Capítulo 16

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Una inmensa y solitaria embarcación surcaba Argus en dirección hacia el sur, dejando la línea de costa a unos diez kilómetros de distancia, a babor. Atlantis Arisen se encontraba a cien kilómetros al norte de la costa de Phobia Aegis y Yersinia Terra se encontraba justo al sur del territorio controlado por Phobos. Recorrer los más de cuatrocientos mil kilómetros que separaban la capital de Phobos y la frontera con Deimos era de por sí un proceso tedioso, pero la Almirante Nakamura contaba con la dificultad adicional de no poder recorrer un camino en línea recta como probablemente había hecho el Comandante Richter. Ella había tenido que bordear todo el continente siguiendo la línea de costa, alargando casi trescientos mil kilómetros más su camino a recorrer, sin disponer de tiempo extra para su despliegue en las costas de Deimos. Sin embargo, tras cuatro semanas poniendo al límite sus sistemas de locomoción y manteniendo una velocidad constante de seiscientos veinte nudos, aquella siniestra embarcación se encontraba ya a escasos tres mil kilómetros de la costa de Brackken.

Resultaba sorprendente ver una embarcación de semejante tamaño moverse a tanta velocidad sobre aquellas negras aguas. Yomi medía seiscientos veinte metros de longitud, sesenta de ancho y ciento veinte de alto en las secciones más elevadas de su cubierta. La embarcación tenía un grueso casco de oricalco, decorado con su propio número de serie y con el logotipo de Phobos. Las intensas luces de neón rojas que decoraban el casco de la embarcación iluminaban las oscuras aguas a su alrededor, dándoles un siniestro y peculiar brillo rojizo, incluso a plena luz del día. Aunque la embarcación disponía de cubiertas interiores que permitían que el personal de mantenimiento de Atlantis Arisen y sus propios drones se desplazasen por su interior, un Clase Serenity no se consideraba un vehículo tripulado y no estaba diseñado como tal. Aquello permitía que la cubierta exterior careciese de debilidades estructurales propias de las otras embarcaciones, teniendo en su lugar un blindaje de oricalco en ángulo, similar al de los tanques Black. Sobre aquel blindaje, destacaban la presencia de ocho enormes baterías triples de cañones Esper, seis en la cubierta de proa, agrupadas en parejas y distribuidas en diferentes desniveles de altura, y dos en la de popa, justo tras el silo de misiles nucleares. A diferencia de la anterior generación de baterías de artillería psiónica, los cañones Esper tenían una capa externa de blindaje que les daba una forma mucho más estilizada, ocultando las bobinas amplificadoras y la parabólica de emisión dentro de una carcasa de oricalco hexagonal que daba forma a los cañones. Entre las cubiertas de proa y popa se alzaba un imponente puente de mando, ligeramente inclinado hacia delante. Al no disponer de una tripulación, el puente de mando de SCEPBMkIII-06 servía a un propósito principalmente estético y en realidad era poco más que una torre de comunicaciones glorificada. Sin embargo, justo debajo de aquella torre inclinada de oricalco decorada con luces de neón rojas, se encontraba la sección más blindada de todo el buque, que contenía el núcleo de IA de la Almirante Nakamura y su caja negra.

Incluso a pesar de disponer de un suministro virtualmente ilimitado de energía gracias a su reactor nuclear integrado, en circunstancias normales habría sido imposible que los motores de Yomi le hubiesen permitido desplazarse a la suficiente velocidad para alcanzar su objetivo a tiempo. Sin embargo, como acorzado psiónico de tercera generación que era, su capacidad para manipular el poder psíquico de sus baterías psiónicas era mucho más avanzado que en los modelos más antiguos. Del mismo modo que era capaz de canalizar fuerzas telequinéticas a través de sus cañones Esper, Yomi también era capaz de utilizar aquella energía para incrementar drásticamente el rendimiento de cualquiera de sus sistemas a costa de reducir la vida útil de sus baterías y de algunos componentes mecánicos. Aunque había empleado una gran cantidad de energía para ello, finalmente había logrado alcanzar el territorio de Deimos apenas unas pocas horas después de que el Comandante Richter le informase sobre su llegada a Yersinia Terra. Sus motores probablemente requerirían mantenimiento una vez volviese a su dársena en Atlantis Arisen, pero los sistemas de autodiagnóstico de Yomi no detectaban ningún daño significativo que pudiese entorpecerla en combate. La Almirante estaba preparada para enfrentarse a su predecesora y a toda la flota de Deimos si era necesario. Tenía una cierta expectativa de que aquel enfrentamiento le aportase la clase de experiencia en combate real que tanto necesitaba para superar a Klaus.

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