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El primer año

Pareja principal: Erling Haaland & Julián Álvarez

Continuación de 'Te amo hasta el fin de mis días'

Erling y Julián viven su primer año de casados, amándose como el primer día que decidieron hacerse uno y ser felices al lado del otro

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Ya había pasado un año desde que Erling y Julián se casaron, justo era el día del aniversario de casamiento, Erling planeaba sorprender a su marido con una cena especial para ellos dos, también, le tenía preparada otra gran sorpresa.

El despertador sonó, las diez de la mañana, no tenían preocupación en levantarse temprano ya que Pep Guardiola les dió día libre por haber ganado un partido de mucha importancia el día anterior. El noruego extendió la mano a la mesa de luz donde estaba el reloj, de un toque medio suave lo apagó; volvió a acomodar su brazo encima de su pecho, con la otra mano refregaba sus ojos medio dormidos, se dió la vuelta para despertar a Julián y, de paso, saludarlo por ser el día de ambos, sin embargo no se encontraba a su lado.

Erling terminó por sentarse en la cama, a dónde había ido su esposo. Pensó que estaba fuera de la casa, ya que, no se escuchaba nada afuera de la habitación. No obstante, un Julián vestido de pijama con un estampado del hombre araña entró a la habitación, con una bandeja llena de delicias y en su rostro dejaba ver una tierna sonrisa.

-Que linda manera de despertar - dejó salir Erling, sonriendo.

Julián lanzó una pequeña risa y musitó:
-Es lo que te mereces, mi vida. Feliz aniversario -

Apoyó con cuidado la bandeja rodeando las piernas de Erling, y dejó posteriormente un beso en sus labios color salmón. El rubio tomó suavemente de su cintura, subió un poco la camisa del pijama para acariciar su piel, al separarse de él, entre sus dedos tomó el mentón del argentino, sus narices se rozaban con dulzura.

-Feliz aniversario, amor de mi vida - le dijo sin separarse.

Erling agarró de los lado de la bandeja y la dejó al lado suyo. Julián pasó de estar parado a sentarse sobre las piernas del noruego, dejando después más besos en sus cachetes y en la boca; agarró una medialuna, la partió y un pedazo se lo dió a su pareja y el otro fue para él.

-Amor, por qué no me despertaste, cómo pudiste hacer esto tú sólo - decía Erling.

-Era una sorpresa, quién hace sorpresas con la persona a la que se la va a dar a su lado - respondió Julián.
-¿Te gustó? - le preguntó mientras ponía el saco de té en la taza celeste.

-Me encantó que es más diferente, cielo. Gracias, eres el mejor - le agradeció volviendo a besar sus tentadores labios.

-Ya lo sé, por eso fue que te casaste conmigo - dijo Álvarez fingiendo egocentrismo.

Erling dejó salir una risa y seguido le dió otro beso, él pensaba (aseguraba) que le había tocado el mejor novio y esposo del mundo, su vida con Julián dió un giro de trescientos sesenta grados, para mejor obvio. Agradecía cada día que pasaba con Julián por haberse topado con él en su camino.

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Ambos jugadores se encontraban en la sala, acostados sobre el sillón, viendo una película elegida por Julián. Era temprano para almorzar, así que decidieron empezar su día los dos juntos haciendo lo que más les gustaba. Erling lo tomaba de la cintura, mientras que Julián del pecho, con su cabeza acostada en este. La paz que ambos sentían era de lo más hermosa; paz y tranquilidad. Deseaban quedarse así por más tiempo, sin embargo, llamaron a la puerta, levantándose así Julián.