Diferentes Realidades [Todoroki Shōto X Reader]

Capítulo 43

Ya era el día siguiente. En la noche tendríamos la cena con la familia de Todoroki. En ese momento estaba más hecha de nervios, qué de carne y hueso.

Todoroki había propuesto salir más temprano de lo que era la cena. Le pregunté la causa de aquello, pero sólo dijo que quería que fuera una sorpresa.

Acepté sin más. Me arreglé lo mejor que pude, y alrededor de las cuatro de la tarde, salimos de los dormitorios.

—¿Aún no puedes decirme a dónde iremos? —le pregunté mientras salíamos de U.A.. El solo negó con la cabeza.

—Es una sorpresa —solté un suspiro y acepté que no diría nada.

Caminamos hasta la estación de trenes y de ahí subimos a uno, que deacuerdo a Todoroki, nos llevaría a nuestro destino.

El camino fue muy tranquilo. Ya no nos avergonzaba tanto el contacto físico entre nosotros, por lo cual, durante el recorrido pudimos relajarnos, recargué mi cabeza en su hombro y el apoyó la suya en la mía.

—Tenemos que bajarnos aquí —avisó.

—Ahg... realmente estaba cómoda.

Nos dispusimos a bajar del tren y empezamos a caminar hacia la salida de la estación.

—Solo cinco minutos caminando y llegaremos —dijo mientras miraba su teléfono.

—¿En serio?... ¡No puedo esperar!.

Al pasar aquel corto tiempo caminando, por fin parecíamos haber llegado a nuestro destino.

—... ¿Un hospital? —pregunté. Él asintió.

—Pensé qué sería buena idea que hoy también conocieras a mi mamá... ella está aquí.

—¿A tu mamá?... —le dije entre titubeos.

Todoroki no era alguien muy expresivo, pero desde que volvió a mantener contacto con su madre, él me hablaba mucho de ella. Realmente le mantenía aprecio a pesar de todo lo ocurrido, y me preocupaba no agradarle.

—Si... aunque, si no te sientes cómoda, puedo decirle que espere hasta que estés lista... no te preocupes —formó una pequeña sonrisa.

Respiré lo más hondo que pude, y dirigí mi vista al hospital, exhalé después de unos segundos y me sentí lista para dar mi respuesta.

—¡Lo haré!

Todoroki solamente asintió mientras sonreía. Tomó de mi mano y empezamos a caminar hacia la entrada de aquel hospital. La recepcionista nos dejó pasar sin ningún problema.

Ya estábamos frente la puerta del cuarto de su madre. Intentaba respirar tranquilamente para calmar los latidos de mi corazón.

—¿Estas segura que querer hacerlo? —lo miré confundida—. Estas muy inquieta —rio un poco.

—... Estoy segura.

—Bien... entonces entraré primero, ¿esta bien? —asentí. Él pasó a aquel cuarto, mientras yo me escondía para no ser vista. La puerta no se podía mantener abierta, por lo cual tuve que pegar la oreja en ella para escuchar—... Hola —saludó.

—¡Shoto!, no me dijiste que venías—le respondió una voz femenina... su madre.

—Lo siento, quería que fuera una sorpresa.

—¿Una sorpresa?.

—¿Recuerdas a la chica de la que te hablé?.

—¡Claro!, no podría olvidarla, solo hablas de ella en las cart-...