Consecuencias

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—35 millones de euros es lo más que mí esposo puede ofrecerle. —Habló Fiore al hombre frente a ella. Timoteo la había enviado a negociar con el alcalde de Palermo acerca de la libertad de varios integrantes de la familia que habían sido arrestados días atrás—. Al igual que puede garantizar el apoyo de varios políticos en su postulación para la presidencia del país.

—Entiendo lo que el señor D'agnolo propone, pero deben entender las consecuencias que me afectará si dejo libres a esos doce hombres. —Respondió el alcalde en voz baja, se encontraban en uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad y no estaban solos, por lo que debían tener cuidado con sus palabras, ya que no sabían quién podría estar escuchándolos.

Fiore paseo su mirada por el restaurante, nadie de esas personas les prestaba atención, en parte gracias a encontrarse en uno de los rincones más privados del lugar y las personas mas cercanas a ellos solo eran el personal de seguridad del alcalde y Donna, quien miraba a esos hombres con completa desconfianza.

No habían hablado de aquel beso en el baño de hace una semana, pero definitivamente las cosas habían cambiado para peor, la joven ya no solía hablar con ella y solo se limitaba a seguirla sin cuestionarla. Tampoco es que Fiore hiciera algún intento de acercarse, después de todo seguía preguntandose la razón de sus acciones, de aquel malestar en su estómago que siempre estaba ahí cuando la miraba y aquel loco impulso de volver a besarla.

—Comprendo lo complicado de su situación, sin embargo, mí marido necesita a sus trabajadores al completo. —Dijo llevándose a los labios la copa de vino que se encontraba en la mesa, si quería cumplir con el mandato de Timoteo, tendría que mejorar su método de convencimiento—. Tal vez ya haya escuchado los rumores sobre una posible guerra de familias.

—¿Está amenazandome?

—Solo remarco las posibilidades. No quisiera que su mandato se viera manchado por la violencia en las calles. —Soltó lo que el jefe le había dicho que dijera en caso de que el alcalde no quisiera ceder al principio—. Los dos sabemos lo mal que se vería en su postulación.

—¿35 millones, dices?

—En completo efectivo y entregados al instante en que acepte la oferta. —Añadió señalando a Donna quien cargaba con un maletín para después dejarlo sobre la mesa justo frente al alcalde.

El hombre parecía estar debatiéndose en su interior sobre lo correcto o lo sencillo, sin embargo, era obvio cual ganaría, dado que no dejaba de mirar el maletín como si fuera el último vaso de agua en el desierto. Fiore detestaba lo sencillo que era para su esposo tener a todos en la bolsa sin casi sudar, detestaba el nulo orgullo de los hombres con los que hablaba y que con solo dinero podía hacer de aquella ciudad su voluntad sin importarles las vidas de los ciudadanos honestos viviendo ahí.

Minutos después salió del restaurante sin el maletín, pero con la afirmación de que los hombres de la familia D'agnolo serían libres de inmediato para continuar con su vida delictiva. Consideraba hipócritas sus pensamientos, sobre todo porque ella también formaba parte de ellos y pasaba por alto sus delitos, incluso en ocasiones, los felicitaba por algún trabajo bien hecho.

—¿Tiene en mente otro lugar al cual ir? —Cuestiono Donna sin mirarla al subir al auto.

—La marina suena como algo que necesito en este momento. —Respondió queriendo buscar su mirada por el espejo retrovisor, sin embargo, la joven parecía decidida a no verla más de lo necesario.

El restaurante al cual habían ido se ubicaba a las afueras de Palermo por lo que el viaje sería bastante largo, lo cual aprovecharía Fiore para tomar una pequeña siesta. Recargó su rostro en la ventanilla aliviando el calor que sentía con el frío del cristal, el mismo que le devolvió su reflejo cansado. Las heridas que su marido le infringió en el rostro comenzaban a desvanecerse para su alivio e incluso, ya era capaz de abrir la boca sin sentir dolor y, a pesar del castigo, su reputación en la mansión había cambiado para mejor.

Ave Enjaulada (Placeres Desconocidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora