capítulo 21.

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-Enzo cortala- le pedí empujándolo suave para que se aparte.

-Ari mirame- me dijo serio haciendo que me de vuelta a mirarlo a los ojos- decime que no queres lo mismo que yo y te juro que no te molesto más.

-Enzo, te juro que me podes mucho- le dije- pero no se puede.

-Se puede si- insistió.

-Enzo, por favor te pido- le rogué que no me lo hiciera tan difícil y se alejó levantando las manos.

-Listo Ari, te dejo tranquila- me dijo rendido, me quedó mirando esperando a ver si yo le decía algo, pero no lo hice, entonces se fue de la cocina.

Me di vuelta para terminar de servir el fernet, y suspiré.

Volví a donde estaba la música y los chicos.

-Tomá Lauta- le dije dándole el vaso.

Vi que Enzo estaba bailando más adelante con Julián y otra chica, de pelo un poco más corto que yo pero un poco más alta, castaña clara, parecía que tenía reflejos en el pelo, linda de ver.

Se acercó Ota también a bailar con ellos y después lo siguió Paredes. Lautaro y yo quedamos ahí, hasta que Lautaro agarró mi mano y me sacó a bailar, tímidamente acepté.

Lautaro me dio unas vueltas bailando y cantando al ritmo de la música nos reíamos, estábamos bailando apartados entre nosotros hasta que Leandro nos pegó un grito para ir a bailar dónde estaban todos.

-Vení vamos- me dice Lautaro agarrándome la mano y llevándome mientras caminábamos bailando.

Cuando estábamos llegando a unirnos a la ronda, sentí que alguien me pechó, haciendo que me tambalee y le suelte la mano de golpe a Lautaro.

-Uh, disculpá- me dijo Enzo agarrándome la cintura para que no me cayera- no te vi.

-Si seguro, ¿no?- le pregunté entrecerrando los ojos cuando lo vi con una sonrisa de maldad por lograr separarme de Lautaro con su empujón.

Se le escapó una risa y miró para abajo, me contagió sin querer y me reí negando con la cabeza.

También me di cuenta que ya estaba entonada y eso me gustaba, igual que todos en la misma nota.

Me puse a bailar con Julián que estaba al lado mío y Enzo me agarró la mano para acercarme a él y estar cara a cara, me invitó a bailar también y obviamente bailé con él.

-Dame una vueltita morocha- me dijo al oído mientras levantó su mano con mi mano agarrada y me hizo dar una vuelta entre baile, diversión y un poco de sensualidad.

Quedé de espalda contra su pecho y moví mi cintura de un lado a otro al compás de sus manos que me llevaban por donde él quería.

-Te lo robo un poquito- escuché una voz femenina hablarme.

Abrí mis ojos y era la chica que había visto con ellos antes de unirme a la ronda con Lautaro. Sin esperar mi respuesta, ella se puso en el medio haciendo que me corriera y agarró a Enzo por las manos, poniéndose a bailar con él.

Apreté los dientes disimuladamente y miré a Enzo, quien me miró de reojo tranquilo y sonriente, que bronca.

Bueno, yo le dije que íbamos a ser solo amigos, no puedo decir nada y tampoco quería demostrar que estaba celosa porque era agrandarle el ego a él, y ya bastante grande lo tenía... Al ego.

Como Enzo le hizo caso a esta chica, me fui a buscar a nada más ni nada menos que a Lautaro, mi compañero de fiestas, obviamente sin sacarle el ojo de encima a Enzo, de reojo y disimulada, pero solo para ver si la sacaba a bailar como a mi y así terminar confirmando que era un gato, cosa que todavía no tenía pruebas, bueno, no sé si las quería tampoco.

Al fin encuentro a Lautaro por la pista de cachengue que se armó en el living del Tucu, estaba gozando con Otamendi y Paredes, los más manijas, era ir con ellos y te enfiestabas al toque.

Mucha fiesta si, ¿pero quién estaba haciendo el asado? Seguro el pobre del Tucu.

-¡Bueno, bueno, bueno, mueva muevaaa!- me agitaba Nicolás mientras se me acercaba a bailar y me hizo sumarme con ellos mientras intentaba no tambalearme.

-Tus fernet parecen suave pero hacen tremendo efecto- me dice Lautaro al oído y me reí.

-Es un don que tengo- le contesté.

-Se nota- me dijo.

Lautaro se me acercó bailando y se rió en mi cuello, haciendo que me de escalofríos. Estábamos todos entonados, incluyéndolo a él y a mi, por ende las ganas de estar chapándome a alguien cada vez aumentaban más.

Quería sacar de mi cabeza a Enzo y a la petición pelotuda que me hizo Julieta.

Tomé mi último trago del vaso, era la excusa perfecta.

-Me voy a servir otro, ¿me acompañas?- le pregunté a Lautaro mirándolo.

Lautaro asintió con la cabeza y nos fuimos a la cocina.

Ya estaba viendo todo más doble que antes, hasta casi le erro cuando quise servirme el fernet en el vaso, con Lautaro no encarábamos una así que solo nos limitábamos a reírnos por todo.

-Estas hermosa Ari, ¿te lo dije?- me preguntó mientras miraba apoyado en la mesada como me servía el fernet.

-Gracias Lauta- le dije- vos también estás muy lindo.

Lautaro esperó a que terminara de servirme y se levantó de donde estaba apoyado para ponerse en frente mío un poco intimidante.

Sabía lo que él quería hacer y yo también, así que lo ayudé atrayendo su cara con mis manos, bien cerca de mi cara.

-¿Nos acercamos más?- le pregunté nerviosa, sin saber que me podía llegar a decir.

Lautaro me sonrió y puso sus manos en mi espalda, bajó su mirada a mi boca y tomé la iniciativa.

Me chapé a Lautaro.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora