Regalos

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Merlina caminaba entre los árboles del espeso bosque, alerta a cualquier sonido o movimiento; era de noche y solo la luz de la luna llena que pasaba entre las frondosas hojas guiaban su camino.

*Crack*

Giró su cabeza hacia la derecha donde una rama había sido rota y sin pensarlo dos veces comenzó a correr en dirección contraria, sabía que la había encontrado y la perseguía con rapidez, pudo sentirla pasando por su espalda desapareciendo por su izquierda y luego por el frente, demasiado cerca para poder detenerse se estrelló de lleno con el rubio pelaje trastabillando hacia atrás y solo recuperando el equilibrio cuando la cola de la bestia la sostuvo.

- Tu ganas - se rindió mirando los ojos azules de aquel animal que se cerraron solo para empujar su gran cabeza contra ella con cariño y recibir unas suaves caricias.

Era la tercera luna llena para la joven Sinclair y habían aprendido juntas que estar en un espacio abierto facilitaba su transformación y la mantenía más calmada, por lo que su nueva rutina una vez al mes era durar la noche en las afueras de la ciudad.

Pasaban las horas y ambas se distraían con distintas actividades, a veces Merlina le lanzaba un palo para que persiguiera, otras Enid se proponía encontrar la piedra más bonita y llevársela y otras como ahora en la que simplemente se recostaban la una en la otra.

- ¿? - la loba levantó las orejas cuando sintió algo frío caer en su nariz para luego desaparecer, después algo blanco apareció en su campo de visión y estiró su lengua para atraparlo, se desintegró de inmediato.

Ante el movimiento Merlina abrió los ojos y detuvo su descanso mirando hacia arriba donde identificó lo que había llamado la atención de la lobisonte.

- Empezó a nevar - comentó extendiendo la mano, disfrutaba los climas fríos, tormentas de nieve y eléctricas entraban en sus días favoritos.

Aunque le molestaban las personas demasiado carismáticas que salían a jugar y construir muñecos de nieve demasiado adorables, disfrutaba la tortura de enterrar a alguien hasta la hipotermia, alguien como su hermano, Pericles o crear montículos de nieve de monstruos que en la oscuridad aterrarían a cualquiera.

Sin embargo en ese momento decidió dejar sus impulsos de lado y permitir a su mente concentrarse en la mujer lobo persiguiendo los pequeños copos de nieve solo para terminar mordiendo el aire.

Su paseo terminaría en la madrugada caminando de regreso a casa, la rubia tendría puesta la ropa que le habían llevado en una mochila negra y ambas, agotadas, avanzarían tomadas de la mano culpando al frío por la tierna acción.

...

- No me vayas a extrañar mucho - Enid terminaba de empacar sus maletas, sus padres no demoraban en recogerla.

- Jamás - la loba sonrió complacida, aunque hubiera querido que fuera diferente, su familia quería pasar navidad en su ciudad de nacimiento y aunque hubiera podido traerlos, el muro faltante sería un problema, no tuvo más opción que irse dejando a Merlina sola.

- Intentaré regresar antes -

- No dejes que te aleje de tu familia -

- La verdad es que preferiría quedarme a tu lado, tenía muchos planes - suspiró algo decepcionada - Y como dices que no me vas a extrañar entonces quiero darte algo para que no me olvides -

- Ver tu cuarto todas las noches será suficiente - la rubia rodó los ojos y caminó hacia su cama arrodilladosé y sacando de debajo una caja ancha y larga - ¿Qué es eso? -

- Mi regalo de navidad -

- ... - Merlina conocía bien la festividad, solo que en su estado actual sabía que sería muy diferente a lo que solía recibir y esa caja no sería un ataud con alguien para diseccionar.

La Pieza Perfecta (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora