Capítulo 6

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Vamos todos juntos a la discoteca

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Vamos todos juntos a la discoteca. No me gusta mucho dejar que Emma vaya sola. Lo sé, parezco su madre, pero simplemente me preocupo por ella. Álvaro parece darse cuenta y me sonríe.

—Tranquila, me quedaré esperándola para que no le pase nada. —Pellizca mi mejilla.

Esbozo un gracias y, ahora sí, me concentro en llegar a la discoteca. Patri y Carlos están pegando saltitos canturreando algún tipo de canción infantil. Que queréis que os diga, ellos son así. Cambiarlos sería imposible.

—¿Y Álvaro? —pregunta Blas.

—Ha ido a esperar a Emma.

—¡Cómo no! —David rueda los ojos

— ¿A qué te refieres? —Me hago la tonta.

—¡Venga ya, María! —Isa me reprende—. Hay que estar ciego para no darse cuenta. Ellos dos se gustan mucho.

Emma no está aquí para defenderse, por lo que es mi obligación hacerlo por ella. Por mucho que piense como ellos.

—Sé lo que parece, Isa, pero no es así. A Emma no le gusta Álvaro, más que como un amigo.

—Deja que me ría, mi querida María. Es obvio lo que siente. Otra cosa es que trata de ocultarlo porque no le gusta expresar sus sentimientos.

Sé que Alba tiene razón. No puede decir nada al respecto. ¡Tienen tanta razón!

—¡Ya hemos llegado!

Carlos me saca de mis pensamientos. Tiene razón, ya estamos en la puerta, entre tantas discusiones. Alzo los ojos, observando la construcción de tres o cuatro plantas. Tiene que ser horrible ser vecino de esta discoteca, porque se escucha la música desde fuera.

Dentro hay mucho ambiente, la gente bebe, baila y soba a otras personas. Yo no pienso hacer ninguna de las tres cosas. Venir aquí ha sido un error.

Me siento en un taburete, para matar el tiempo hasta que nos marchemos.

—Oye muñeca, ¿quieres probar esto?

Lo miro, es un borracho que me ofrece una especie de licor rojo. Mi cara de asco debe de ser muy graciosa, porque se ríe de una manera.

—Paso.

Por suerte, el borracho se va y segundos más tarde aparece Emma. Va guapísima. Lleva un vestido palabra de honor rojo que le queda como un guante. ¿Quién querría tener enemigos teniendo a una chica que consigue que todos se giren al verla?

—Hola rubia de bote. —Se sienta junto a mí.

— Hola loca del culo.

Sé que parece extraño. Dos amigas diciendo eso la una a la otra. Pero como ya he dicho, a Emma no le gusta expresar sus sentimientos más profundos. Por lo que en lugar de llamarnos "amichi", "guapa" o esas cursilerías... Yo soy rubia de bote y ella es loca del culo. Supongo que nos refleja, más o menos.

Nuestro pequeño mundo(NPM#1)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora