Capítulo 49-María

148 12 2
                                    

-Hola...

Emma sonríe al ver que su novio se acerca.

-Hola, Alv...

-Mira, siento si he hecho algo que te incomodara con respecto a ese vídeo.

-No ha sido culpa tuya. Soy yo, que aún me comporto como si fuera una niña pequeña. No debería llorar por esas tonterías.

-Entiendo que te pusieras así-le coge las manos y se sienta a su lado-, pero quiero que sepas que siempre vas a poder confiar en mí. Si hay algo para lo que no estés lista, no sucederá, ¿entendido?

Asiente. Álvaro la besa con dulzura. ¿Qué como lo sé? Porque alguien me acaba de despertar y he visto toda la escenita.

-Ejem, ejem...

-¿Qué haces aquí?-dice Emma, roja como un tomate.

-Creo que alguien me ha despertado, he salido y os he visto. Las cosas románticas, a la cabaña. Nadie tiene la necesidad de veros. Os lo digo con amor.

Vuelvo a entrar a la casa. Los he dejado rojos con la tontería, pero en fin... Ya en mi habitación, le pego un pellizco a mi rubio y me cambio.

-Eso ha dolido.

-A ver si va a ser verdad que los rubios son tontos, porque vas retrasado.

-Ja, ja...

Se levanta y se cambia. Es cierto que me da cierta vergüenza estar en la misma habitación, pero debo madurar en algunos aspectos de mi vida. Estas cosas me hacen más infantil.

-¿Escuchaste anoche algo?

-¿Cómo qué?

-Como Carlos y Patri... Ya sabes.

¿Lo veis? Todos han madurado en ese sentido de la palabra. Y yo sigo aquí, inacapaz de estar en la misma habitación que mi novio sin ponerme nerviosa.

****

La semana de vacaciones pasa rápido. Nos la pasamos en la playa. Aunque sea finales de marzo, lo cierto es que en Alicante hace calor.

La relación de Emma y Rocío se ha enfriado bastante, y la de Álvaro y Emma ha mejorado. Están más cariñosos, si se podía.

A lo tonto tonto, llega el momento de marcharnos. Da una pereza increíble volver a meter la ropa en la maleta y pasarte cuatro horas en un autobús. Pereza.

Me pongo en el mismo sitio que la vez anterior, pero esta vez una rubia se acopla a mi lado. Patri me sonríe, se dedicará a dormir. Mientras, Álvaro y Carlos charlan en el sitio del segundo. El resto están igual, de hecho, creo que Dani y Emma deberían ser pareja de sueños, ya que les gusta tanto dormir...

-¡Vámonos!

Hago un esfuerzo sobrehumano, pero nada. Ni un poco de sueño en el jodido autobús. Y Patri se duerme enseguida. Y mi móvil sin batería, ¡bien!

El conductor pone la radio, pero en ese canal solo hablan de política. Van a ser las cuatro peores horas de mi vida.

Entonces, Carlos se levanta con un disco en la mano, se lo pone al conductor y habla un rato con él. Parece que el hombre entra en razón y pone el disco. Carlos coge el micrófono, otra vez:

-¡Chicos, despertaos!

Algunos gruñen, otros ignoran. Zarandeo a Patri, cuando veo que todos vuelven a despertar.

-Vamos a poner música, así que a cantar.

Respiro, relajada. Empiezan a sonar algunas de las mejores canciones del momento y todos cantan, haciendo el imbécil. Son buenas, y por fin me divierto. Así me gusta.

Las cuatro horas son así, entretenidas. Todos se burlan de Emma cuando suena Dvicio, su grupo favorito. Los tiene en el corazón, y se dedica a cantar Paraíso a grito pelado.

-Vale ya, ¿no? -se queja David, recibe una peineta de parte de la castaña y finge ofenderse.

Nos reímos un buen rato de la tontería. Que niños somos aún...

Cuando llegamos, cada uno recoge sus maletas y nos vamos a nuestras casas. En mi caso, es sencillo, ya que nos dejan enfrente de mi piso. Toca volver a la realidad...

Una semana después...

El tiempo pasa muy deprisa. La primera semana del tercer trimestre es relajada, así que Álvaro, Emma y yo hemos aprovechado para comprar el esmoquin del chico. Pero lo cierto es que estas cosas no son las suyas. La ropa elegante no le pega.

-Este es el último que me pruebo -amenaza Álvaro desde el probador-. Si no os gusta, os jodéis, pero ya me he cansado.

¿Exigentes? Puede que un poco. Emma sonríe, divertida. A veces me parece que lo hace con gusto.

La veo caminar por la tienda, yo continúo sentada en el banco que hay junto al probador. Mira por el escaparate y sonríe.

-Rubia de bote y de mi corazón -se me acerca, melosa. Uy... ¿Qué querrá?

-Dime castaña de mis amores...

-Quédate un momento aquí con Álvaro. Sabes mis gustos, dile lo que opinas. Vuelvo enseguida. Gracias.

-Pero...

Ya se ha marchado por la puerta. Cuando quiere la tía es rápida.

-A ver, ¿qué tal?

Álvaro sale. Este esmoquin no está nada mal, pero me encantaría la opinión de Emma. De este no sé que opinaría.

-¿Y?

-Está bien. Me gusta.

-Vale, ¿y Emma?

-Se acaba de marchar y me ha dicho que te diga su opinión... Pero el caso es que no sé que pensará.

-Pues me lo compro, no voy a esperar a que vuelva. Me cambio, pago y nos vamos.

Asiento, resignada. Salgo a mirar mientras Álvaro se va cambiando. ¿Y esta dónde se ha metido?

Nuestro pequeño mundo(NPM#1)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora