Yo me enamoré primero
JungKook aún recordaba la primera vez que conoció al castaño, obligado a ir a la boda del socio mayoritario de su padre, tuvo el placer y la desgracia de conocer al novio más atractivo y descontento del mundo, aquel que se adueñó de su mirada pero que ya tenía un compañero de vida.
La manera en la que lucía aquel traje blanco perfectamente tallado a su cuerpo, en el día que se suponía era el más feliz de su vida, pero su rostro no reflejaba aquella felicidad, y sus ojos brillaban en tristeza y molestia infinita, supo por su padre que aquel hermoso castaño no se casaba por amor, sino por obligación; exactamente como él estuvo a punto de hacer hace un par de años atrás.
Park Jimin, aún recordaba el nombre de su ex prometido, pretendiente que le buscó su madre en aquella oportunidad, un rubio de piel de porcelana, de estatura promedio y con una sonrisa hermosa, no podía negarlo, el chico le parecía atractivo, pero no cumplió con uno de sus requisitos; robarle el corazón.
Lo único que pudo impedir que llegara el día de su boda fue volver a ver a aquel castaño, tan radiante y contento en una conferencia de prensa que tenía junto a su padre, aquel sentimiento vivo y latente que aún yacía en su corazón se hizo presente una vez más, el cual no sabía exactamente de qué tipo era, pero era muy satisfactorio sentir aquella comodidad y nervios que le transmitía aquel sentimiento, viéndolo tan sólo a unos metros de distancia, luciendo un traje negro perfecto, aquel porte y elegancia que le acompañaban eran simplemente un deleite para sus ojos, juraba poder pasar el resto de su vida admirando a ese ser que le robaba hasta el último aliento.
Aún recordaba en carne viva cuando frente a sus padres le dijo a Jimin que no pensaba casarse con él, que cancelaran la boda y que se olvidarán de volverle a buscar algún otro pretendiente, sentía vivamente aquella bofetada que le pegó su padre y aquellos gritos histéricos de reclamos del por qué había decidido aquello por su cuenta a solo tres días de la dichosa boda, el como fue echado de su propio hogar, siendo ignorado por su familia por más de cinco meses, a excepción de su madre que parecía ser la única que aún le quería, luego lo volvieron a aceptar en aquella casa que ya le parecía un infierno y una cárcel, regresó a la empresa familiar y trabajó con tanto esmero que sentía su cuerpo desfallecer al final de cada día laboral, hasta hace un par de meses que su padre volvió a amenazarle con aquel tema del matrimonio, negándose nuevamente a cumplirlo, recibiendo una vez más un castigo.
Su vida parecía ser un círculo vicioso.
Muchas veces intentó acercarse a NamJoon, así fuera como solo el hijo del gran Jeon JungHyun, fracasó en cada a uno de sus intentos, limitándose a verlo desde lejos cada una de las pocas veces que se hacía presente en las oficinas de la empresa de su padre, le parecía absurda su cobardía ante la presencia del castaño, pero se negaba a hacerse ilusiones con un hombre que ya estaba casado, se mantenía a la raya, negándose la oportunidad de estar cerca de él, aún más cuando el esposos de este era su amigo SeokJin, aquel que consideró su segunda figura paterna, quien lo protegió tanto en la época de la universidad.
Cuando su padre y SeokJin le ofrecieron ir a trabajar en la casa del mayor se negó sin pensarlo, no quería ver a aquella pareja en su intimidad, sabía que sería incómodo y muy difícil de soportar, pero para la segunda vez que se lo mencionaron aceptó, por una simple y llana razón; tendría la oportunidad de volver a ver al castaño más de cerca. No pudo explicar el sentimiento de satisfacción que sintió al poder tenerlo de pie frente a él y le hablara directamente, le sonriera y lo reconociera tan rápidamente, una vez más pudo rectificar que SeokJin tenía a una gran persona a su lado.
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Butler |KookNam|
FanfictionEl matrimonio no es sinónimo de felicidad, menos cuando este es arreglado, pero su vida había sido buena hasta ahora, hasta descubrir como su esposo lo engañaba, como se burlaba en su cara y como era capaz de mentir cada vez que las preguntas se hac...