Tchouameninga

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Pareja principal: Aurélien Tchouameni & Eduardo Camavinga

"Somos tchouameninga, sí señor"

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Aurélien recibía el premio de Nívea, patrocinador del Real Madrid, tras haberle ganado tres rondas de preguntas acerca del club de las cuatro a su compañero, amigo y compatriota Camavinga. Festejaba el premio en su cara como si fuera de mucho valor, cosa que hacía reír a Eduardo, aunque como era tan competitivo le hubiera gustado mucho haber ganado el premio en lugar de Tchouameni, más iba a festejarselo a él.

En un momento cuando el mayor recibió el premio, mencionó una frase que le hizo ruido al menor.

-Somos tchouameninga, sí señor - mencionó entre risas.

Eduardo sonrió de lado y dejó escapar otras risas tímidas, mientras se dejaba tomar del brazo por Aurélien todavía este jugueteando, como era conocido en el plantel por ser el autor de varias bromas y básicamente ser el 'payaso de la clase'.

Trataba de disimular la tensión en su cuerpo pero cuando tienes encima tuyo el tacto de la persona que te atrae mucho, ¿Qué podrías hacer en ese momento?. Sí, Eduardo llevaba desde hace un tiempo sintiendo algo más que amistad por Tchouameni, desde hace casi dos años, justamente el día que Francia perdió la final del mundo con Argentina, ese tristísimo día para el plantel frances en el que no pudieron defender el título y perder su tercera estrella, y con ello, el bicampeonato seguido.

Flashback

En el vestuario de Francia reinaba el incómodo silencio, que a veces era interrumpido por el sollozo de algunos jugadores, entre esos lamentos estaba el de Aurélien, sentado en la banquina, sin su camiseta, y con las manos tapándose la cara para que otro no viera su tristeza desconsoladora; no fue hasta que Eduardo se acercó a él para acogerlo entre sus brazos y darle un abrazo para que pudiera descargarse por completo, creyó que no era suficiente consuelo, por lo que sin importarle la presencia de sus compañeros, se sentó al lado del mayor y sin soltarlo un segundo, comenzó a dejarle besos en la sien, la frente y la cabeza, tampoco era que le interesaba si en sus labios quedaría el salado y repugnante sabor del sudor del otro, él solo quería calmar como sea el llanto de su mejor amigo.

-Est-ce que tu vas mieux, mon ami ? - le preguntó Eduardo.

-Il semble que c'est ainsi, comment étions-nous si... comment étais-je si stupide de... - estaba por quejarse de sí mismo, pero Camavinga lo interrumpió.

-Ce n'est pas ta faute si tu as perdu ce match, Aurélien, nous en sommes tous coupables, pas un seul - corregía a su amigo.
-Aussi, il faut être fier, regardez où vous en êtes arrivé. Je sais que comme tout le monde, tu voulais être champion du monde une fois de suite, mais c'est comme ça le football. Parfois juste, et d'autres fois moins - contaba descontento, cómo no si su país salía subcampeón mundial.

Siguieron conversando hasta que Aurélien pudo mejorar un poco, fue cuando el plantel volvía para el hotel después de la conferencia de prensa del entrenador de Le blues. Regresaban en un total silencio, la decepción con uno mismo habitaba en aquel micro, y cuando bajaron cuando llegaron a su destino, ni hablar, ni siquiera un saludo a los empleados del hotel, igualmente, estos lo entendían. Hasta sobraba jugadores que seguían llorando por lo sucedido ya hace una hora, a aquellos se les consolaba de la forma que sea, pero eran 'duros' de obedecer.

Tchouameni estaba en la habitación que compartía con Eduardo, empacando su ropa, mañana su selección saldría en vuelo para Francia, donde la mayoría se encontrarían con su familia para celebrar Navidad y año nuevo. Cuando terminó de guardar su último pantalón, se sentó a un lado de la cama, reflexionando por cuarta vez que fue lo malo que su selección hizo para perder el partido, en medio del proceso no aguantaron sus ojos, y dejaron caer lágrimas de pura tristeza.

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