capítulo 41.

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El viaje hasta lo del Tucu fue cómodo.. y un poco provocador.

Sentarme en las piernas de Enzo era todo un tema, obviamente no pude evitar sentir su miembro todo el viaje, sumándole que él tenía sus manos en mis piernas, que me apretaban y acariciaban sin pasarse de la raya en frente de los chicos, pero ya solo el contacto de sus manos me hacía sentir cosas por todo el cuerpo.

Dejando eso de lado, un viaje divertido, escuchando un mix de La T y la M en el estéreo de Ota, que te daban más ganas de bailarte todo que otra cosa.

Llegamos a la casa del Tucu, que estaba en la puerta esperándonos con la valija, Ota bajó y le contó el tema del espacio, como ya nos había avisado Lara, el Tucu no tuvo ningún problema.

Terminamos dividiéndonos para que el resto de los chicos tuvieran también lugar. Lara se fue con su primo, y Lautaro inesperadamente para mi también se fue callado al auto del Tucu, el Cache lo siguió para hacerle compañía además que el auto del Tucu era un poco más grande, por ende más cómodo.

Mientras que con Ota quedamos Juli que iba adelante y Enzo, Leandro y yo atrás.

-Bueno acá atrás entra uno más- dijo Leandro.

-Joya, el resto al auto del Tucu, que rica banda, bueno arrancamos- dijo Ota entusiasmado.

Dicho y hecho, arrancamos todos para ir a buscar a Julieta, tardamos unos veinte minutos en ir hasta su casa por el tráfico y los semáforos.

Cuando llegamos, nos llevamos todos una sorpresa al verla, que no estaba sola, estaba esperándonos con Paula Dybala en la puerta de su casa.

Tanto fue la sorpresa que ninguno sabía nada y nos supo dejar sin palabras, hasta que Leandro rompió el hielo.

-Tremendo eh..- dijo simplemente pero causó las risas sorprendidas de todos en el auto. Julieta se acercó a nosotros con una sonrisa.

-Hola chicos, ¿hay espacio acá?- preguntó desde la ventana del auto.

-Hay lugar para uno solo- dice Julián- pero en el auto del Tucu que está atrás hay espacio para los dos.

-Dale genial, después nos vemos chiquis- dice ella despidiéndose y yéndose mientras agarraba sus valijas con Paulo, en dirección al auto del Tucu.

Pobre Lara, no pude evitar pensar.

-Che tremendo lo de Paulo, ¿qué onda?- preguntó Julián sin creerlo- tenía novia hasta hace poquito.

-Si ni idea- dijo Enzo- capaz terminaron y no nos contó nada.

-Que raro aparte porque ella no fue al asado en lo del Tucu, corte, ¿cómo lo habrá conocido?- piensa Leandro.

-No pero igual yo subí una historia con ella y Fran la vez pasada, y Paulo me sigue- analizó Julián- capaz se empezaron a hablar de ahí.

-Si olvidate, fue ahí- agrega Ota.

Yo estaba pensando en como ella no me contó nada a mi, pero ya iba a tener tiempo de chusmear y preguntarle.

Después de que el Tucu guardó las cosas de Julieta y Paulo, arrancamos para la última parada antes de arrancar camino a la costa, que era en la casa de Nahuel, según los chicos ahí estaban los tres esperándonos.

El Ota volvió a poner el mix de La T y la M que estaba pausado y fuimos para lo de Nahuel.

Ahora ya como estaba sentada al lado de Enzo, ya no arriba suyo, podía estar más cómoda gozando de el tacto de su mano tatuada apoyada en mi pierna de nuevo, que golpeaba suave al ritmo de los temas de La T y la M que estaban pasando mientras todos cantábamos.

En eso me llega un mensaje de Lara al WhatsApp.

Lara

Julieta es tu amiga
la que me dijiste?
20:02

Es un infierno 😩
20:02

No sé como haces
20:03

jajajsjajjaa que mala
20:04

porque lo decis?
20:04

que esta haciendo?
20:04

Todo el tiempo hablando
encima de todos
20:05

Parece que quisiera
ser el centro
20:06

A mi por ahora no me dejó
terminar una oración todavía
20:06

jajajaja ella es así si
20:06

habla hasta por los codos
20:06

Si un poco te banco
pero todo el rato así?
20:08

No me jodas 😭
20:08

No sé si la aguanto
20:09
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Me reí leyendo la pantalla de mi celular, lo bloqueé y decidí unirme a la conversación con los chicos.

Se me pasó rapidísimo también, nos pusimos a hablar del alcohol que íbamos a comprar para esta noche, qué tragos armar y que comida hacer, dijeron que había como un centro donde estaba toda la joda después de que el reloj marcara las doce y seguro era para ahí donde íbamos a ir esta primera noche.

Por suerte la ubicación de la casita que íbamos estaba bien cómoda para todo, a poquitas cuadras de dicho centro y a dos cuadras de la bajada de la playa. Todo cerca, hermoso.

Llegamos a lo de Nahuel, y ahí estaban los tres personajes, esperando como nenitos también mientras jugaban al truco usando una de las valijas como mesa, tremendo.

Apenas nos vieron llegar y se levantaron, guardaron las cartas y se acercaron a saludar.

Nahuel terminó entrando en el último lugar del auto con nosotros, y Cristian y Lisandro desfilaron para el auto del Tucu, que igual me saludaron y se presentaron como el Cuti y el Licha, altos apodos.

Ahora sí, ya estábamos todos.

Pinamar nos estaba esperando.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora