Luna Sangrienta

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Merlina salía del trabajo, el mensaje que había estado esperado llegó varias semanas atrás confirmándole el puesto en el cementerio, aplicó a otros más pero en la entrevista solían decirle que no tenía el carisma para trabajar en atención al cliente o hacían demasiadas preguntas.

Bajó las escaleras y ahí en la entrada principal la estaba esperando Enid moviendo su brazo en forma de saludo.

- No tienes que pasar a recogerme todos los días - dijo estirando su brazo para alejarla cuando la chica la intentó abrazar.

- Me gusta caminar contigo a casa - respondió la rubia con una sonrisa mientras seguían su camino.

Al llegar ambas se ducharon y Enid quien sorprendentemente se arregló primero la esperó en la puerta de su habitación.

- ¿Mucho trabajo? - preguntó una vez la puerta se abrió.

- No realmente, solo regar algunas plantas y cavar unas cuantas tumbas - le respondió con simpleza la peli-negra bajando las escaleras.

- Suena divertido, creo - se quedó pensativa - No tengo tareas, ¿qué te parece si hacemos noche de amigas? -

- Paso -

- Por favoooooor - pidió haciendo ojos de cachorro - Veremos lo que tu quieras - intentó persuadirla.

- Odias el terror -

- Por ti Merlina, voy a un cementerio abandonado a las 3 de la mañana - la más baja la miró no muy convencida.

- ¿Estás intentando conquistarme? -

- ¿Funciona? -

- No -

- :( -

- Pero por el terrible esfuerzo aceptaré tu oferta - la cara de la joven lobo se iluminó y dio un saltito antes de correr de lado a lado trayendo cosas hasta que en la sala todo estaba preparado para su ansiada noche.

...

- Dijiste que la ibas a ver - Merlina observó el bulto a su lado, envuelto en una cobija Enid se tapaba la cara para no ver la pantalla.

- ¡La estoy viendo! - se defendió asomando un ojo justo cuando un jumpscare aparecía - ¡Ponle pausa! - gritó saltando del sofá y corriendo a la cocina dejando a la peli-negra suspirando decepcionada.

- Si tanto miedo te da por que no nos vamos a dormir - dijo tras unos minutos encontrando en el momento el escape perfecto.

- ¡No! ¡Dije que podía con esto! - la rubia regresó con un tazón de palomitas de maíz y dos latas de gaseosa sentándose con valentía.

- Claro... - la más baja volvió a poner play y agradeció la comida que se le ofrecía. Tenía que reconocer el gran trabajo que estaba haciendo su compañera por mantener los ojos abiertos en la película y verla encogerse en el lugar era más entretenido que la cinta en sí.

Miró de reojo a dedos en el brazo del sofá y señaló con la cabeza a Enid para luego asentir con una pequeña sonrisa, la extremidad entendió de inmediato y en silencio trepó el espaldar hasta quedar detrás de la cabeza de la rubia y saltar sobre ella.

- ¡AhhHhhHhHhHHhh! - el grito y el brinco fue la cereza del pastel, aunque no contaba con que las palomitas salieran volando y cayeran por todas partes incluyendo su cabello, pero podía vivir con eso.

- Pft - contuvo una risa poniendo la mano en su boca mientras veía a la rubia totalmente aterrada intentar quitarse lo que tenía detrás - Dedos, suelta - dijo satisfecha con la escena.

La Pieza Perfecta (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora