XXVIII

7.9K 686 41
                                    

AEMOND TARGARYEN WANTS TO FUCK YOU.
Advertencia: Intento de Smut.

—Ataca por abajo. —guió Daemon. —sí tu oponente es lo suficientemente alto, el golpe dolerá el doble.

—¿Y sí es lo suficientemente bajo?

—Golpealo en sus partes débiles.

Aeysant y Daemon habían pedido permiso para entrenar solos ese día, Aeysant era ajena a las miradas y aunque Daemon amaba la atención, decidió respetarle eso, en gran parte, los caballeros podían llegar a ser muy perversos, no deseaba que Aeysant conociera la perversidad de esos hombres, y aunque no era la primera vez que entrenaban, temía por ella.

—Sí te ahorcan, aruña.

—¿No es muy cobarde?

—Cuando se trata de salvar tu vida no.

Ambos volvieron a sus posiciones de ataque, Daemon tenía a Dark Sister en su mano, mientras que Aeysant tenía una espada, ambos chocaban sus espadas y esquivaban sus golpes.

Daemon la atacó por arriba, mientras que Aeysant lo barría y lograba hacerlo caer, dejando el filo de su espada en su garganta.

—Increíble.

—Has dejado sin palabras al mismísimo Daemon Targaryen, siéntete afortunada. —dijo Lucerys llegando. —¿Hace cuánto están entrenando?

—No mucho, unos veinte minutos.

—¿Puedo unirme?

—Adelante, yo los veré, ya saben, espada a espada.

Ambos jóvenes asintieron, volviendo a sus posiciones de ataque, no podían negar ser buenos en ello, Lucerys tenía fuerza y determinación, también era muy rápido, sabía por dónde atacar a su oponente y hacerlo dudar.

Aeysant tenía agilidad y determinación, sin contar su fuerza y su velocidad.

Sus espadas chocaban al mismo tiempo que intentaban dañarse, la luz del día se veía reflejada en las espadas mientras el agua en sus cabezas era evidente.

Chocó su espada por última vez contra la de Aeysant, la castaña en un rápido movimiento lo evadió, barriéndolo.

—¡Aeysant te ha ganado! —celebró Jacaerys llegando.

—Me enorgullece saber que podrás cuidarte sola. —Daemon llegó al lado de ambos. —es un orgullo ver que el reino estará en buenas manos.

—¿Con quién entrenabas?

—Sola, a veces con Royce.

—Podrías enseñarme algún día. —insinuó el castaño menor sorprendiendo a Daemon.

—Tienes buenas técnicas, dudo que necesites más.

—Un poco más de práctica nunca viene mal.

—Cuanta verdad. —la castaña limpió su espada. —¿Te hice daño?

—No, descuida.

—Niños, tenemos que volver al Castillo, Viserys quiere que almorcemos juntos. —avisó Daemon. —Jace y yo nos adelantaremos, los vemos después.

—Entonces... ¿Irás a darte un baño?

—Supongo. ¿Y tú?

—También, no quiero oler a sudor en el almuerzo, necesito estar presentable.

—Cuanta elegancia. —rió Aeysant. —fue un placer practicar contigo.

—Lo mismo digo. ¿Quieres qué te acompañé?

𝐀𝖾𝗒𝗌α𐓣𝗍 ─ 𝐀𝖾ꭑⱺ𐓣ᑯ 𝐓α𝗋𝗀α𝗋𝗒𝖾𐓣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora