capítulo 63.

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-No gil- le dijo Enzo- no me puedo mover en la ducha ni hacer ruido que ya piensan que metí a alguien- mintió perseguido.

Yo intentaba estar lo más en la esquinita posible pero era inevitable estar bañada con la ropa puesta, me quería morir.

Enzo tuvo que hacerse el que se bañaba hasta que todos se terminaron de bañar y ya hasta se comió las sospechas de todos sus compañeros, pero no me dejó sola en ningún momento ni dejó que se dieran cuenta que estaba yo ahí y humillarme.

Después de que todos se bañaran y se cambiaran, salieron al buffet a comer algo.

-Quedate acá, me voy a fijar si el vestuario quedó vacío- me dijo él en voz baja y abrió la puerta de la ducha después de cerrar el agua.

Me quedé mutada hasta que escuché unos pasos acercándose a la ducha.

Qué susto, era Enzo de nuevo.

-No hay nadie salí ya- me dijo apurándome.

Yo salí disparada y corrí por todo el vestuario hasta la puerta para salir, pero Enzo me corrió y me frenó.

-Esperá boluda- me dijo- te dije que salieras no que te vayas.

-Bueno pero mirá si vuelven a entrar- le dije.

-Vení para acá- me dijo agarrándome de la muñeca y tapándome con su toalla.

Fue hasta donde estaban sus cosas, y de su mochila sacó las llaves de su auto y me las dió.

-Salí con la toalla para que no mojes todo el predio y metete en el auto, quedate ahí y esperame a que yo salga, ¿si?- me dijo.

-Pero yo me tenía que juntar con Juli- le recordé.

-¿A vos te parece que te podes ir a juntar ahora con Julián?- me preguntó obvio.

Tenía razón, no había excusa creíble para explicarle el por qué estaba bañada con ropa en el predio.

Soplé, saqué mi celular de mi bolsillo pero cuando lo quise desbloquear, no prendía.

Intenté varias veces y nada, este era el colmo.

-La puta madre- me quejé- se me rompió el celular, buenísimo.

-Después le avisas por mi celular Ari dale, andá al auto- me insistió nervioso.

Le hice caso, volé como pude en los pasillos, tuve que dar más vueltas para evitar pasar por el buffet, pero logré salir por la puerta de atrás que daba con el estacionamiento. Habían muchos autos pero por suerte el auto de Enzo lo tenía bien tanteado.

Le saqué el seguro al auto y abrí la puerta del acompañante, puse la toalla sobre el asiento para no empaparle todo el auto y lo esperé mientras me secaba con el aire acondicionado caliente que largaba con el encendido.

Enzo tardó en salir como veinte minutos, no me quejo porque me super ayudó pero no puedo negar que se me hizo eterna la espera.

Cuando finalmente salió, fue con una cara de feliz cumpleaños al verme en su auto toda empapada.

-Hola linda, ¿me extrañaste?- dijo sonriendo mientras entraba al auto.

-Para nada- mentí, era obvio que me movía todo el piso verle la carita hermosa que tiene, y él lo sabe.

-Qué lastima- dijo siguiéndome la corriente- y bueno, muy inesperado todo esto.

Me reí.

-Posta fue lo último que se me podía ocurrir en el mundo, que esto iba a pasar- dije y suspiré- pobre Juli.

-Es tu mejor amigo y vive a re pocas cuadras de tu casa no jodas, se ven todos los días- reprochó Enzo para que no me quejara.

-Si ya sé, pero igual- me sentí culpable- pero bueno, se lo pospongo para mañana, es más, pasame tu celu que le aviso que al final hoy falso.

-Ya le avisé yo ahora en el buffet antes de salir, tranqui- me dijo Enzo prendiendo el auto.

-¿Qué le dijiste?

-Qué te surgió algo y se te rompió el celular y no podías avisarle- me respondió- y que vos me pediste por teléfono común que le avisara.

Asentí impresionada.

-Okey, creíble- le dí la razón.

Su auto salió del predio y empezó a manejar por las calles transitadas.

-Bueno..- habló Enzo haciendo una pausa- ahora que no tenes nada que hacer con Juli, ¿querés que vayamos a casa?

Lo miré con los ojos entrecerrados.

-Eso suena medio obvio- le dije y él se rió.

-No vamos a coger si no queres- me dijo- pero te decía que vengas con la intención de hacer algo tranqui, no sé merendar y ver algo en la tele o ir a comer algo.

-Mm, me gusta la idea- le dije sonriendo mientras asentía con la cabeza.

En el recorrido hasta su casa, pasamos por un super y Enzo compró facturas, helado y chocolates, bien para morirse empalagado, como me gusta a mi.

-¿Dulce o salado?- me preguntó entrando al auto de nuevo y dejando las bolsas en la parte de atrás.

-Fa vos sabés que no puedo elegir- le dije- me gustan demasiado las dos, mientras sea comer posta que todo es bienvenido.

-Buena respuesta, era muy importante para mi saberlo sino íbamos a tener serios problemas- me peleó- así que bueno ya tenemos lo dulce y cuando vayamos a mi casa pedimos algo en Burger King o lo que quieras.

Asentí por cortesía, no me importaba lo que comprara yo en realidad solo quería pasar tiempo con él, porque lo veía emocionado y feliz, y era muy lindo ver a Enzo de esa manera.

Llegamos al edificio donde estaba su casa y después de estacionar el auto, entramos.

Ya estaba empezando a tiritar de frío por mi pelo y la ropa mojada y Enzo se dió cuenta.

-Tomá- me dijo de la nada volviendo de su cuarto y dándome una remera suya, que a mi me quedaba bailando seguro- cambiate esa ropa mojada y ponete esta antes de que te de una pulmonía.

Sin decirle nada, le sonreí y me acerqué a darle un beso en la boca, Enzo, que parecía haber estado esperando ese beso desde que estacionamos el auto, me siguió el chape y su lengua pidió por entrar a mi boca, abrí levemente mi boca entre besos dejando que nuestras lenguas se encontraran y empezamos a competir quien succionaba y movía mejor la lengua.

El beso que recién estaba empezando, fue inesperadamente interrumpido por el timbre de la puerta de Enzo.

Nos separamos y nos miramos extrañados, él fue hasta su puerta y la abrió apenas.

Yo que estaba atrás pude ver apenas entre el poco espacio de la puerta y distinguí a dos hombres de traje.

-Hola, ¿si?- les preguntó Enzo- ¿en qué los puedo ayudar?

-Hola- le dijo uno de ellos, bastante serio- estamos buscando a Ariana.

De repente, un escalofrío me recorrió el cuerpo cuando escuché mi nombre.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora