Capítulo 13

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Los oficiales de Deimos nunca habían destacado por llevarse muy bien entre sí. En aquella sala de reuniones, en los niveles más profundos de aquella instalación secreta, era habitual que se guardasen las distancias. Nadie confiaba en nadie y nadie sentía especial simpatía por nadie. Aquella mesa en torno a la que todos se sentaban era excesivamente grande para un número tan reducido de personas, y los asientos se habían colocado con un margen de separación de varios metros. Todos habían tenido sus buenas razones para estar de acuerdo con que las cosas fueran así. Al fin y al cabo, los miembros del Círculo Interno de Deimos tenían fuertes diferencias de objetivos y opinión, y lo único que les unía era el hecho de haberse visto forzados a participar en aquellas reuniones. Que estuviesen atrapados en la misma habitación hasta que la Comandante en Jefe les permitiese salir de ella no significaba necesariamente que tuviesen que llevarse bien.

Sin embargo, aquel día había sucedido algo sin precedentes en toda la historia de aquella organización. En ausencia del Comandante Krieg, Taggart fingía no ver lo que estaba sucediendo y la Comandante Persephone se mantenía en su puesto dedicando una mirada angustiada a los oficiales que había en el otro lado de la mesa. Hammerhead había movido su silla para sentarse justo a la derecha de la Dra. Olsson. Incluso el siempre silencioso e impasible Tyrant-03 parecía confuso ante aquella situación, aunque no se atrevía a intervenir sin una orden directa.

Tanto Agatha como Hammerhead parecían haber olvidado lo mal que se llevaban y haber acordado una especie de tregua, mientras ambos permanecían atentos a la interfaz holográfica de la genetista. Aquel proyector directamente instalado en la propia mesa reproducía lo que parecía ser un video grabado la noche anterior en la propia Kubeigh, justo después de que la Comandante Aldrich perdiese aquel combate. A pesar de la catastrófica situación en la que se encontraba la ciudad, algunos supervivientes se las habían arreglado para subir sus grabaciones a la red. Ambos oficiales de Deimos mantenían la mirada fija en aquella proyección holográfica, casi sin pestañear. Aunque sabían que el Comandante Krieg llegaría de un momento a otro, no les importaba lo suficiente como para silenciar el video, y cada uno de aquellos sonidos que había en la grabación retumbaba en aquella diáfana sala subterránea.

- La jefa es... sorprendentemente buena en esto- Comentó Agatha, rompiendo varios minutos de silencio.

- Probablemente ya tiene experiencia- Le respondió Hammerhead.

- ¿Tú crees?- Preguntó la genetista- Yo no me lo esperaba de ella, la verdad.

- Tampoco es como si tuviera elección. Las titanes eran todas mujeres- Le recordó el Goliat, sin apartar la mirada- Dudo que encontrar marido haya estado en algún momento entre sus planes.

Una nueva hoja de papel con algo escrito levitó hasta situarse frente a Agatha y Hammerhead, impidiéndoles ver parte de aquella interfaz holográfica. La genetista se apresuró agarrar aquella nota que le enviaba Persephone desde el otro lado de la mesa, arrugarla hasta hacer con ella una bola y lanzársela de vuelta a la Banshee, sin llegar a leer lo que ponía.

- En realidad, lo que más me sorprende es...- Comenzó a murmurar Agatha, con cierto desdén- Satsuki no es precisamente alguien sociable. No me la imagino teniendo pareja o amigas.

Hammerhead dejó escapar una leve risa ante aquellas palabras. Resultaba irónico que fuese precisamente Agatha quien acusase de aquella forma a la Comandante en Jefe de Deimos. Lo más parecido que la genetista tenía a un amigo era aquel supersoldado mudo que la seguía a todas partes como un animal amaestrado. Aunque ella se burlase mucho del resto de oficiales de Deimos, Taggart aún mantenía contacto y buenas relaciones con varios ejecutivos de la HEC y la Comandante Persephone tenía a aquel asistente suyo, con el que Hammerhead sospechaba que mantenía relaciones a escondidas. Pero Agatha era incluso más intratable que la Comandante Aldrich, y nadie se acercaba a ella sin una muy buena razón. Desde luego, la genetista no era la más indicada para presumir de vida social. A pesar de ello, Hammerhead mantuvo la mirada en aquel video y se abstuvo de hacer ningún comentario al respecto. No estaba interesado en defender a Satsuki, y no le apetecía empezar una pelea verbal con aquella retorcida científica.

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