Phobos

Capítulo 15

Coordenadas dimensionales:

Año 8.972 del calendario zyonista

Erebus

Región de Acies

Phobos Prime, Phobia Aegis

La exposición en el último piso de la Torre del Terror solía ser un lugar solemne y silencioso. Sin embargo, cuando las puertas del ascensor se abrieron y Yomi entró en aquella gran sala, la IA notó al instante que no era la única en aquel lugar. El dron de Clase Ambassador que proyectaba su holograma percibía una señal acústica. Sin dudarlo un instante, la Almirante realizó un barrido con sus sensores que escaneó toda aquella amplia estancia. En pocos segundos, el barrido de escáner detectó una serie de fuentes de calor que identificó como formas de vida. Yomi se detuvo durante un momento y el dron que proyectaba su avatar holográfico orientó su sensor óptico en dirección hacia las fuentes de calor que había detectado. Se trataba de un grupo de doce empleados humanos que se encontraban a ciento treinta metros del ascensor. Parecían estar realizando aquella labor de mantenimiento llamada "limpieza", utilizando productos químicos nocivos para su propia salud que retiraban aquella capa de polvo que solía acumularse en cualquier lugar donde las criaturas orgánicas dejasen un rastro de sus propias células muertas. Aquella era una tarea carente de un propósito útil, más allá del mantenimiento estético de aquel lugar. Yomi utilizó el sistema de reconocimiento facial de su dron e identificó a todos aquellos hombres y mujeres con uniformes de personal de mantenimiento. Todos ellos tenían credenciales válidas y tenían permiso para estar allí.

Aunque estuvieran realizando una tarea carente de propósito funcional, la Almirante decidió no molestar a aquellos humanos y continuó avanzando hacia el despacho del Comandante en Jefe. Incluso aunque había pensado que estaría sola en aquella amplia sala, la IA había mantenido encendido de todas formas el proyector holográfico de su dron. Su avatar caminaba conforme el Ambassador se desplazaba. Aunque el Ambassador podía alcanzar fácilmente los trescientos kilómetros por hora, el dron de Yomi solo se desplazaba a la velocidad que caminaba aquel avatar holográfico que proyectaba. Su obsesión con aparentar una humanidad que no tenía era tal que no le importaba sacrificar algo de eficiencia. Cuando Yomi notó como un miembro del personal de limpieza le dedicaba una fugaz mirada, la IA notó un sentimiento simulado de satisfacción. Los drones de Clase Ambassador eran muy comunes en aquella ciudad como para llamar la atención de nadie. Era el avatar holográfico lo que atraía las miradas. Aquello le gustaba a Yomi. No se sentía cómo una simple máquina más, sino como una miembro de aquella sociedad que los orgánicos habían creado.

- Hermana...- La llamó una voz cercana- ¿Tienes... balas?

El dron de Yomi se detuvo al percibir aquella voz. Sonaba extremadamente artificial, más aún incluso que su propia voz sintética. Aquella voz ni siquiera se esforzaba en aparentar ser una voz humana. Y a juzgar por la cantidad de ruido que emitía aquel modulador de voz y lo entrecortadas que sonaban aquellas palabras, la máquina que le hablaba parecía estar dañada. Por primera vez en mucho tiempo, Yomi dirigió la mirada de su sensor óptico en dirección hacia la exposición que había en aquel lugar, mientras su avatar holográfico también paseaba la mirada por allí.

- Estoy... aquí- Volvió a llamar su atención aquella dañada voz sintética.

El dron de Yomi identificó la procedencia de aquella voz y comenzó a desplazarse en dirección a la fuente, que se encontraba a escasos veinte metros a su izquierda. Se trataba de un arma centinela situada sobre un pedestal y rodeada por un cordón de terciopelo de color rojo. Aquella torreta parecía ser un modelo tecnológicamente obsoleto y no parecía haber sido fabricada por Phobos. Yomi había examinado la exposición entera en varias ocasiones, pero nunca antes había visto aquella torreta. Parecía tratarse de una pieza nueva adquisición. No debía llevar más de unas pocas semanas allí.