capítulo 53.

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Llegó finalmente la hora de salir a Centerplay, parecía que faltaba una eternidad pero ya cuando nos habíamos bañado todos pasó más rápido.

Ya estábamos yendo al centro en los autos.

Obviamente yo sin despegarme nunca del lado de Ota y su auto, conmigo atrás venían Julián, Enzo y el Cache, adelante iba Lara, que se cambió de auto para venir con nosotros y no tener que soportarse a Julieta de nuevo.

El resto de los chicos fueron en el auto del Tucu, no sé como hicieron supongo que iban todos a upa de alguien porque sino no se explicaba.

El auto del Tucu pasaba a ser automáticamente una combi de pibitos.

Por nuestro lado, fuimos todo el viaje cómodos y con música, cagándonos de risa por cualquier charla.

Apenas llegamos al lugar, estaba lleno de gente joven y el ambiente era hermoso, había música y una plaza de comidas enorme, era un lugar soñado, con juegos como ping pong, pool, bowling, maquinitas y metegol, de novela.

La primera hora estuvimos jugando bowling pero no era lo mío claramente, no podía tirar derecho y la mierda de la bocha se me iba para el costado siempre, horrible pero por lo menos hice reír a los chicos con mi fracaso.

-No juego más, deja- dije sentándome mientras jugaban los demás.

-No te frustres- me dijo Julián, que estaba sentado en frente mío- ya le vas a ir agarrando la mano.

Hice una mueca.

-Lo dudo, igual prefiero esperar a que terminen y que vayamos a jugar a otro juego- contesté.

-Como quieras- me dijo él- ya estamos por terminar igual.

-Si por eso, los espero- le dije.

-¡Esaa!- dijo Enzo chocando los cinco con Ota, que acababa de embocarle- ¡qué bien, animal!

-Gracias, gracias- le dijo Ota sonriendo- es lo que tengo.

Enzo justo me miró y me sonrió, le sonreí apenas y enseguida vino para donde estaba, no lo dudó.

-Epa, ¿y esa carita?- me dice poniendo sus manos en mis hombros y simulando que me hacía masajes.

-Nada, odio este juego, solo eso- dije rodando los ojos.

-Yo te enseño después como se juega- me dijo sonriéndome y agachándose a darme un beso en el cachete pero bien justo en la comisura de mis labios.

Lo miré y bajé mi mirada a sus labios, ¿cómo va a darme un beso tan provocativo así? Ahora me daban ganas de comerle la boca en frente de los chicos.

-No hagas eso- me dijo haciendo que mis ojos vuelvan a los suyos.

-¿Hacer qué?- pregunté sin entender.

-No me mires más la boca así- me dijo serio bajando su tono de voz a un tono que pueda escucharlo yo de cerca.

Tragué saliva.

-Bueno basta de empezar a hablarme así porque me dan ganas sino- dije levantándome.

Enzo se rió logrando lo que quería, que era provocarme y él sabía que le salía bien.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora