Capítulo 3

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Será un placer servirle

NamJoon asomó su cabeza por la ventana de la biblioteca, viendo hacia el patio, observando como SeokJin se paseaba de un lado a otro hablando por teléfono, soltó un suspiro y bajó la mirada, al parecer nada volvería a ser como antes.

Volvió adentro, sentándose nuevamente sobre un sillón, tomó el libro que anteriormente estuvo leyendo y siguió con su lectura, disfrutando de la felicidad de personajes ficticios, ya que su vida parecía no contar con una, su esposo parecía serle infiel y él se negaba a reclamarle algo, no tendría una conversación que luego le haría daño, prefería no enfrentar esa realidad y vivir en la ilusión de hacerse creer que todo estaba bien como iba.

El timbre de la casa retumbó en los oídos de NamJoon, levantándose casi de inmediato a abrir, se dirigió hasta la puerta y salió de la biblioteca, caminando hasta llegar a las escaleras, bajó y al llegar al salón encontró a SeokJin de espaldas conversando con otra persona, se acercó en silencio y se posicionó detrás de su esposo, manteniendo unos pasos de distancia.

- Llegas temprano, me sorprendes Jeon- el rubio le ofreció un apretón de manos al menor, el cual lo tomó sin rechistar- Pasa adelante.

NamJoon observó como el recién llegado entraba a la casa, rodando una maleta a sus espaldas, JungKook al observar al castaño le saludó con la respectiva reverencia, dedicándole a su vez una sonrisa, al levantar la cabeza se quedó observándolo fijamente.

- Buenos días, señor Kim- terminó por decir al terminar su pequeña inspección sobre el castaño.

- Buen día, Jeon- dijo NamJoon, algo cohibido por la mirada tan intensa del pelinegro, decidió alejarse un poco de allí, tomando rumbo hasta la cocina, donde aún tenía algo de visión y audio.

- Bueno- JungKook giró hasta quedar frente a frente con SeokJin, quien lo miraba con una sonrisa dibujada en su rostro - ¿Por dónde empiezo?

El rubio rió por lo bajo, divertido ante la situación, parecía mentira que este chico fuera a trabajar para él cuando su familia era una de las más adineradas del país.

- Empieza por ir a establecerte en la que será tu nueva habitación- caminó hasta el sofá y tomó asiento en el- Luego vas a mi oficina y te asignaré las tareas de la semana, tienes...- miró el reloj inexistente en su muñeca y miró a JungKook - Media hora, exactamente- él y el pelinegro rieron ante su acción, Jeon lo miró y asintió varias veces.

- Como usted desee- el pelinegro tomó su maleta y la empezó a rodar a la par que caminaba hasta su nueva habitación- Lo veo en un momento- rió por lo bajo y se perdió en uno de los pasillos del primer piso.

NamJoon tomaba un vaso de agua mientras escuchaba y observaba a los dos sujetos en la sala, al ver como el pelinegro se perdía entre los pasillos decidió salir de la cocina, dispuesto a seguir al chico.

- Nam- se quedó quieto en su lugar al oir a SeokJin llamarle, giró la mirada, encontrándose con el rubio de pie en mitad del salón - ¿Puedes dejar de evitarme? Ya han pasado dos días.

El castaño rodó los ojos, frustrado, no quería hablarle al rubio, su orgullo y dignidad eran más grandes que la convivencia prácticamente nula que mantenía con SeokJin, aburrido y cansado decidió hablar con el que se hacía llamar su esposo.

- Vives bien sin hablar conmigo, tienes muchas personas más con las cuales hablar- hizo referencia a todas las veces que veía al rubio hablando por teléfono, puso sus manos en su cintura y alzó una ceja- Y aún puedes respirar- se dio media vuelta, dispuesto a seguir con su camino hasta la habitación del recién llegado.

SeokJin suspiró frustrado, el estar en esta situación con NamJoon lo tenía estresado, no sabía como tener al castaño contento y su propia vida era un desastre, necesitaba una nueva noche de tragos con YoonGi, y un buen bar para olvidar sus problemas tan sólo por una noche.

- NamJoon- intentó llamar, pero NamJoon hizo caso omiso a los llamados, caminando hasta que llegó a la puerta de la habitación del pelinegro, tocó un par de veces y esperó hasta escuchar un suave "Pase", tomó la perilla y la giró, abriendo la puerta y entrando a la habitación, al estar dentro cerró detrás de él.

- Señor Jeon, ¿Puedo conversar con usted?- el susodicho miraba atónito a NamJoon, de todas las posibilidades nunca pensó que tendría al socio de su padre en su habitación, sí bien era de la casa del mismo, no se lo esperaba.

El pelinegro carraspeó y luego asintió- Por supuesto, señor Kim, tome asiento- el nombrado atendió y se sentó en uno de los sofás individuales que se encontraban en la habitación, Jeon imitó su acción pero tomando asiento sobre su cama- ¿Qué necesita?

- ¿Cómo terminó siendo el nuevo mayordomo de esta casa?- preguntó curioso NamJoon, bien cierto era que su esposo ya le había dado las supuestas razones, pero aún así quería escuchar del mismo Jeon JungKook el por qué de esta extraña situación.

El mayor se rascó levemente la nuca, notoriamente incómodo ante la pregunta de Kim, aún así contestó- Es una especie de castigo por no obedecer las reglas de mi padre, supongo entenderá usted cómo es la situación en estos casos- respondió con sinceridad, a pesar de no ser específico era más que suficientemente para el castaño, el cual asintió levemente ante la respuesta del pelinegro.

- Si, castigos innecesarios...- susurró NamJoon, mirando el suelo, recordando cuando su padre lo amenazó con darle una lección si no aceptaba casarse con SeokJin, subió la mirada nuevamente, encontrándose con los ojos grises de JungKook, sintiéndose un poco incómodo al verlos fijamente, apartó la mirada después de unos segundos- Si gusta podría hablar con su padre y hacer algo por usted.

El pelinegro rió levemente, sin duda NamJoon no sabía lo que intentar llevarle la contraria a su padre significaba, negó levemente con la cabeza- No se preocupe por mi, señor Kim, cumpliré con el castigo- buscó nuevamente la mirada del castaño, encontrando una vez más aquellos ojos color café- Y también será un placer para mi servirle- sonrió en grande.

NamJoon quedó anonadado al ver la sonrisa de pelinegro, era única, volvió a desviar la mirada al darse cuenta de lo que estaba haciendo, carraspeó ligeramente, sintiéndose algo incómodo, se puso de pie, dispuesto a irse de la habitación.

- Bueno- comenzó a hablar un poco nervioso- Fue un placer haber conversado con usted, cualquier pregunta que tenga sobre su trabajo o la casa no dude en preguntar, tanto a mi como a SeokJin- tomó el pomo de la puerta y lo giró, abriendo rápidamente.

JungKook se puso de pie e hizo una pequeña inclinación con la cabeza, aún con la sonrisa en su rostro- Muchas gracias por todo, señor Kim- el castaño asintió repetidas veces y salió rápido de la habitación, desesperado por escapar- Muy divertido- dijo por lo bajo, riendo a la par, volviendo a su trabajo de desempacar.

NamJoon iba casi trotando por el pasillo, con las manos en las mejillas y aún nervioso, llegó al salón, encontrándose nuevamente con SeokJin y una cara muy conocida, sonrió de par de par, radiante de felicidad al recibir visitas.

- ¡TaeHyung!





- ¡TaeHyung!

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Butler  |KookNam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora