𝟶𝟷∥ ᴇʟ ʙᴀʀʀᴀᴄᴏ́ɴ

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LA BRISA DE LA MADRUGADA hacía a las hojas moverse al rededor de ellos. Lo'ak recorría el bosque junto a Tuk en busca de Kiri. Spider se había adelantado, y ambos habían debido de guardar silencio para no llamar la atención de nadie.

Cuando la joven Na'vi comenzó a correr, habiendo divisado al dúo, los cuatro se reencontraron. —¡Kiri, tenemos que volver!— Exclamó Tuk viéndoles ponerse en pie. De vuelta, los cuatro iban hablando y disfrutando. La más pequeña de todos especialmente. Normalmente no podía ir con el trío de amigos, pero había conseguido persuadirles. Pero, viendo cómo Lo'ak y Spider se detenían, compartió una mirada con su hermana mayor. —Tenemos que estar en casa para el eclipse—. Dijo acercándose a ellos.

—Es grande para ser de un humano—. Comentó Lo'ak mirando a su alrededor, alerta en caso de que el responsable estuviese aun cerca. Pisadas en el barro que formaban un rastro habían llamado su atención.

—Avatares—. Propuso Spider mirando a su amigo.

—Tal vez, pero no son nuestras—. Prosiguieron, siguiéndolo para averiguar qué estaba ocurriendo. Kiri trató de advertirles, pero los dos amigos continuaron avanzando. Encontraron no uno, sino varios causantes. Todos demonios, como los llamaba Neytiri. Llevaban trajes militares y armas de fuego.

—Mira,— susurró Spider llamando la atención de Lo'ak. —aquí es donde tu padre y el mío pelearon.

Todos observaron impresionados el escenario, habían oído muchas historias del barracón y la pelea que hubo allí años atrás. Pero tuvieron que actuar al percatarse de lo cerca que se encontraban.

Antes de que ninguno pudiera hacer nada más, una voz llamó su atención. —No era a esto a lo que me refería cuando os dije 'Mañana más'—. Todos se volvieron, asustados. Natasha estaba allí, tras ellos, agachada.

—¡Nat!— Exclamó nervioso Spider en susurros. —No es lo que parece.

—¿Ah, no?— Cuestionó avanzando hacia ellos. —¿No os habéis escabullido para ir a algún lugar prohibido, trayéndoos a Tuk para que no os delate?— Continuó hasta quedar frente a frente.

—Sep, es justo lo que parece—. Comentó Spider bajando la mirada. Lo'ak trató de disculparse, pero cuando Natasha vio tras ellos lo que intentaban ocultar, apartó al chico del medio sin prestarle atención.

—Tenéis que salir de aquí—. Dijo apresurada. —Ahora—. Todos obedecieron sin objeciones al notar los nervios en el tono de la mujer.

Tuk fue la primera, llevado la ventaja del grupo. Los cuatro jóvenes iban discutiendo sobre lo que le ocurriría a Lo'ak cuando viesen a Jake, mientras Natasha se aseguraba de que nadie les siguiese. Había sacado dos cuchillos, afilados y preparados en caso de necesitarlos.

Pero cuando creyó que estaban lo suficientemente lejos como para no ser descubiertos, los gritos de los chicos llamaron su atención. Se volvió velozmente, solo para encontrar varias armas apuntando a ella, y otras a los jóvenes. —¡Soltad las armas!— Ordenó uno de los demonios, aunque al fin y al cabo, no eran muy distintos a ella. Natasha observó su alrededor, tratando de encontrar una manera de hacer lo que se la había ocurrido, pero sencillamente no la había. —¡Soltad las armas!— Repitieron de nuevo. Cuando Lo'ak vio que tenían a Tuk y Kiri, obedeció, siendo seguido por Spider y Natasha. Les pusieron de rodillas, manteniendo en todo momento las armas en alto.

𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora