, Alba, la típica rebelde sin causa, David, el típico mujerieg...