𝟷𝟹∥ ᴀ ʙᴏʀᴅᴏ

753 95 22
                                    




EL ESCÁNDALO SE FORMÓ en el puente cuando vieron a un grupo de banshees sobrevolar la nave sobre el agua. Las grandes criaturas rondaban sobre ellos sin llegar a descender. El transporte continuaba en marcha, avanzando a escasa distancia del agua para alejarse de la gran compuerta que acababan de atravesar.

—¡Intrusos acercándose!

—¡Capitán!

Un hombre se aproximó al cristal, observando cómo los ikran permanecían en el aire sin acercarse mucho más. El resto de la tripulación esperaba las órdenes pacientemente, observando a las criaturas. —Paren máquinas.

Desde la alturas, observaron cómo la nave quedaba sobre el agua, deteniéndose hasta estar parados. Las hélices se detuvieron completamente, y todos aguardaron hasta ver al líder del grupo descender y quedar sobre la chapa metálica del techo del puente. Quaritch fue el primero, bajando junto a Spider para quedar en el mismo suelo que el hombre que había salido a recibirlos. El chico quedó sobre la barandilla, siendo el único en saludar. Y siendo totalmente ignorando por quienes llevaban las máscaras.

Natasha bajó de Keyrön, pero ella no descendió, permaneciendo en el techo. Lyle, por el contrario, saltó para quedar junto a Quaritch. Zdinarsk se acercó a ella, cruzándose de brazos mientras presenciaban la interacción.

Quaritch apoyó su mano en el arma enfundada en su cintura, mirando hacia abajo para hablar con el hombre. —¿Usted es Scoresby?— Cuestionó.

El aludido asintió. —¿Usted es el idiota que está requisando mi nave?

Spider miró al coronel, esperando una reacción. Quaritch permaneció mirando al capitán, sonriendo ladinamente. —Si, el mismo—. Scoresby contemplaba serio, claramente disgustado con la presencia de los marines allí.

—Si no le importa, capitán—. La voz Natasha llamó su atención. —No tenemos todo el día.

Antes de que el hombre pudiera contestar, Quaritch intervino. —Tiene razón—. Dijo. —Estamos perdiendo el tiempo.

El coronel, Lyle, Natasha y Spider entraron en el puente, teniendo los tres primero que permanecer agachados en todo momento debido a su estatura. La mujer permaneció a un lado de Lyle, observando cómo el coronel explicaba el destino al que debían ir.

Ella mantenía un semblante serio, cada vez más irritada con la actitud del capitán. —Relájate un poco—. Escuchó la voz de Lyle. —¿Por qué no vas a descansar? Yo puedo quedarme con él.

La mujer no le miró, manteniendo su atención más adelante.—Estamos cada vez más cerca de ellos—, comenzó Natasha. —no puedo parar ahora—. Se detuvo un momento. —Y él no tiene nada que ver.

—No es parar—. Rebatió el hombre ignorando eso último. —El coronel se encarga de esto. Tu puedes ir a dormir un rato, o salir a que te de el aire con Keyrön. O puedes--

—Lyle—. Interrumpió mirándolo por fin. —Estoy bien. Déjalo ya—. El tono con el que lo dijo no era agresivo o alterado, de hecho era calmado. Pero el hombre supo captar la demanda. Suspiró, asintiendo mientras dejaba pasar el tema.

Ambos volvieron a poner su atención en la conversación que se llevaba a cabo a e escasos metros. Lyle se situó junto a Quaritch, y Natasha pudo ver cómo uno de los hombres de la tripulación avanzaba hasta echar a Spider de donde estaba.

La mujer frunció el ceño, a punto de decir algo. Pero se distrajo al ver al chico pasar bajo la figura de Quaritch, quien estaba apoyado en la mesa orográfica. Mientras el joven pasaba, el hombre miró hacia su figura, sonriendo levemente. Y tan pronto como la sonrisa apareció, se desvaneció al levantar la mirada y volver su atención a la conversación.

𝐑𝐄𝐁𝐎𝐑𝐍, miles quaritchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora