Fútbol Ships

Superclasico

Pareja principal: Leandro Paredes & Sebastian Driussi

Leandro y Sebastian eran grandes amigos, y a pesar de que el club de cada quien los querían ver separados, ellos seguían manteniendo viva su amistad.
Todo cambió en un superclasico.

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2015

Sebastian

-Seba, dale que hay que entrenar - me llamaba Gallardo.

Me até los cordones y me uní a mis compañeros; para empezar, me llamo Sebastian Driussi y juego en river plate desde el dos mil trece. La verdad, me gusta bastante el club y no es solo por ser el club de mis amores, sino también por el compañerismo que hay, y la autoridad y respeto que impone nuestro técnico que ya lleva un año acá en River.

-Bueno, muchachos, vamos a empezar con ataque. Vos sebas te pones con Rodrigo y Lucas - me dijo Marcelo.

Yo choqué puños con mis compañeros y seguimos escuchando las órdenes de nuestro entrenador.
Luego de un rato, empezamos el entrenamiento practicando el ataque como nos había mandado Marcelo.

Fui el primero en tener la pelota en mis pies hasta que se me acercó Rodrigo a sacarmela, más no pudo ya que le hice un 'cañito', cosa que Alario rió por ello y Rodrigo se puso medio rojo, no se si será por la vergüenza o la calentura de que le hice ese 'cañito' pero me reí de su reacción yo también.
Lucas vino corriendo hacia mi e intentó quitarme la pelota pisandola y acariciandola con ambos pies, pero tampoco pudo.

-Para, Seba. Hoy tenes pensado dejarnos humillados a Rodrigo y a mi, ¿Verdad? - me dice Lucas riendo.

-Nop, pero ya que estamos..- respondí esbozando una sonrisa.

Ahora eran los dos que se acercaron corriendo a mi, esquivé primero a Lucas quien intentó nuevamente sacarme la pelota y nuevamente no pudo, que capo que soy. Solo me faltaba sacármelo a Rodrigo y esto era goleada.

-Vas a ver, enano - expresó Rodrigo.

-¿Qué vas a hacer, yorugüa? - le pregunto con burla.

De un segundo a otro, tenía el pie de Rodrigo en mi pierna, sintiendo como me la partía. Me tiré al piso y agarrándome mi pierna recién golpeada, le dije casi en un grito

-¿Qué haces, pelotudo? -

-Perdón, Seba, no te quise lastimar - me ofreció su mano para levantarme del pasto, pero no le podía corresponder debido al dolor.
Unas pequeñas lágrimas se escaparon de mis ojos pero no quería llorar, no en frente de Gallardo.

-¿Qué pasó?, ¿Estás bien, Sebastian? - me pregunta el "muñeco".

-Un poco - le respondí ya con mi cara despegada del piso.
-Solo que me duele una banda la pierna - agregué.

-¿Necesitas ir a la enfermería? - preguntó Marcelo ayudándome junto a Biscay a levantarse y mantenerme un rato de pie.

-No creo, se me va a pasar - dije entre dientes, era obvio que no se me iba a pasar en tres segundos como yo quería.

-¿Seguro? Creo que lo mejor sería que fueras ahora, antes de que empeore - habló Matias.

-No va a empeorar nada, Mati. Voy a estar bien, se los aseguro - dije queriendo que me soltaran.
-¿Ven? Camino bien - comencé a caminar para que notaran que estoy bien, si dolía aún pero estaba caminando y eso era lo que me importaba más.