Tentación. (enzo fernández)

capítulo 47.

Mi cara se transformó apenas vi a Enzo acercándose con nosotros.

-¿Qué hacen acá?- cambió de pregunta ya que no le habíamos respondido la anterior, sentándose al lado de Julián.

-Estábamos descansando un poco, bailamos mucho- me cubrió Julián.

-Ah bueno- dijo él- me quedo con ustedes entonces.

-Dale- dijo Julián pero después de unos segundos se levantó- voy a traerme un fernet, ¿vos queres algo Enzo?

-Traeme un fernet también si podes- dijo él.

-Yo también quiero- pedí sonriendo pero Julián me negó con la cabeza.

-No te hagas la viva, vos no tomas más por hoy- dijo Julián yéndose.

Suspiré enojada pero me reí con ternura por ver como me cuidaba.

-¿Por qué no te deja tomar?- se rió Enzo- ¿Ya estás en pedo?- me preguntó hablándome como si nada hubiese pasado.

No le respondí.

-Ah, ¿ahora me ignoras?- volvió a preguntar.

-No te ignoro- dije- solamente no te quiero hablar.

-¿Y se puede saber por qué?- me preguntó aguantándose la risa, era burlista.

-Por lo que hiciste con Julieta en el juego hoy- dije- no me gustó nada.

-Estábamos jugando nomás Ari- dijo sin importarle- si te ofendió perdón pero no creo que sea para tanto.

-A mi no me pidas perdón, a Julieta deberías pedirle perdón- aclaré.

-Ni en pedo- dijo.

Sentí como volvieron de golpe unos mareos fuertes, cerré mis ojos intentando que mi cabeza dejara de dar vueltas pero se me estaba complicando.

-Ay no- dije tapándome la boca, sentía que estaba por vomitar en cualquier momento.

-¿Qué te pasa?- preguntó Enzo preocupándose.

-Creo que voy a vomitar- dije con dificultad para hablar, me costaba respirar por las náuseas.

-Vení- dijo Enzo y se levantó, ayudándome a levantarme a su vez y me llevó hasta la parte de atrás de un árbol, que estaba más oscuro y era menos vergonzoso.

Con solo haber dado esos pocos pasos, sentí mi estómago revolverse por completo, desde la previa con pizzas hasta lo que tomé en el pub.

Apoyé mi mano en el árbol y me agaché para finalmente terminar vomitando, sintiéndome pésimo.

Enzo me agarró el pelo y me lo sostuvo atrás para que no se me ensuciara.

-Tranquila, estoy acá Ari- pude escuchar.

Yo solo seguí largando todo, qué horrible quebrar.

-La puta madre, ¿para qué mierda tomé tanto?- me quejé con los ojos cerrados.

-Vos largá todo, te vas a sentir mejor así- me consoló Enzo sin soltarme.

Le hice caso y terminé de vomitar después de unos minutos, mis defensas habían bajado y solo me sentía cansada, de igual forma no me quería ir, quería seguir bailando.

-Ya estoy mejor, ¿vamos?- le dije intentando ponerme recta y me tambaleé, me flaquearon las piernas pero Enzo me agarró rápido antes de caerme, un reflejo.

-Si, a la casa nos vamos- me dijo pasando su mano por mi cintura y ayudándome a caminar derecha.

-No- dije cansada- al pub, quiero bailar.