𝐀𝖾𝗒𝗌α𐓣𝗍 ─ 𝐀𝖾ꭑⱺ𐓣ᑯ 𝐓α𝗋𝗀α𝗋𝗒𝖾𐓣

III

Aemond estuvo molesto toda la noche, esperó la visita de lady Aeysant en sus aposentos, no había arreglado el pequeño asunto en su entrepierna esperando a que Aeysant lo hiciera.

Sin embargo está nunca llegó.

Siempre habia sentido asco de Aegon por tocarse así mismo, pero sí Aeysant no estaba y no quería estar con ninguna otra, tendría que hacerlo, provocandose un placer que sabía que en Aeysant hubiese estado mejor.

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El día de la final del torneo finalmente había llegado, ese día Aemond tendría que elegir a su esposa y llevarla a Desembarco del Rey.

Los caballeros estaban en el lugar, luchando entre sí encima de sus caballos, hasta que el pedir favores de las princesas habían llegado.

—Quisiera pedirle el favor a lady Aeysant de la Casa Baratheon, sé que con su favor y la ayuda de los Dioses ganaré esté torneo.

Aeysant se levantó de su asiento bajo la mirada pícara de Borros, buscando la corona con flores, al tomarla se fijó en el príncipe Aemond quien no dejaba de mirarla fijamente y con notable molestia en su rostro.

Como disfrutaba molestar al narcisista de Aemond Targaryen.

—Buena suerte, lord. —dijo dejando caer su corona en la lanza del rubio.

—Quisiera pedir su mano al finalizar el torneo, mi lady.

Aquello había tomado por sorpresa a todos los presentes en el palco, Laed Lannister Tyrell era un buen muchacho de unas buenas casas.

—Espero que lo finalicé. —sonrió Aeysant en su dirección, al menos se casaría con alguien dos años mayor, en vez de un señor de treinta o más.

Finalmente, en la arena, Laed Lannister estaba batallando contra Marto Martell, dos príncipes de la misma edad quienes luchaban como verdaderos guerreros.

Ninguno de los dos había salido ganador, ambos habían luchado por partes iguales terminando en empate, hasta que Laed dio un golpe en su rodilla, obligándolo a caer en la arena.

—¡Ser Laed de la Casa Lannister ha ganado el torneo!

—Quiero coronar a lady Aeysant Baratheon, como la reina del amor y la belleza. —Laed avisó, una corona de flores fue puesta sobre la cabeza de Aeysant, provocando murmullos y aplausos.

Borros Baratheon sonrió complacido, aunque una parte de sí deseaba nietos de parte de Aeysant con la sangre valyria.

—Yo...

—He decidido a quien tomaré por esposa, lord Borros. —interrumpió Aemond provocando que Aeysant y Laed voltearán a verlo. —serán notificados en la cena de hoy.

—¡Qué maravilla, príncipe Aemond! —celebró Borros.—¡Esto amerita que la cena sea la más grande de todas!

—¿Mi lady?

—Perdón. ¿Qué decía?

—Quiero pedir su mano, gané, pero entrenaré más para su protección mi lady, su protección y la de nuestros hijos.

Nuestros hijos, aquello no convencía del todo a Aeysant, quería ser una guerrera, la guerra la asustaba, no deseaba estar ahí, pero quería defender lo que creía correcto.

—O podemos protegernos mutuamente hasta que usted desee tener herederos, también tener aventuras. —sonrió Laed en su dirección.

—Me conmueve, lord, tendría que hablarlo con lord Borros, seguro acepta.