capítulo 51.

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La tarde en la playa se pasó volando, estoy segura que todos teníamos ganas de quedarnos más rato, pero sino no íbamos a poder seguir conociendo Pinamar y todavía nos quedaban cosas por hacer.

Los chicos literal estuvieron toda la tarde pasando de jugar fútbol al agua y del agua a jugar al fútbol de nuevo.

Yo para ser copada me uní a ellos para jugar y Lara se sumó conmigo, hice equipo con Enzo y la verdad me di cuenta que le agarro re rápido la mano al juego, para no ser una loca del fútbol me salían bastante bien las cosas que me enseñaban los pibes.

Julieta por su parte, se quedó sola bronceándose hasta que nos fuimos.

-Les re cabió wacho- dice Ota mientras llegábamos a la casa- los cogimos los dos partidos con una chica en el equipo.

-Epa che- dije haciéndome la ofendida- yo jugué re bien.

-Mal boludo- me defendió Enzo- hasta hizo un gol y todo la mostra.

-Tremenda jugadora la Ari- me alentó Julián- en mi equipo siempre.

-Obvio- le dije abrazándolo.

-Che déjenme bañarme primero- pidió Leandro cuando entramos todos a la casa- estoy todo transpirado.

-Y si gil- dijo Enzo- no paramos a descansar un segundo, yo también estoy muerto.

-No sé si sobrevivo para la noche- agregó Ota- estoy cansado de tanto correr.

-Es que la playa te cansa una banda aparte- dije tirándome en el sillón.

Enzo me sonrió y se me tiró encima.

-Uy- me quejé de su peso encima mío- me aplastaste toda boludo.

-Era la idea- me dice dejando un beso en mi cuello que me hizo cosquillas.

-No empiecen a comer en frente de los pobres- se queja Lisandro tirándonos un almohadón y nos reímos.

-Fa boludo, tengo arena hasta en el culo- se quejó el Cuti haciendo un gesto incómodo mientras iba a la cocina a buscar agua.

-Si deja, es lo que tiene la playa- le da la razón Lara.

-Si juegan enterrándose en la arena no lloren después- los peleé.

Lisandro se rió y me tiró otro almohadón, lo miré para pelearlo también.

-Bueno eso ya es personal Licha- le dije devolviéndole el almohadazo.

-¿Querés guerra hija de puta?- me dijo tirándome otro.

-Pará animal- me reí porque me la tiró por la cabeza, despeinándome toda.

Agarré de nuevo el almohadón y el sillón se convirtió en una guerra de almohadazos entre Lisandro y yo.

Enzo se puso serio y se levantó del sillón, yéndose al cuarto con los otros chicos.

Lisandro y yo lo miramos con ganas de reírnos por sus celos muy poco disimulados.

-Se te pone como loco el gato eh- me dice Cuti desde la cocina.

Tentación. (enzo fernández)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora