XXXVIII

6.2K 551 19
                                    

—¡Vaghar! —Aemond gruñó cuando Vaghar no lo dejó acercarse a Aeysant, protegiéndola con su enorme cola mientras su hocico estaba en el vientre de la castaña.

—¿Qué sucede? —Aegon llegó, había bajado de Sunfyre hacía menos de dos segundos. —¿Por qué la anciana me ve feo?

—Aemond inhalo. —Vaghar no me permite acercarme a Aeysant.

—¿La anciana verde no te deja acercarte a la que es tu esposa joven y humana? Raro. —Aegon rió. —unos cuidadores me dijeron que puede ser porqué protegen su nidada, aunque Vaghar no ha puesto huevos desde la prehistoria, así que tal vez es defectuosa, hay que dormirla y dejarla en otro reino, problema de ellos.

—Aegon. —Aemond gruñó.

—Bien, no sé que pueda ser, tú haz lo que quieras, yo haré lo mismo. —dijo, quitándose los guantes. —Helaena quiere otro bicho raro.

—¿Y tú vas a ir a conseguirselo?

—Sí. —murmuró. —¿Qué hay de raro?

—Nada. —Aemond habló. —te alcanzaré después.

—¿Por qué?

—Sí Vaghar me deja.

—Una dragona vieja te limita, perdedor. —Aegon rió. —en cambio mi lindo Sunfyre no hace eso porqué no es viejo.

—Algún día lo será.

—Umh no, Sunfyre será joven como yo.

—Moriremos, y nuestros dragones tendrán nuevos jinetes.

—Cállate, Sunfyre me es leal.

—Dioses. —Aemond gruñó.

—Te veré después hermano, dulce y hermosa cuñada, te veré después sí aún no eres comida de Vaghar. —Aegon alzó vuelo encima de los lomos de su dragón.

—Vaghar.

La anciana bufó, dejando salir humo de las fosas de su enorme hocico, dejando que su jinete la montará.

—Te veré después.

—Umh.

—Cuida a Aemon, no dejes que se acerque a su dragón, no mucho.

—Descuida, también es mi hijo.

—Aeysant, no deseo partir sin saber porqué tu comportamiento tan inmaduro e infantil.

—No es infantil ni inmaduro, soy la madre de Aemon, sé como cuidarlo.

—Eres una niña.

—¿Para qué casarte con una niña? —Aeysant gruñó. —cásate con alguien más maduro y menos infantil.

—¿Qué sucede? —Aemond gruñó. —adiós, princesa Aeysant. —dijo sin embargo la castaña no respondió. —Avy...—dijo, la castaña nuevamente no respondió, dando pasos largos para alejarse de él, su vestido negro se adaptaba con su caminar, moviéndose mientras ella volvía hacia el castillo. —está mujer me volverá loco. —murmuró para sí mismo y emprendió vuelo.

—¿Aeysant?

—Reina Alicent. —hizo una leve reverencia. —¿Desea algo?

—Tu comportamiento con Aemond es dudoso, me preocupan, no sólo porqué Aemond sea mi hijo.

—Todo está completamente bien su gracia, descuide.

—¿Estás completamente segura?

—Descuide su gracia, sí me disculpa, iré a ver a Aemon. —dijo dejando a la reina atrás, llegando a la guardería, donde su pequeño hijo peliblanco jugaba con las nodrizas. —Gracias por cuidar de mi pequeño. ¿Puedo llevármelo?

—Es su hijo princesa. —la nodriza habló, sonriendo. —me recuerda al príncipe Aemond.

—¿Ah sí? ¿Quieres contarme?

—A su edad, era igual o más curioso, riéndose todo el tiempo.

—¿Aemond riendo todo el tiempo?

—Cuando niño, siempre estaba en los brazos de los reyes, hasta me atrevo a decir que la princesa Rhaenyra lo cargó más de una vez, incluso logró dormirlo.

—¿Rhaenyra logró dormir a Aemond?

—La reina Alicent no salía de sus aposentos, tampoco el rey, creímos que ambos dormían o la reina atendía al rey, el pequeño no se calmaba con nada, la princesa Rhaenyra salió de sus aposentos, aún no estaba encinta, lo calmó hasta que finalmente se durmió, casi nadie en el Castillo lo sabe.

—Fue algo hermoso e increíble, creo saber.

—Lo fue, es algo extraño ver su relación ahora, de niños se llevaban excelente con su hermana, el príncipe Aegon pasaba horas con su hermana, a veces le enseñaba a decir su nombre.

—Es extraño el ver que son hermanos y realmente parecen desconocidos, sin embargo, es entendible, Rhaenyra es la única hija viva del rey Viserys y la difunta reina Aemma, mientras que Aegon tiene a Helaena, Aemond y Daeron, Rhaenyra no tiene a nadie.

—Es doloroso, se llevaban increíble.

—¿Deseas decirme algo?

—No es mi problema mi princesa pero. ¿No desea tener una hija? ¿Una pequeña castaña y hermosa cómo lo es su madre?

—Los genes Targaryen son increíbles y fuertes, no creo que algún otro niño tenga mis rasgos.

—¿Pero lo ha pensado?

—Deseo dedicarle tiempo a Aemon. —dijo y el menor dejó de morder su dragón de madera. —pero no me disgusta la idea de criar una niña.

—Sería la esposa del príncipe Aemon.

—¿Uh?

—Es decir, es una tradición que el hermano mayor se casé con la hermana menor, por ende el príncipe Aegon y la princesa Helaena están casados.

—¿Es una tradición valyria?

—Desde el principio de los tiempos de valyria.

—Muchas gracias. —Aeysant habló, la nodriza se levantó, haciendo una leve reverencia.

—Permiso princesa, necesito traer la merienda del príncipe

—Descuida, muchas gracias. ¿Será posible llevar la merienda a los jardines?

—¿Desea pasar el día con el príncipe Aemon?

—Sí. —Aeysant habló y Aemon con sus regordetas manos aplaudió.

—Muy bien princesa, pediré que sea llevado al jardín.

—Gracias.

—¿Desea qué le preparen algo?

—No, gracias.

—¿Algún pastel? Han traído nuevos ingredientes, habrán más pasteles.

—Bueno, gracias. —habló, aún cargando a Aemon quien jugaba con su collar de zafiro mientras caminaban a los jardines. —tu padre me lo obsequió al comprometernos. —contó, aunque el menor no le prestará mucha atención. —dicen que es el zafiro más hermoso de todos los reinos, algún día, Storm's End será tuyo y podrás tener todos los zafiros que desees. —dijo y él la miró. —eres ambicioso, me recuerdas a tu abuelo, pero te criaré para que esa ambición sea buena, gustosa y dichosa para todos, amarás al pueblo y el pueblo te amará, no hay rey si no hay prueblo.

—¿Princesa Aeysant? Permiso, su merienda ha sido traída.

—Gracias. —dijo sentando al menor en su regazo. —como te decía, mi dulce dragón, Storm's End es un lugar frío y siempre llueve, es mucho mar, sabrás como manejarlo, serás un gran líder. —dijo y el peliblanco seguía mirándola. —es mucha responsabilidad para un niño con menos de su primer invierno. —rió y el menor también lo hizo.

El príncipe Aemon Targaryen nacido en el 129 d.C hijo de príncipes, un niño amado y odiado por muchos.

—¿Princesa Aeysant?

—Ser Laed. ¿Sucede algo?

—El príncipe Aemond solicita su presencia en sus aposentos.

—Es un poco temprano. ¿No cree?

—Lo es, princesa.

𝐀𝖾𝗒𝗌α𐓣𝗍 ─ 𝐀𝖾ꭑⱺ𐓣ᑯ 𝐓α𝗋𝗀α𝗋𝗒𝖾𐓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora