El matrimonio no es sinónimo de felicidad, menos cuando este es arreglado, pero su vida había sido buena hasta ahora, hasta descubrir como su esposo lo engañaba, como se burlaba en su cara y como era capaz de mentir cada vez que las preguntas se hac...
- ¿Si entiendes mi situación?- SeokJin estaba sentado en su escritorio, mientras veía preocupado al pelinegro enfrente de él.
- Si, perfectamente- SeokJin se inclinó hacia atrás en su silla y miró al menor fijamente, intentando descifrar lo que pasaba por su mente- Le eres infiel al señor Kim con... ¿Su mejor amigo?- terminó de decir con una gran sonrisa de burla.
El rubio casi se atraganta al escuchar al pelinegro, se llevó las manos al cabello y lo despeinó- Jungkook, esto es serio.
El pelinegro tomó asiento en el gran sofá que estaba en la habitación y se cruzó de brazos- Yo también habló en serio, ¿Cómo esperas que vea a la cara a tu esposo luego de saber toda la basura que haces a sus espaldas?- la mirada de SeokJin se oscureció.
- No tienes por qué verlo- el rubio se levantó y observó por la ventana hacia el jardín, dónde se encontraba NamJoon sembrando algunas rosas y regando otro tipo de flores, sonrió enternecido- El trabajo de un mayordomo es servir, no andar viendo al esposo de otro- giró de nuevo, encontrándose con la mirada inexpresiva de Jungkook.
- Muy bien- el pelinegro se puso de pie y fue hacia SeokJin- Entonces supongo que tampoco le tengo que mirar a usted, señor Kim- dijo con ironía, para luego darse la vuelta, dispuesto a salir de aquella oficina que se había vuelto sofocante para él.
- Jungkook- llamó el rubio, el pelinegro se detuvo, aún dándole la espalda al mayor- No le digas ni una sola palabra a NamJoon- dijo, aún preocupado de que el menor fuera hasta su esposo a contarle sobre su error.
El menor volteo la mirada y le dedicó una sonrisa ladina al rubio- No se preocupe, señor Kim, no pienso decirle nada a su esposo- terminó de decir para continuar con su camino y salir de la habitación, cerrando la puerta detrás de él- No le diré nada- caminó hasta el salón, se quedó de pie en medio de él, observando una de las fotos de la boda de los Kim posada en una de las mesas- Al menos no por ahora.
•••
NamJoon sonrió victorioso al terminar de sembrar unas bellas rosas blancas, había tomado más de una hora terminar, pero valía la pena por el hermoso resultado, con cada flor que plantaba el jardín se volvía más bello, un paisaje magnífico que disfrutaba desde la ventana de su habitación.
El castaño comenzó a recoger los utensilios que había utilizado para sembrar, los guardaba uno a uno en una caja blanca, al terminar la llevó hasta el almacén del jardín, ordenando las otras cajas que allí se encontraban, pero se detuvo al sentir como lo tomaban de la cintura y lo apegaban a otro cuerpo.
- ¿Terminaste de sembrar tus rosas?- preguntó SeokJin mientras escondía su cabeza en el cuello del contrario, dejando pequeños besos en la zona.
- Hace unos minutos- respondió indiferente el castaño, un poco incómodo por las acciones del más alto, hace tiempo había perdido el gusto al contacto con el rubio.
SeokJin giró al menor, dejándolos frente a frente, sobando su cintura mientras se acercaba con la intención de besar al castaño, pero este lo detuvo- ¿Qué sucede?
- Nunca vienes a este almacén, ¿Qué me tienes que decir?- La mirada de NamJoon era inexpresiva, pero tenía sus razones, el más alto no acostumbraba a meterse en esos lados de la casa, le parecía extraño el que estuviera allí.
El rubio rodó los ojos, terminó de acercarse y robarle un beso breve a NamJoon, tomándolo desprevenido- Saldré con YoonGi a beber algunas copas- mintió- No me esperes, me quedaré en su casa- el castaño mordió su labio inferior, molesto ante la noticia.
- No me equivoqué- se soltó bruscamente del agarre del más alto y se giró, continuando con su trabajo de ordenar cajas- Que la pases bien.
SeokJin miró sorprendido al menor, nunca antes lo había visto comportarse de esa manera tan fría y distante- Nam, discúlpame por no poder quedarme a cenar, te prometo que lo voy a compensar- intentó volver acercarse y tomarlo de la cintura, pero el castaño se alejó antes de poder hacerlo.
- No te disculpes, ya estoy más que acostumbrado- se cruzó de brazos y le miró molesto- Llevo más de un mes sin saber qué es cenar con esposo, ni sé qué es acostarme a dormir a su lado- se pasó una mano por el rostro- Ni mucho menos sé qué es tener una noche de pasión con él.
SeokJin se quedó sin palabras, ¿En serio había pasado tanto tiempo desde la última vez que tuvo relaciones con NamJoon? No podía ser posible- Creo que estás exagerando, no puede ser eso cierto- rió al terminar de hablar, pero su sonrisa se borró al ver que el castaño seguía igual de molesto, tal vez peor.
- Lárgate de una vez, SeokJin- se acercó hasta él y comenzó a empujarlo fuera del almacén, hasta que lo consiguió- Y si es posible, no vuelvas en unos días, verte solo me causa más rabia.
- NamJoon, no puedes estar hablando en serio- dijo sin poder creerse las palabras de su esposo, ¿No volver en unos días?- ¿Dónde se supone que me quedaré?
- No lo sé, ni me importa- salió el también del cuarto y lo cerró bajo llave- Siempre tienes abierta la puerta de casa de YoonGi, pídele a él que te acoja en su bello hogar, no te quiero aquí, a menos que quieras ser un esposo de verdad.
- Pero ya soy un esposo de verdad- se quejó, intentando convencer al menor- NamJoon, no me puedes correr de esta manera, también es mi casa- seguía hablando, pero parecía que lo hacia con un sordo porque su esposo se negaba a escucharlo.
- Lárgate de mi casa ahora, Kim SeokJin, antes de que pierda la poca paciencia que me queda- golpeó con su dedo el pecho del rubio, luego le pasó por un lado y se adentró a la casa, al llegar al salón se encontró con un pelinegro limpiando los muebles, quien se quedó mirándolo fijamente- Buenas tardes, señor Jeon- saludó, y sin esperar que respondiera siguió su camino escaleras arriba hasta llegar a su habitación y encerrarse en ella bajo llave, impidiendo que el rubio que venía detrás de él entrara en ella.
- NamJoon, no puedes esconderte toda la vida allí dentro- se apoyó en la puerta, golpeando repetidas veces- Hablemos.
- Hablaré cuando regreses en unos días, ahora no- dijo mientras cerraba las cortinas de la gran ventana, el sol comenzaba a molestarle también.
- ¿Cómo me iré tres días sin una sola prenda?- preguntó con obviedad, con la esperanza de que NamJoon abriera la puerta y lo dejara entrar para hablar.
- YoonGi seguro que te presta algo- se sentó sobre la cama y tomó una de las almohada, la puso en sus piernas y comenzó a jugar con ella, repasando los dibujos que ella había- O ve a una tienda y compra.
SeokJin pegó la frente en la puerta, soltó un largo suspiro, dándose por vencido- Esto no me puede estar pasando.
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