Victoria

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Si bien el ataque a la mansión de los D'agnolo no había durado más de un día, los hombres de dicha familia tardaron más de una semana en arreglar todos los desperfectos que se causaron. De igual manera se dio uno de los días más sangrientos en la historia de Palermo, ya que los hombres de Timoteo se encargaron de cazar y asesinar a todo aquel con un mínimo de relación a la familia Andie, así fueran mujeres o niños.

El sótano estaba a rebosar de prisioneros, quienes eran golpeados y torturados todos los días para que alguno soltara la ubicación del líder de la familia, quien era el único que faltaba de atrapar. Pasaron casi tres dias de pura tortura para que uno de ellos cediera y revelara la ubicacion de la casa de seguridad de los Andie antes de ser asesinado por Timoteo, quien partio a ese lugar de inmediato en compañia de sus hombres.

—Esto se está saliendo de control. —Musito entre dientes Fiore al ver por una de las ventanas como un grupo de hombres entraba a la mansión arrastrando a otros sujetos—. Tuve que hablar con el alcalde y asegurarle que esto terminara pronto. No pareció creerme.

—Todo mundo sabe lo que está pasando y como los Andie fueron quienes se buscaron su propia destrucción. —Señaló Patrizia Cocci quien había llegado para asistir al funeral que se le había hecho a los caídos esa misma mañana—. Incluso aquellos que no tienen nada que ver con nuestro mundo.

—Eso no suena nada bien. Se supone que deberíamos vivir con un perfil bajo, no estar en el ojo público.

—Hay cosas que no pueden evitarse. —Se mofó mientras fumaba recostada en uno de los sillones que había en aquella sala. Fiore estaba de pie cerca de la ventana, mientras que Donna caminaba de un lado a otro de la puerta sin mostrar nada más que profesionalismo.

—Al menos las cosas serán un poco más tranquilas sin los Andie. —Suspiro bebiendo brandy de un pequeño vaso en su mano.

—Y que lo diga. Esos imbéciles se metían en terrenos peligrosos que ponian en riesgo, no solo a ellos, sino también a nosotros. La trata de personas, si bien es demasiado lucrativo, no es discreto.

—¿Trata de personas? ¿Ellos eran lo que lo hacían? —Cuestiono Fiore notando como el interés de Donna por la conversación aumentaba deteniéndose de aquella caminata sin sentido.

—Hay más, pero según he escuchado. Ellos eran los principales proveedores en los más importantes prostíbulos del país. —Explicó sin percatarse del cambio de ánimo en la habitación—. Los de Roma, Venecia, Verona, Palermo, Florencia...

—¿Ellos proveían en Florencia? —Cortó Donna incapaz de mantenerse apartada por más tiempo, se acercó a las dos mujeres haciendo que Patrizia la mirara curiosa.

—¿Por qué tanto interés en este tema?

—Estoy buscando a alguien y ese alguien pudo haber terminado siendo víctima de trata... No, estoy segura de que lo fue. —Explicó sin querer dar muchos detalles, continuaba sin confiar mucho en la mujer debido a sus descubrimientos sobre la relación de su familia con toda la red de trata.

—Es desafortunado. Un destino horrible para cualquier persona. —Suspiro junto con el humo de su cigarro—. Aunque se que hace tiempo que no lo hacían. Estaban desesperados por conseguir dinero y por eso terminaron atacando a los D'agnolo.

—¿Y no sabe si tenían registros de a quienes secuestraban en algún lugar?

—Supongo que sí. A cualquiera le gusta llevar un registro de sus activos. Sirve para llevar un control en el negocio. —Señaló quitándole importancia—. Seguramente el patriarca Andie lleva un registro en aquel teléfono que siempre trae consigo.

Con aquellas palabras, la mujer dio por terminada su visita a la mansión y se retiró dejando solas a Donna y Fiore, quien pensaba en lo dicho, encontrándose haciendo el plan de hablar con su marido en cuanto llegara de su búsqueda de aquel hombre.

Ave Enjaulada (Placeres Desconocidos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora