Tentación. (enzo fernández)

capítulo 58.

-Disculpá Julieta no sé de que estás hablando- le repetí.

Lara nos miraba y escuchaba atenta, mientras que Julieta me miró sorprendida y levantó sus cejas.

-Me estás jodiendo, ¿no?- se rió ella.

Negué con mi cabeza.

-No, Julieta, no me voy a ir- me planté firme.

-¿Te vas a quedar acá con está zorra que conoces hace menos de dos meses?- preguntó hiriente.

-Te recuerdo que me quedo acá porque.. por si no te diste cuenta- hice una pausa- están el resto de mis amigos, que hasta pareciera que no conoces esa palabra, ¿te acordas de Julián acaso?

Julieta se volvió a reír negando con la cabeza.

-No te lo puedo creer- dijo- todavía tenes el tupé de atacarme, después de lo que te perdoné e hice por vos- me quiso manipular- sos una malagradecida Ariana.

-A ver Julieta, ¿te vas a ir o no?- se metió Lara impaciente- cortala con la psicológica.

-No te metas vos- le discutió.

-¡Basta Julieta!- le grité saturada- ¡Me tienen harta las dos!

Se escuchó desde afuera el auto de Enzo que por fin llegaba, parecía que se hacía eterna su espera.

Estaba cruzada de brazos sin hablar sentada en la cabeza del sillón, esperando a que Julieta se vaya pero ella seguía hablando.

-No me podes hacer esto Ariana- dijo de nuevo- si vos te quedas acá...

-¿Si yo me quedo qué? Dejá de querer controlar todo Julieta me tenes cansada ya- le dije- ya ni sé quién sos, no te reconozco.

-Soy Juli, tu amiga de siempre- dijo falseando una sonrisa.

-No, hace rato que no sos la de siempre- le dije y Enzo entró por la puerta.

Entró con una sonrisa pero su sonrisa desapareció al ver la escena que presenció.

Julieta con el labio roto, despeinada y con su valija ya hecha. Por otro lado, Lara, que tenía un ojo hinchado, moretones y una cara de querer matar a alguien. Y yo, en medio de ambas cruzada de brazos y con los ojos llorosos.

Enzo me miró preocupado y vino hasta mi lado, volvió a mirar a las chicas y me miró de nuevo a mi, como sin entender ni poder creer que estaba pasando.

Vi como que me quiso hablar pero del shock no le salieron las palabras.

-Lo que faltaba..- dijo Julieta soltando otra risa burlista- y yo me preguntaba por qué te quedabas, era obvio. Acá tengo al motivo- señaló a Enzo con desprecio.

La miré con bronca y tristeza.

-Siempre fuiste una zorra- me dijo- preferiste las pijas antes que tus amigas, no sé ni para que me mato en rogarte que vengas conmigo.

Me aguanté por hacer algún tipo de gesto, pero las lágrimas que me cayeron no pudieron disimular lo mucho que me estaban doliendo sus palabras.