Unos minutos
Habían pasado algunos días desde aquel día tan fatídico para el castaño, HoSeok se había ido de viaje y ya no tenía con quien hablar, sus días se habían basado en estar encerrado en su habitación, evitando a toda costa a su futuro ex esposo, para pasar el tiempo solo le pedía a la señora Yang libros, y la misma mandaba las tres comidas a su cuarto, se negaba a salir, a excepción del día anterior que tuvo que ir al despacho de su abogado, tenía los papeles de divorcio en sus manos, simplemente que no tenía el valor para ver a SeokJin de nuevo, no después de todo lo que se había enterado, simplemente le daba repulsión el imaginarse estar con el rubio en un mismo espacio.Se encontraba leyendo un libro en ese momento, atrapado en aquella lectura tan desgarradora, sus ojos viajaban con fluidez a través de cada página, no estaba leyendo, sino proyectando en su mente todas las escenas y diálogos que en aquella hojas se ilustraban, sintiéndose parte de tan maravillosa historia, escapando del mundo real con su lectura diaria, aquellas letras tan únicas que lograban hacerlo sentir bien en este momento.
Un llamado a su puerta lo hizo sacar de su ensoñación, miró hacia la entrada, maldiciendo por haber perdido la fluidez de su lectura, se levantó de su cama y fue hasta la puerta- ¿Quién es?- preguntó, aquello se había hecho costumbre desde el primer día de aislamiento, pues no quería llevarse una sorpresa al abrir.
- Soy JungKook- dijo el pelinegro desde el otro lado, NamJoon abrió los ojos en grande, esperaba que se tratara de la señora Yang o la señora Im, pero no esperaba que se tratara del mayor- Vengo a traerle el almuerzo- habló al no escuchar otra respuesta por parte del menor.
NamJoon dudó entre sí abrir o pedirle que se retirara y mandara a alguien más del personal, pero al final optó por abrir, bajó la mirada, evitando a toda costa observar al pelinegro, extendió las manos en su dirección esperando a que le diera la mesa portátil y se fuera de inmediato- ¿Puede entregármela?- fue más claro al pasar de unos segundos y no tener entre sus manos la comida.
JungKook suspiró algo frustrado, desde hacia días que intentaba encontrarse con el menor, hablar sobre lo que había pasado hace algunos días en su habitación, pero no quería ser una molestia, hasta ahora, tuvo que implorarle a la señora Yang para que le dejara subirle el almuerzo a NamJoon, excusándose con que tenía que pedirle algunos días para ver a su familia, lo cual era, claramente, una vil mentira- Señor Kim- empezó hablando, buscando de alguna manera que el mencionado levantara la mirada- ¿Podríamos hablar?
- Usted y yo no tenemos nada de que hablar- dijo rápido, no quería estar a solas con el pelinegro, temía por lo que sería capaz de hacer, y aún se encontraba molesto con el mayor, no superaba que él también supiera sobre la traición de SeokJin con el que se hizo pasar por su mejor amigo.
- Señor Kim, solo serán unos minutos, no pretendo quitarle mucho tiempo- intentó convencerlo, sin tener muchas esperanzas por como el menor no siquiera era capaz de mirarlo- También puedo irme sí así lo desea- terminó por decir, con las intenciones de dejarle la comida e irse de allí.
- Pase- habló bajo NamJoon, el pelinegro lo escuchó con algo de dificultad, pero entró sin chistar, sintiéndose bien al poder haber logrado su cometido. El castaño cerró la puerta con pestillo, evitando así que alguien pudiera interrumpir su charla con el mayor, y lo que era peor, que SeokJin lo viera hablando con él, no quería causar más problemas, procuraba estar en paz- ¿Qué es lo que quiere hablar?- preguntó, aún sin ser capaz de poder verlo a los ojos.
JungKook dejó aquella mesa portátil sobre la cama, regresando rápidamente hasta el castaño, su lengua chocando contra su mejilla al ver que el menor no dejaba de mirara hacia el suelo- Quiero disculparme- comenzó a hablar- No quise lastimarlo al no contarle sobre la traición de SeokJin, pero le repito que decirle no era algo que me correspondiera a mí, señor Kim, no quiero que piense mal, no quiero que viva confundido creyendo que lo oculté para causarle un mal- hablaba casi sin respirar, temiendo que NamJoon lo interrumpiera y no lo dejara hablar más, o que simplemente lo echara a patadas de su habitación.
- Sé que sus intenciones no eran malas, señor Jeon- comenzó a hablar NamJoon después de unos segundos en silencio- Simplemente me molestó el saber que al parecer todos a mi alrededor sabían, menos yo, claramente- dijo un poco decaído, recordando hasta la confesión de la señora Im, quien parecía haberse enterado un par de días antes que él- Lamento haber salido de su habitación de esa manera, también influyó su comentario, el pensar que yo no creería en su palabra- esa era la verdad, era su verdad, la cual también cubría el hecho de querer evitar verlo también, pues no podía admitir que le quemaba la piel tan solo tener a JungKook cerca, compartiendo un mismo espacio.
- Lamento la manera en la que me expresé, pero no puedo permitirme ocultarle la verdad- intentó acercase, pero NamJoon dió un paso hacia atrás- Señor Kim- llamó, el menor le contestó con un pequeño sonido- Míreme- pidió, deseando ver aquellos ojos.
- No creo que tenga que hacerlo- el corazón de NamJoon latía desenfrenado, queriendo salirse de su pecho ante los nervios que sentía, no podía mirarlo, simplemente no podía.
- Señor Kim- insistió, y sin poder controlar sus impulsos terminó de acercarse al menor, con su mano lo tomó de la barbilla e hizo que levantara la mirada, sin embargo NamJoon desvió la mirada, negándose el mirarlo fijamente- Míreme, por favor- dijo en tono de súplica, admirando aquel rostro que tenía enfrente.
La respiración de NamJoon era acelerada, tanto como los latidos de su corazón, atendió a la petición del mayor, intentando calmarse y mirarlo a los ojos, encontrándose con aquellas iris de color gris que lo miraban con necesidad y un brillo en ellos que ocultaban algo más- Señor Jeon, debería irse- comentó, quería lejanía en ese momento, recuperar el control de su cuerpo y mente.
- ¿Siente algo por mí?- preguntó JungKook, ignorando la petición del menor porque dejara la habitación.
NamJoon se mordió el labio inferior- Señor Jeon, no...- intentó hablar, más fue interrumpido por el pelinegro.
- Solo responda- pidió con calma, no sabía qué respuesta esperaba que diera, pero quería una- ¿Siente algo por mí? ¿Si o no?- preguntó nuevamente, aguardando por una respuesta, su pulgar comenzando a acariciar los labios del castaño, deseando poder besarlo en ese momento.
El castaño se quedó en silencio, disfrutando por un momento aquella caricia que el pelinegro le estaba propinando, también sintiendo esa gran necesidad por besarlo, lo miró desesperado, una parte de él gritándole que no lo hiciera hablar, que no respondiera y solo abandonara aquel lugar, pero no pudo- Si- dijo simple, en un pequeño susurro- Si siento algo por usted- no sabía lo que era, sí tan solo era un deseo, una pequeña atracción, o sí sobrepasaba mucho más de lo que él pensaba.
- ¿Puedo quedarme algo más que solo unos minutos?- preguntó mientras iba acercándose más a NamJoon, quien también se acercaba cada vez más, hasta que sus labios se rozaron, pidiéndose permiso mutuamente para comenzar aquello que ansiaban.
- Quédese, por favor.
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Butler |KookNam|
FanfictionEl matrimonio no es sinónimo de felicidad, menos cuando este es arreglado, pero su vida había sido buena hasta ahora, hasta descubrir como su esposo lo engañaba, como se burlaba en su cara y como era capaz de mentir cada vez que las preguntas se hac...