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Angeles y demonios (parte 1)

Pareja principal: Lucas Romero & Tomas Pozzo

El es un ángel bueno, obediente e inocente.
El otro es un demonio malicioso, rebelde y lujurioso. ¿Qué pasaría si estos dos cruzaran sus caminos?

~ESCENA +18 CORTA~

AU: Ángeles y demonios

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El cielo, un lugar donde la paz y la armonía reinan, y el dolor y la tristeza no existe. Sus habitantes los ángeles, son personas alegres y de buen carácter, obedientes y sin duda alguna bellos; y sobretodo tienen prohibido caer en la tentación, ya que eso los volverían pecadores, y en el reino de los cielos no hay lugar para ese tipo de personas.

Del lugar del que vamos a hablar a continuación, es el lugar perfecto para pecar, y es el mismísimo infierno. Reinado por Lucifer y sus demonios maliciosos, lujuriosos y descontrolables; el inframundo es un lugar donde reina el temor y el dolor, no hay paz ni armonía. Básicamente, es todo lo contrario al cielo.

Desde pequeños, nos enseñan que si te portas bien, irás al cielo, de lo contrario, tu alma descenderá al infierno; también nos hablaron de la rivalidad de estos dos reinos, como en un cuento de hadas, solo que ese cuento es real.

Mas, concentrandonos en la historia, volvamos al cielo, donde vivía el pequeño Tomas. Tomas era un ángel bello, inocente y dulce; casi el preferido de Dios, el pequeño ángel tenía la costumbre de ayudar a sus compañeros y amigos ángeles cuando tenían un problema, también había sido nombrado 'Angel de la Guarda' varias veces debido a su conducta. En pocas palabras, Tomas era el ángel favorito de todos.

Uno de esos dulces días, en los que el sol brilaba y la cálida brisa soplaba en la cara de los ángeles y revoloteaba sus alas, Tomas fue al Jardín del Edén, donde se encontraba uno de sus fieles amigos estudiando para su examen final para ser Ángel de la Guarda, Javier.

-Hola, Javi - saludó al menor.

-Tomi, bendiciones - dijo Javier juntando sus manos.

-Amén, bendiciones - repitió Tomas.

-Amén - musitó Javier.
-¿Qué te trae al Edén, mi querido amigo? - le preguntó amigablemente.

-Sabia que estabas acá, ya que este lugar es el más tranquilo para venir a relajarse y estudiar, te vengo a ayudar a estudiar para tu examen de Ángel de la Guarda - respondió Tomas.

-Ay, no hacía falta, Tomi, yo puedo solo - acotó Javier.

-Como dijo nuestro señor, "un ángel siempre necesitará de otro ángel" - repitió las palabras que el Todopoderoso les había rezado alguna vez.

-Ese es verdad, pero igual, no hacía falta que vengas a ayudarme - insistía el menor.

-Bueno, ya está, ya estoy acá y te voy a ayudar - terminó Tomas de decir antes de arrodillarse en el césped suave y tomar el libro del otro ángel.

-Gracias, Tomi, ojalá nunca cambies tu forma de ser - deseó Javier acomodándose al lado de su amigo.

-De seguro que nunca lo haré - se aseguraba el mayor.

Luego de estar media hora con el libro y los apuntes de Javier, este ya sabía algunas cosas pero otras se le complicaban quedarse en la cabeza, aunque volvía a releer y a mantener para que se le quedara grabado en la mente. Pero también pasaba que Javier no dejaba de desconcentrar a Tomás con sus estudios para convertirse en un Arcángel, cosa que el mayor de los dos quiso ser desde que era un querubín.