Extra

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Pérdida de tiempo

SeokJin llevaba horas en la sala de aquel departamento, tres botellas de Soju vacías sobre una mesa y otra a medio acabar, sus noches se resumían a eso, sentarse en el sofá, beber y pensar en lo miserable que era, sin NamJoon a su lado no era nadie, había perdido las ganas de siquiera levantarse cada mañana, su cuerpo no seguía sus órdenes y en el trabajo le costaba concentrarse, era un milagro que su empresa aún no se haya ido a la quiebra.

TaeHyung lo miraba desde la lejanía, llevaba días así, no dormía junto a él en la cama y se limitaba a pasar las noches bebiendo en el salón de su casa, silencioso y amargado, siempre temía acercarse a pesar de que las pocas veces que lo había hecho el rubio no reaccionaba mal, pero aún así le costaba ir y hablarle, parecía reacio a todo contacto alguno. Hace meses que no lo miraba de manera romántica y dulce como siempre acostumbraba, y tampoco lo tocaba por voluntad propia desde hace semanas, no sabe qué está pasando, pero una cosa si tenía clara; ese no era el SeokJin que había conocido.

El pelinegro decidió dar un paso al frente, saliendo de las sombras, se propuso ir hasta donde el rubio y así fue, llegó a su lado pero este parecía completamente ajeno a su presencia- SeokJin- lo llamó, sacándolo de su burbuja de pensamientos, volteó a verlo, con una expresión totalmente indiferente.

- ¿Qué quieres?- dijo con desgana el rubio, volvió su vista a la botella de Soju que aún estaba llena y se sirvió en el vaso que aún tenía en manos, al terminar de servir bebió de el y luego se recostó en el mueble, esperando a que el pelinegro tuviera una buena razón para haberlo interrumpido.

- ¿No piensas ir a la cama hoy tampoco?- preguntó en un hilo de voz, sintiendo como un nudo se formaba en su garganta, deseaba echarse a llorar en ese momento.

- No tengo sueño- respondió simplemente, volviendo a sorber de su licor, al siguiente día no tenía responsabilidades que atender, su meta era alcoholizarse esa noche y quedar inconsciente, así no pensaría en el castaño al menos unas horas.

- Al parecer nunca tienes sueño- comentó con algo de molestia TaeHyung, se sentó al borde del sillón, intentando no acercarse mucho al rubio, no quería hacerlo molestar- ¿Por qué no quieres venir a la cama?- preguntó de otra manera, necesitaba saber, necesitaba respuestas, sino se volvería loco.

- Porque no necesito ir a la cama- dijo frustrado, volteó a mirar a TaeHyung y lo escrudiñó con la mirada- ¿No me puedes dejar en paz? Cada noche tengo que repetir lo mismo, comienzas a ser molesto- desvío la mirada de nuevo, deseaba poder pisar la que fue su casa algún día, volver a compartir la cama con su esposo y acurrucarse junto a él, no quería cerca al pelinegro, no mientras NamJoon siguiera existiendo.

- Y tú comienzas a ser un imbécil- su paciencia estaba llegando al límite, no soportaría quedarse callado un día más- Estoy cansando de intentar que me toques o tan siquiera voltees a verme como antes, ¿Acaso ya no te interesa esto? ¿Qué pasó con la promesa de que luego de tu divorcio seríamos felices?- preguntó con molestia, sus ojos desbordando odio y tristeza.

- Entonces no sigas intentando que haga nada de eso- volteó a mirarlo de nuevo, su mirada sombría como cada noche desde hace más de seis meses- ¿Vienes a hablarme de promesas a mí? Esas fueron solo palabras- dijo con simpleza, viendo como el líquido en el vaso que estaba en su mano se movía de un lado a otro- Palabras vacías y sin sentido, yo no quiero hacer a nadie feliz- comentó con amargura- Mucho menos a tí- dijo cruelmente, haciendo que TaeHyung sintiera una punzada dolorosa en su corazón.

El pelinegro se puso de pie, mirando al rubio con enojo y algo más indescifrable en sus ojos- Nunca signifiqué algo para ti, ¿No es así?- preguntó con la voz rota.

- No- se llevó el vaso a su boca y tomó de el una vez más, dejándolo ahora vacío- Solo fuiste una satisfacción sexual que me permití- dijo como si fuera lo más normal del mundo, dejó el vaso sobre la mesa y volvió a mirar a TaeHyung desde su puesto- Confundí mis necesidades con amor, en realidad nunca sentí nada por ti- se puso de pie de igual forma, quedando de frente al pelinegro, quien tenía las manos cerradas en un puño, clavando sus uñas en su carne- Ninguna de mis palabras fueron ciertas, ni íbamos a ser felices, ni mucho menos iba a casarme contigo después de mi divorcio con NamJoon, eso jamás iba a suceder- plantó la verdad.

Y el pelinegro no pudo aguantarse un segundo más, golpeando a SeokJin en la cara, haciendo que este perdiera el equilibrio ante el golpe recibido- Eres un maldito miserable, asqueroso- escupió con rabia y resentimiento- YoonGi tenía razón al decir que esto se convertiría en un infierno, que tú no eras capaz de sentir nada por nadie más que por ti mismo, ¡Que solo eres una mierda de persona que se va a quedar solo para el resto de su miserable vida!- su corazón latía con fervor, el enojo consumiendo su ser entero, queriendo lanzarse encima del hombre que tenía enfrente y matarlo con sus propias manos.

- ¡No tienes derecho a recriminarme nada!- SeokJin se recompuso, el impulso de golpear al pelinegro punzando en su interior- Recuerda que tú eres tan o más miserable que yo. Por estar conmigo traicionaste a tu amigo, por andar de perra te quedaste sin empleo y sin nada, ¡No tienes nada más que a mí!- a él, solo lo tenía a él, ese era el pensar del rubio, que todo giraba a su alrededor y solo al de él.

- ¡Tú no eres nada!- le gritó, él siempre cargaría con el peso de haberle hecho daño a NamJoon, de haber perdido su amistad por un imbécil que no servía para nada, pero ahora prefería eso antes de que el rubio siguiera con el castaño, de estar juntos el menor seguiría siendo miserable a su lado, de eso se daba cuenta ahora- Si me despidieron del trabajo fue por tú culpa, gracias a ti dejé de prestarle la atención suficiente, dejé de hacer las cosas bien, ¡Le rogué al señor Jung por mi despido! No podía seguir más ahí- aún recuerda el rostro de confusión de HoSeok cuando le pidió ser despedido, con el sentimiento de culpa que lo carcomía por dentro nunca pudo desempeñar bien su trabajo, sabía que había hecho lo correcto al irse de la empresa.

- Y gracias a tí yo perdí a NamJoon- aún le echaba la culpa al pelinegro, él seguía creyendo que gracias a él era que había perdido al castaño- Está a dos semana de casarse, ¡Lo perderé en dos semanas por tu maldita culpa! ¿Eso no lo tomas en cuenta, verdad?- se acercó peligrosamente a TaeHyung- ¡Ahora mismo está en los brazos del imbécil de Jeon JungKook! ¿¡Eso no lo tomas en cuenta, verdad!?- repitió, levantando su mano y estrellándola contra el rostro del menor, descargando toda su ira en ese golpe.

TaeHyung se llevó la mano a la mejilla, sintiendo como esta comenzaba a hormiguear por la bofetada recibida, sus ojos lagrimeando y su corazón doliendo en cada latido- Solo eres un parásito que vino al mundo a traer desgracia a la vida de las personas que tienes a tu alrededor, al menos NamJoon consiguió liberarse de ti, y ahora tiene a alguien que si se merece y que lo va a hacer feliz- dijo, sorbiendo por la nariz, toda esta situación le dolía, no podía con ella- Toda esta maldita relación no fue más que una pérdida de tiempo en mi vida- echó una vista a su alrededor, su departamento había perdido el color por completo, parecía ser que ahí ya no vivía él, ni lo que algún día fue- Merezco algo mejor que tú- volteó a mirarlo de nuevo- Puedes quedarte con todo, yo no necesito nada de esto, no más- se apartó de allí, yendo en dirección a su habitación, iba a empacar todas sus cosas y regresaría a Daegu con su familia, de la cual nunca debió de alejarse.

- ¡Nunca serás feliz!

- ¡Nunca serás feliz!

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Butler  |KookNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora