CAP. 4

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- Bip, Bip, Bip....

El fastidioso sonido de la alarma me despertó de mi agradable sueño y aunque moría por seguir durmiendo, simplemente me levanté. Luego de asear mi rostro y mi boca tomé un conjunto deportivo de leggins y una sudadera ligera de color negro.

Dejé arreglado sobre mi cama el uniforme que usaría luego de ejercitarme. Tomé mi teléfono y mis audífonos y salí de mi habitación.

Una vez en planta baja me serví un vaso de agua y una botella para más tarde. Era muy raro ver ese lugar tan solo a esas horas pero eso es algo que me gusta. Por ahora correría un poco, haría algunos estiramientos y ejercicios simples ya que no quiero agotarme antes del ejercicio de hoy.

Mientras corría escuchando mi música favorita disfrutaba del tiempo en soledad y la fría brisa que golpeaba mi rostro al andar.

Eran más de las 5 y 30 am cuando terminé de correr. Fui a uno  de los gimnasios y ya habían otros haciendo lo mismo que yo, quizás de otras clases también.
Realicé algunos abdominales, lagartijas, un rato de spinning y por último levantamiento de pesas. Trataré de hacer esto mi rutina diaria aquí.

Aunque de pequeña nunca pensé ser héroe, ahora que estaba lejos de Ketsubutsu no se sentía tan mal hacer todo lo que conllevaba entrenar para eso.

Ya estoy acostumbrada a esta rutina, despertar temprano, entrenar, ir a clases, volver a casa, entrenar más y más. Hasta ahora sentía que todo este esfuerzo era absurdo para mí, sólo para cumplir el sueño o ambiciones de alguien más, no me llenaba.

Ya eran las 6 y 15 cuando terminé y decidí volver a los dormitorios. Tan pronto llegué preparé un desayuno ligero de huevos revueltos, salchichas, tostadas y mi infaltable y delicioso café.
Al terminar de comer ya algunos de mis compañeros se encontraban despiertos, unos preparaban desayuno y otros revisaban sus trajes de héroe.

Mientras estaba en la mesa vi que el chico más alegre de la UA cruzaba la puerta de entrada con una toalla alrededor de su cuello.

- Buenos días, Besugo. ¿Qué tal el ejercicio?

- ¿Besugo?... ¡¿Eres idiota?! Bueno te acercaste bastante para ser tan estúpida. - Dijo con una sonrisa burlona, mientras entraba a la cocina. Claro que sé perfectamente cuál era su nombre sólo quería molestarlo más, es divertido.

- ¿Ya desayunaste? Si quieres come de lo que hice. Quedó suficiente y está muy bueno. También hice café. Puedes endulzarlo a tu gusto.

- No sé si confiar en tu comida, no quiero enfermarme con una maldita diarrea o algo justo antes de clases.

- ¡Oh, vamos!

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- ¡Oh, vamos!. Yo no soy mala cocinando. Desde los 10 años me hago cargo de mi propia comida, creo que sé lo que hago.

- Bien, no desperdiciaré comida. - Dijo finalmente y tomó un plato.
- No se ve tan mal.

Atracción (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora