Pensamientos Intrusivos

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- Enid, ¿recuerdas los temas que salieron en tu examen de admisión? - preguntó Merlina mirando los cuadernos de su amiga, contrario a lo que creía, la chica tomaba buenos apuntes, aunque eso incluía títulos de varios colores y mucho resaltador, y uno que otro garabato en las hojas.

- Tengo una cartilla de un simulacro que me hicieron por si quieres verla -

- Por favor -

- Creo que dejé las respuestas correctas en la última hoja - la peli-negra asintió y se sentó a realizarlo.

Si, había dicho que no estaba en sus planes entrar al instituto pero el perfil de aquel hombre lobo rabioso la llevó a ese lugar, era el tío de uno de los estudiantes, pero ese solo fue el comienzo de su descubrimiento; otras víctimas también se relacionaban allá, ex-alumnos, contribuidores, ex-profesores y otros más.

- Wow, sacas más de 85 en cada materia - después de terminado le pidió a Enid que lo revisara - No sabía que eras tan buena -

- Tu resultado no estuvo nada mal tampoco - ella también se había sorprendido con el puntaje de la rubia y aunque no lo pareciera a simple vista, tenía fortalezas en muchas cosas.

- Ya tengo quien me ayude con matemáticas - y debilidades en otras.

- Ni lo pienses - la bajó de la nube volviendo a tomar la cartilla - ¿Crees que será suficiente para esos beneficios que mencionaste? -

- Depende quien se postule contigo, pero diría que es muy difícil que lo superen -

- Bien -

Los exámenes empezaban el siguiente mes, lo que no sabía es que tendría que pasar una prueba aún más complicada justo antes del gran día.

...

- Vete, puedo sola - gruñó Enid encogiéndose en una esquina de la habitación.

- Tranquila, me encanta el sonido de gritos de dolor y huesos rompiéndose - tranquilizó Merlina arrodillándose frente a ella - estuviste en tu primera transformación para mi, te ayudaré en lo que pueda -

La joven Sinclair ocultó la cara entre sus brazos sintiendo el poder de la luna sobre ella, ahora se lamentaba el no haber llamado a su madre para contarle acerca de su conversión, ella le habría dado buenos consejos, incluso si eso involucraba una jaula y cadenas.

- No lo entiendes, puedo acabar con tu vida en cualquier momento - dijo mostrando sus afiladas garras rodeadas de un suave pelaje.

- Buena frase de conquista - la cara de la loba se levantó de inmediato con una mueca de confusión que mostraba sus crecientes caninos y puntiagudas orejas.

- ¿Qu... - no pudo terminar, su cuerpo se inclinó hacia adelante y entre quejidos comenzó a crecer de tamaño hasta que estuvo totalmente cubierta de pelo, se levantó en sus dos patas y aulló desde el fondo de su pecho a la luna a través de la ventana.

Merlina retrocedió impresionada, ahora que la veía con la clara luz de la habitación y no en un oscuro cementerio podía distinguir bien sus características y sin darse cuenta estaba sonriendo, su carismática amiga era capaz de convertirse en algo majestuoso.

La loba se giró hacia ella y le gruñó amenazante, pero la peli-negra hizo caso omiso concentrada en los grandes y peligrosos colmillos en su hocico.

- Maravilloso... - se intentó acercar estirando su mano logrando únicamente que la lobo se alterara y saltara hacia atrás golpeado su cabeza contra el techo y trastabillando de espaldas - ¡Cuidado...! - era demasiado tarde, la bestia intentó girar su cuerpo para estabilizarse pero solo logró arañar la pared del centro y terminar de atravesarla con su cuerpo - ... -

La Pieza Perfecta (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora